Another Hale | Stiles S.

99. Parece latín.

Stiles.

— Es la cámara de seguridad de la estación. — Parrish nos enseñó su teléfono móvil, logrando ver qué era lo que había pasado esa noche. Era una bestia, de más de dos metros, rápida, y que parecía conocer a Liam y Hayden como para querer matarlos de aquella manera.

— Parecía grande. — Añadió Scott, estaba completamente aterrado por lo que se nos venía encima, ni siquiera sabíamos qué tipo de cosa era esa, ni quién.

— Y bastante rápido para que nadie pueda verlo bien, pero ya sabes lo que es, ¿No? 

— La última quimera. — Añadí, mirando aquella puerta que estaba cerrada por el cordón policial. 

Necesitábamos entrar en aquel sitio, ver exactamente dónde había sido el asesinato, así que con ayuda del agente Parrish, conseguimos llegar hasta el lugar sin levantar sospecha ninguna.  Estaba frío, los cables estaban rotos, saltaban chispas y había sangre por todas partes, no creo que quiera presenciar por mí mismo aquella escena, aunque había una parte de mí, curiosa, que quería descifrarlo.

Scott se agachó rápidamente en cuanto vio el primer rastro de sangre, que era la prueba número uno.

— ¿Tienes una luz ultravioleta? — Le preguntó a Parrish inmediatamente, haciendo que éste, antes de preguntar la sacara de su bolsillo y se la tendiera. La encendió frente a la sangre y asintió repetidas veces. — Mercurio significa quimera. 

— ¿Qué hacía aquí? ¿Y por qué mató a un pobre técnico de comunicaciones? — Pregunté, mientras me acercaba a varios cachivaches para observarlos.

— Puede que le guste matar, o puede que sólo haga eso. Acojona. — Añadió Parrish, claramente lo hacía. 

— Parrish, ¿Qué cuerpos ves cuando sueñas con el Nemetón? — Terminó preguntando Scott.

— Los veo todos. 

— Espera, creo que tengo algo. — Le pedí con la mano el teléfono al agente para que volviera a prestármelo. Primero entraba el técnico dentro, después la hermana de Hayden, pero después salía la bestia de allí, ¿Cómo era posible que dos personas entraran y tres salieran? — Tiene que haber otra entrada. — Tras la sangre, había una especie de trampilla, estaba casi seguro que había salido de allí, o al menos teníamos que averiguarlo. 

— Tenemos que reunirlos a todos. 

No pudimos resistirnos a bajar, al menos, yo no lo hice. Scott estaba débil, y Parrish terminó por irse para acabar su turno, sólo quedábamos los dos, después de todo, como en los viejos tiempos. Sin embargo, seguía manteniendo aquella especie de linterna, y en el suelo estaba escrito perfectamente un 'Damnatio memoriae'

— Parece Latín. — Añadió Scott. Significa condena de la memoria, esta vez lo que los doctores han creado, sea lo que sea, esta última quimera no es algo nuevo, es algo antiguo, muy antiguo. Han resucitado a una criatura antigua. — No quites la luz, voy a hacer una foto. — Sacó el teléfono móvil para hacer una de ellas, pero por alguna razón había dejado de sentir gran parte de mi cuerpo, como la vez en aquel taller.

Desde el suelo, pude lograr ver como Tracy gruñía a Scott, como si quisiera algo de él, e inmediatamente se abalanzó para atacarle. Tras él Josh, que por alguna razón tenía electricidad en sus manos, pero Scott era mucho más listo que los dos, agarró la mano de la chica, y la colocó en el pecho del que manejaba la electricidad, logrando apartarla varios metros y que éste se cayera al suelo por el veneno de sus garras.

— Está bien, no estáis preparados para enfrentaros a un alfa, especialmente a uno que puede oler el miedo. — Escuché la voz de Theo apareciendo por la puerta de los túneles.

— ¡Tiene colmillos! — Gritó Corey, el cual estaba ocultado en la pared de los túneles e iba apareciendo poco a poco.

— ¿Qué has hecho? — Preguntó Scott, mientras levantaban a Josh del suelo entre Tracy y Corey.

— Encontrar nuevos amigos, no se me da bien el rechazo. — Comenzó a dar vueltas sobre él, mientras yo todavía seguía tirado en el suelo. — Vas a salir de aquí pensando que soy el enemigo; pero te equivocas. Volvemos a estar en el mismo bando. ¿Has visto esa cosa? Eso es preocupante para tu manada y la mía. Vamos a volver al instituto y a fingir que somos unos chicos normales, pero por la noche lucharemos por nuestras vidas.

— ¿Qué es? — Pregunté ya harto de aquel discurso de mierda que se estaba marcando Theo.

— No es una quimera. 

— Pero en el fondo es sólo un chico, alguien como nosotros. 

— Ya no. 

Theo.

(Varias semanas después).

Estaba escuchando a Lydia, estaba hablando sobre que alguien estaba llegando, y era yo, estaba claro que era yo, sus amigos tampoco eran tan sumamente rápidos. Estábamos mi manada y yo, no me faltaba nadie más.

— No haga esto Theo, ella está a salvo aquí. — Dijo el doctor, mientras salía poco a poco de la habitación en la que se suponía que estaba ingresada Lydia. — Los doctores del mal desconocen lo importante que es.

Tracy le agarró del cuello, como amenazándole de que si se movía de su sitio iba a paralizarlo. Por otra parte, Josh, Corey y yo pasábamos al cuchitril de habitación que le habían asignado a Lydia Martin.  

— No tiene buen aspecto. — Terminó diciendo Josh, claramente no lo tenía, tenía un jodido agujero en la cabeza y estaba todo lleno de sangre.

— Cogedla, nos la llevamos de aquí. — Me di media vuelta, comenzando a caminar hacia la salida. 

— ¿Para qué quiere una manada de quimeras una banshee? — Preguntó inmediatamente el doctor.

— Yo no quiero una banshee, quiero un perro del infierno.