Capitulo #3

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Tomé mi celular al sentir su vibración, en señal de que me había llegado un mensaje. Al revisar leí que era de Town y sin duda lo apreté.

"Oye pequeño, recuerda que me debes esa salida."- Decía.

Me sentí mal al leerlo, quizá el era una razón para no realizar lo que estaba por hacer...

Sin embargo, no pensaba cambiar de opinión.

"No lo he olvidado Town. Creo que no iré a la universidad estos días."- Contesté para luego apagar el móvil.

Hoy era el día.

Tomé las pastillas para dormir, que estaban en la mesita de luz de mi cuarto y me senté en mi cama.

"Lo haré" -Pensé.

Temblando por aquella decisión que había tomado, introduje una de las pastillas en mi boca y la mastiqué tragándola. Luego otra, y otra más, hasta que acabe todo el paquete.

Me tapé con las frazadas y esperé a que pasara.

Quería morir, ya no aguantaba más ese infierno. Lo lamentaba por Town... quizás habríamos sido buenos amigos...

Me fui dejando llevar por el sueño, hasta que todo se volvió negro y perdí el conocimiento. Mi último deseo fue poder descansar en paz.




Desperté sin saber donde estaba. Las sábanas blancas de la cama donde yacía y el suero que tenía puesto me hicieron dar cuenta que me encontraba en un hospital.

¿Había fallado? Al parecer sí.

Miré a mi alrededor y estaba completamente solo. Aún tenía sueño, pero quería esperar a que el médico entrara para que me diga cuando saldría de aquí.

No pasaron más de 10 minutos y ya había llegado el hombre que esperaba, pero.... no había venido solo.

Town, al verme despierto, formó una enorme sonrisa expresando alegría, a la par que sus ojos se iluminaban.

-¡Jack! -Gritó emocionado.

El doctor solo se me acercó y le pidió amablemente al azabache que se retirara de la habitación, cosa que el hizo sin rechistar.
Posteriormente me revisó y me sonrió en señal de que estaba bien.

- ¿Recuerdas quien eres? ¿Quién es el chico que te vino a visitar? ¿Dónde vives? -Preguntó el doctor.

- S..si -Respondí.

-Bien. -Contestó.

Luego salió del cuarto y volvió con Town.

-¡Que suerte que estés bien! Y que no has perdido la memoria, el señor Gonzales me dijo que corrías ese riesgo -me tomó de las manos- ¡pero ahora que veo que si recuerdas todo, estoy feliz! -Dijo Town sonriente.

Antes de que pudiese contestar el doctor me interrumpió para explicarme mi situación y que me podría ir en una semana.

El hombre con bata blanca se retiró dejándome a solas con Town.

-No vuelvas a hacer eso. -Dijo firmemente.

Yo solo asentí, esta vez no lo volvería a intentar.

-Town... tengo sueño... -Dije algo cansado.

-Entonces duerme, pequeño. -Me dio un beso en el cabello, provocando que me sonroje.

Me acomodé quedando listo para dormir y sentí como el también lo hacia, acostándose al lado mío. Me sonrojé al instante.

-¿Puedo dormir contigo? La silla es incómoda. -Preguntó, para cuando ya estaba cerrando los ojos del sueño.

-S..si -Contesté. Luego, él me abrazó, quedando así los dos completamente dormidos.

Ya era el segundo día que pasaba en ese sitio, sin contar los anteriores que estuve inconsciente.

Esa tarde el azabache vino a visitarme, pero lo pude notar algo raro. Parecía... desanimado, triste... cansado...

No me animé a preguntarle el porque, quizás era algo que no quería contar.

Aunque eso no fue lo único extraño, sino también que parecía tener algo en la espalda que no quería que yo vea.

Las otras visitas fueron iguales. Cuando sonreía, no parecía feliz. Cuando hablaba, no parecía tener ganas de hacerlo. Hasta llegué a pensar que era mi culpa, o algo parecido.

Así paso la semana, hasta que me dieron el alta.

Regresé a mi casa y cuando vi a mi mamá, esta vez no borracha, me decidí a decirle algo, aunque no sabía como.

-M..ma... -La llamé dudoso.

-¿Qué quieres? -Contestó secamente.

-G..gracias... por... haberme salvado d..de el suicidio. -Le tenía miedo a mi madre, más que nada a las respuestas que ella me daba.

-No te creas mucho niño, solo te ayudé por que quería que luego vayas a comprarme alcohol. Pero ahora veo que no me ha servido de nada, y que para colmo, tuve que pagar para que te cures. -Me miró con sus indiferentes ojos azules, los cuales yo había heredado de ella.

Al escucharla decir eso me sentí algo decepcionado y despreciado. Creí que a partir de ahora me valoraría más, o me prestaría atención... pero me equivoqué.

-E..esta bien. -Sin saber que contestar, me retiré a mi cuarto a descansar un rato antes de cenar.

Me coloqué los audífonos, poniendo música de "Coldplay", mi banda favorita y, luego, cerré mis ojos.

No podía dormir, así que, aún con los auriculares puestos, bajé a cocinar.

Hice un omelet, ya que no tenía mucha hambre ni energías para preparar algo extravagante.

Miré a mi madre, dormida en el sillón. "¿Disfrutara ella de esta vida?" Pensé. "¿Y Town?"

Sentí que la música se cortó, dando paso al "Ring" de los mensajes.

Decidí leerlo luego, ya que en ese momento estaba ocupado cenando.

Al terminar, regresé a mi cuarto. Me senté en la cama y posé mi cabeza en mi mano izquierda, mientras con la otra revisaba lo que antes había ignorado.

" Perdóname Jack por lo que acabo de hacer... quiero decirte que... te amo, pero no puedo seguir viviendo con este dolor que no me deja escapar...soy un idiota...perdóname por favor...te amo."

¿Me ama? ¿Qué? ¿Dolor? ¿Qué hizo?" Pensé. ¿En que sentido me amaba?

Estaba totalmente confundido, ¿a qué se refería?

Contesté al mensaje esperando una respuesta que nunca llegó.

" Town... también te amo, pero... estoy confundido, ¿que has hecho?"

Pasé casi toda la noche despierto, con el celular a un costado, pero a fin de cuentas el sueño y la sensación de que a esas horas no contestaría me hicieron caer dormido.

Hasta que te conoci (yaoi) [Concurso lemon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora