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Isaac.


Nunca había presenciado cómo le importaba a alguien tan de cerca, nadie me había querido, ni siquiera mi padre. Siempre había intentado no amar a alguien, pero amarla a ella era inevitable, o al menos sentía obsesión con ella, ni siquiera sé si eso se denomina como estar enamorado, supongo que no.  Cuando a nadie le importas, y llega alguien que te pone una mano en el hombro y te dice que todo estará bien, que te sonríe, que se preocupa por ti. Dime si no querrías a una persona así en tu vida.

Alguien que cura todas tus heridas con una sonrisa, que la amas incondicionalmente, aunque ella esté enamorada de otro; darías tu vida sólo para salvarla. Nunca nadie me había preguntado cómo me sentía, tal vez me siento así, tal vez me sentía solo hasta que ella apareció.

Y por eso, voy a hacer lo necesario para matar a Lydia, no puedo permitirme que nadie la haga daño, por eso la quiero conmigo, y no con el idiota hiperactivo de Stiles.

— Quiero hablar con Derek; no voy a dejar que la mates.

Dijo Scott, el cual se dirigió con prisa hacia nosotros a las afueras del instituto, ya que habíamos hecho un pequeño círculo para poder planear la manera en la que íbamos a matar a la Kanima; en este caso, Lydia. 

— Lydia ha matado a gente, y lo volverá a hacer, la próxima vez será uno de nosotros. La mordió un alfa, Scott.

Terminó diciendo Sarah, mas yo simplemente me quedaba al margen esperando a que algo ocurriera para poder intervenir de alguna manera. De momento, estaba demasiado bien donde me encontraba. 

 — ¿Tú también estás de su parte? Viste a esa cosa de cerca, sabes que no es como nosotros. 

Sarah asintió con la cabeza, respondiendo a la que era la primera pregunta que había planteado. Crucé mis brazos, mirándole con una ceja alzada; la mataran ellos o no, yo terminaré haciéndolo.  

— Pero lo es, todos cambiamos de forma, no sabes a qué te enfrentas, esto pasa pocas veces, pero pasa por algo. A veces la forma que tomas refleja la persona que eres, hasta Stiles sabe que tiene la sangre fría; nadie es inmune. 

Derek acabó metiéndose en la conversación de los dos, pues por el momento estaba en el margen de todo, estaba dejando que su prima discutiera por él, quizá fuera porque de esa manera estaría enfadándose con sus otros amigos. 

— ¿Qué pasa con Jackson? Por eso le has hecho la prueba, porque tú le diste lo que quería ¿Verdad?

Como siempre, se estaba metiendo donde no le llamaban, y lo hacía de esa manera, como si fuera un defensor de pleitos pobres. Debería acostumbrarse a no meterse en los asuntos de otras personas; podría acabar igual que su amigo. 

— Jackson debería haber muerto, Derek. Y si el mordisco no te mata, te convierte, y Jackson no hizo ninguna de las dos cosas.

(...)

Al llegar a casa, inmediatamente ella subió a su habitación, no dijo nada en todo el camino. Su habitación y la mía estaban pegadas, llevaba días escuchando la misma canción, mientras la escuchaba llorar. Aunque todavía no entendía qué era lo que estaba pasando por su mente para que se pudiera de esa manera. 

La canción decía algo así como: "Haz tu mejor error, porque no tenemos tiempo para lamentarnos". 

De: El estúpido de Stiles.

Oye, necesitamos tu ayuda, ven ahora mismo.

No me había quitado la ropa, así que pude salir sin tardar mucho tiempo, incluso estaba dispuesto a salir, cuando Sarah salió por la puerta, interrumpiéndome. Estaba esperando no hacer demasiado ruido y que no me pillara para poder irme sin dar demasiadas explicaciones a nadie. 

— ¿A dónde te crees que vas?

Preguntó, pues ya era demasiado tarde para salir de casa, sobre todo si había algún tipo de bicho enorme con instintos homicidas que quería cargarse a todo el mundo, fuera quien fuera.

— Yo... em... he quedado. Con una chica. 

No quedé demasiado convincente, quizá era porque la estaba mintiendo en toda su cara, y eso en el fondo me dolía demasiado. Pero, si Stiles tuvo que hablarme a mí para que fuera a ayudarles, quizá era porque quería que ella no se enterara. 

— Me estas mintiendo, ya no puedo escuchar tu corazón latir; pero sé que lo haces.

— ¡Vale! Stiles necesita mi ayuda.

— Bien, voy contigo.

No tardó demasiado en ponerse la chaqueta de cuero que siempre solía llevar para comenzar a ponérsela. Sin duda no tenía intención de dejarme solo en ningún minuto, y menos tratándose del chico que le gusta. 

— Pero, tú no puedes. Vamos a un club gay.

Intenté inventarme la mejor excusa que podía para que no viniera, aunque estaba claro que seguramente iría donde hubiera algún tipo de fiesta. Parece que de momento lo que necesitaba era nuevas sensaciones. 

— Vaya...

Su cara de impresión era realmente alucinante. Espero que en el fondo no se piense que voy a ese club para liarme con Stiles, o con cualquier chico, ni siquiera me besaría con ninguna mujer tampoco.

— No, no es lo que parece. Jackson va a matar a alguien esta noche. 

— Bien, conduzco yo.

Sarah cogió las llaves del coche de su primo, parecía que ahora se había cogido la confianza de robarle el coche siempre que quisiera. Se montó en su asiento, mientras que yo hacía lo mismo con el del copiloto, realmente no tardamos demasiado en llegar al club del que le había hablado. Tampoco le había mentido en que era gay, pues la presa de esta noche, iba a ser Danny. 

— Tú quédate al margen, ¿Entendido?

Antes de que ella pudiera contestarme, ya me había ido de su campo de visión, y es que posiblemente, si me hubiera quedado más tiempo para que me contestara, habría acabado viniendo conmigo o echándome la bronca de que podría hacer cualquier cosa.

Solamente, pude ser consciente de que se quedaba en la barra y se pedía varios vasos de vodka, uno detrás de otro durante toda la hora que me pasé esperando a que Jackson atacara a alguien. Mas, como no lo hacía, decidí volver a buscarla dado que en ese momento se encontraba sola.  

— ¿Sabes, Isaac? La otra noche, la que te dije que había soñado contigo, bueno, pues nosotros... Nos besamos y... y más... cosas. Me gustó el sueño. "Haz tu mejor error, porque no tenemos tiempo para lamentarnos"

Dejó el vaso de vodka en la barra, pues al parecer ya había terminado de tomárselo, y sin duda alguna estaba borracha ahora que parte de su condición había desaparecido; ahora era una simple humana. 

— Vale, estás borracha. 

— No lo estoy tanto como crees.

Ella se bajó de la silla, para ponerse de puntillas. Colocó su mano en mi nuca y mi mano en su cintura, juntó sus labios con los míos, yo la atraía más y más hacia mí. Era realmente gratificante.

Another Hale | Stiles S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora