Narra Jack:
Estaba con Town, dando un paseo de la mano. Cuando apenas nos despertamos, decidimos buscar algo con lo que entretenernos, por esa razón, salimos a caminar por la ciudad.
Yo me distraía observando las formas que habían en las nubes; un ave, un dragón, un gato, esas eran los que podía distingir.
Desde lejos, se oyó un grito, proveniente de una niña, que nos llamó la atención. Los ruidosos gritos no cesaban, y no parecían ser causados por un simpleme juego de pequeños, entonces me puse tenso y me decidí a mirar a Town esperando que dijiera que hicieramos algo.
Pero cuando volteé, el ya estaba corriendo hacia la niña, arrastrandome de la mano.
Llegamos y la pequeña estaba llorando mientras era intimidada por 3 hombres, los cuales estaban empujandola y lanzandole barbaridades que, una persona normal, no se atrevería a decirselas a una chica de tan poca edad.
Narra Town:
Al momento de llegar al lugar solté la mano del pequeño y me acerqué más, queriendo ayudarla pero, no podía.
Estaba enojado al ver como la lastimaban, solo quería acabar con ellos.
Mis manos volvieron a rodearse de aquella extraña aura negra como la primera vez pero, no fue lo único que cambio.
Mi cabello empezó a tornarse de un color blanco, mientras que una sonrisa algo diabólica se dibujaba en mis labios.
-Suelten a la niña - Exigí, nuevamente con dos voces. Aquellos hombres voltearon a mirarme ¿realmente me escucharon?
-¿Qué si no, idiota? - Se rieron.
Mala respuesta.
Abrí mis alas y me elevé un poco haciendo que las sombras los rodearan y de ellas empezaran a salir unos demonios creados por mi mente.
Cada uno alejaba a un hombre, y me estaba gustando el poder que lograba sentir.
Al final de todo, los brabucones huyeron, corriendo como gallinas, y baje quedando frente a la niña. Me sentía extraño, con ¿odio? ¿ira?
"¿Qué es lo que me pasa?" -pensé.
Noté como mi pequeño se acercaba preocupado, tomandome suavemente de las mejillas.
-¿Town? ¿Qué sucede? Tu cabello... ¿estas bien?
No pude contestarle... quería hacerlo pero no podía, mi cuerpo no reaccionaba.
Jack siguió calmandome hasta que al fin volví a la normalidad, tanto en mi color de pelo como en el control de mi cuerpo.
Dí un último suspiro y observé a la chica, quien se mostraba confundida.
Ella se levantó del suelo, limpiandose los pequeños granos de polvo que habían quedado en sus ropas, y empezó a caminar buscando algo.
-Oye... ¿nos ves? -preguntó jack inocentemente.
La muchacha no contestó, solo siguio caminando mientras observaba el cemento de la calle con lagrimas en sus ojos.
-M...mamá... -sollozó - papá... ¿dónde están? -se preguntó a si misma.
Me sentía mal por ella, seguramente se había perdido o escapado de su casa, y ahora que quería volver, no sabía como.
Como si pensaramos lo mismo, mi pequeño y yo la seguimos aún sin que supiera de nuestra prescencia.
Por si no se han dado cuenta, al ser ángeles, los seres humanos no pueden vernos. Unicamente se percatan de los demonios.
-¡¡Lucía!! -Gritó una señora robusta acercandose a la niña, sacandome de mis pensamientos- Dios mío, ¡que susto me has pegado! -La abrazó fuertemente expresando felicidad de haberla encontrado.
-¡Mamá! -Correspondió llorando. -¡P..perdón mami! ¡No me voy a e..escapar más de casa! Soy una mala niña. -se aferró a la señora.
Después de un rato de contemplar los lloriqueos y muestrar de amor entre madre e hija, miré a Jack con ternura indicandole que ya no había porque estar ahí.
Narra Jack:
Tenía ganas de llorar, y muchas. Me había emocionado demasiado, tanto que me aferré timidamente a Town mientras volviamos a su casa.
Luego de lo sucedido, me quedaron algunas preguntas. ¿Porqué su cabello había cambiado de color? No lo podía comprender, pero tampoco quería hablar de eso.
Distraído en mis preguntas, no me dí cuenta de cuando llegamos a la casa. Entramos, viendo como oscurecía el día, dando entrada a la noche. Nos habíamos pasado mucho tiempo esperando que la pequeña Lucia encontrara a su mamá.
Yo me encargué de preparar la cena ese día, con la duda de porque podíamos tocar, usar y sostener objetos materiales, pero no personas y animales.
-Cocinas bien, pequeño -Me sonrió Town mientras cenabamos las albondigas con salsa que había preparado.
Agradecí cariñosamente y seguí comiendo.
Al terminar, nos levantamos y nos vestimos con la ropa para dormir. Había sido un largo día y necesitabamos descanzar.
Me acomodé en la cama, sin cubrirme con las sabanas. Town me imitó, pero abrazandome por la espalda.
Me encantaba estar así, me hacia sentirme amado e importante. Todas mis tristezas casi desaparecían.
Volteé, quedando de frente a Town y correspondí al abrazo.
-Eres tan tierno- susurró besando mi frente.
-Y... t-tu eres muy lindo... -Tomé algo de coraje para decirle eso.
Como de costumbre, sonrió y me besó en los labios. Quería, pero no podía evitar que mis mejillas tomaran color.
-Jack... ¿puedes abrir tu boca?- Preguntó.
Yo, sin entender bien para que, asentí y obedecí.
El bajó su mano hasta mis caderas, abrazandolas, y unió nuevamente nuestros labios. Pero, esta vez, moviendo su lengua dentro de mis fauses.Enganché mis brazos a su cuello, sintiendo algo así como mariposas en mi estomago.
Ese beso era apasionado, deseoso. Demostraba cuanto nos necesitabamos el uno al otro.
Separó nuestros labios, y besó mi cuello con cuidado, haciendome soltar algunos suspiros de exitación.
Descendió un poco sus besos y mordiscos, hasta llegar a mi clavicula. Lamió y dejó una marca, mientras yo lo abrazaba cada vez más fuerte e impaciente.
-Esa marca es para que sepan que eres totalmente mío. -Añadio volviendo a mi cuello.
¿Cuan lejos ibamos a ir esta vez?
El placer me cegaba y me hacía querer más, más de Town.
El se separó y se puso encima mío. Volvió a sonreir.
-Jack -Susurró en mi oido- te voy a hacer el amor...
No podía verme a mi mismo, pero, estaba seguro que mi rostro era merecedor de una fotografía. Probablemente me había puesto totalmente rojo y le haya mirado avergonzado. Pero, recuerdo que como respuesta, le sonreí y volví a unirnos en un muy apasionado beso.
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Hasta que te conoci (yaoi) [Concurso lemon]
RomanceComo me arrepiento de haberme suicidado aquella noche, haber abandonado al ser que mas he amado por solo una anormalidad en mi cuerpo y por aquella miseria que me trajo un ser diabólico. Sigo vagando por este bosque en busca de tu mirada hermosa, se...