LEO
La cabeza me da vueltas, odio las resacas...me dejan atontado. Repaso el día porque estoy desorientado, prefiero no abrir lo ojos porque me encuentro demasiado cómodo.
Ah si... Fabio, me duele menos la mano que antes, pero es que tenía que darle con toda la rabia que tenía acumulada desde hace años, si, hace años, porque me di cuenta que me jodía demasiado que Helena le tuviese como su amor platónico.
El ni se movió cuando le pegué, supongo que se lo esperaba, lo peor es que el dijo que la besó, y después al ver el maldito vídeo que me mandó Mircella, me enfadé más.
Helena había besado a su amor platónico y yo estaba de mal humor, abrí el mueble bar del salón y me puse a beber sin dejar de mirar mi mano, Fabio se había ido justo después de pegarle, sin decir nada.
Me muevo un poco y me viene un olor a melocotón, abro los ojos de golpe y no puedo creer lo que contemplo.
Helena está dormida a escasos centímetros de mi cuello con su brazo abrazando mi cuerpo desnudo. Espera, levanto la sábana un poco y veo que tengo los calzoncillos puestos, vale, no hubo sexo, me moriría si no me acordase. ¿ Y como cojones acabé aquí ? ah... ahora lo recuerdo, bebí hasta que decidí venir a su casa. Noto algo raro en mi mano y la saco de debajo de las sábanas, está vendada...si, me la curó ella, bien, ya recuerdo todo.
Helena suspira y eso enciende mi polla, joder, a ver como salgo de aquí sin despertarla.La miro y veo como su pelo tapa la mitad de su cara, se lo aparto y sonrío, si alguien me viese ahora mismo me llamaría estúpido por mirarla de esta forma. Es perfecta, cada parte de su cuerpo y de si misma es perfecto.
Decido no moverme y seguir mirándola, lleva un camisón que enseña su canalillo y aprovecho a grabar en mi mente cada parte de su nuevo cuerpo, de joven no era así ni de broma. Ella se mueve y sube la pierna encima de la mía, demasiado cerca de mi excitado miembro. Veo como frunce el ceño y abre los ojos lentamente, sonrío porque sé que va a sobresaltarse.
Unos ojos azules me dan los mejores buenos días de toda mi vida y para mi sorpresa, un colorete se forma en su mejilla izquierda acompañado de una sonrisa tímida y preciosa.
- Buenos días - susurra.
- Buenos días - contesto de igual forma.
Busca mi mano y se incorpora un poco para examinarla.
- ¿ Te duele ? - pregunta acariciando mis nudillos vendados.
- Ahora mismo no - la miro hipnotizado, el escote de su camisón deja ver un cuello largo y estilizado y unos pechos que mis manos y mi boca ansían tocar con urgencia.
Se da cuenta que la miro y vuelve a acostarse tapándose hasta arriba.
- Me gusta tu cama, es cómoda - digo para que no se sienta cohibida.
- Gracias, cuando quieras te doy el modelo - sonríe.
- Mejor duermo aquí todas las noches y así me ahorro un colchón - digo entre risas.
- No creo que a mi padre le parezca bien - sonríe de nuevo.
- ¿ Qué te dije el día de nuestro último cumpleaños ? - pregunta tímidamente.
Genial Leo, eres un bocazas cuando estás borracho.
- Cuándo te acuerdes me lo dices de nuevo.
La miro fijamente y sonrío.
- ¡ Helena ! - escucho un pequeño golpe en la puerta.
No me lo puedo creer.
- Mi padre - dice en un susurro.
ESTÁS LEYENDO
Respira (Crónicas de la mafia #1)
General FictionHelena Ferragni empieza su último año en la universidad como estudiante de medicina , lleva una vida tranquila en Estados Unidos desde que su madre la mandó lejos de Roma y de los problemas . Sin embargo , ya no es tan fácil huir cuando tienes que...