Capítulo 31

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HELENA


Tomarme un helado en Piazza Navona con Fabio no era lo que tenía pensado hacer hoy, cuándo vi su ojo derecho morado, un sentimiento de culpabilidad me inundó, no quería herir a nadie.

- Siento lo de tu ojo - digo llevándome la cucharilla con el helado de chocolate a mi boca.

- No te preocupes, supongo que me lo merecía - responde riendo y lamiendo la bola del helado del fresa.

Miro hacía la fuente de Bernini y pienso en lo que cambió mi vida en tan solo unas semanas. Mis sentimientos por Leo cada día eran mayores, y dudo que pueda seguir evitándolos más.

Fabio no mencionó nada sobre nuestro beso ni sobre quién le pegó ni nada que tuviese que ver con lo sucedido, ambos sabíamos lo que había ocurrido.

Me llevó a casa de los Corleone antes de tiempo, no sé por qué, igual tanto silencio entre ambos era demasiado molesto. Antes de bajarme del coche me giré y le miré.

- Cuida a mi padre y cuídate tú también - digo seria.

- Estate tranquila por nosotros, pásalo bien con Alexia - dice guiñándome su ojo bueno.

Entrar en la casa de los Corleone por segunda vez en tan poco tiempo fue extraño para mi y para ellos, Alexia me abrazó con cariño al igual que su madre, Valentina, la madre de Leo no se encontraba en casa, ni tampoco su padre.

- Leo ha tenido que irse unos días fuera con Benja, no tengo ni idea de cuándo volverá - me dice apenada.

La verdad es que me jode un poco, pero bueno, tampoco iba a pasar nada...

- Contigo me llega Alexia, vamos a ver una peli - respondo con una sonrisa.

Después de ver dos películas románticas estoy que vomito amor. Me meto en el baño de mi amiga y me cepillo los dientes hasta que escucho mi móvil sonar, voy hacia el y sonrío al leer quien llama.

- Hola Romeo - saludo demasiado eufórica.

- Soy Leo - responde borde.

Me río, qué tonto puede llegar a ser.

- Lo sé, lo decía por lo de este mañana, olvídalo - digo negando con las manos.

El se ríe y por fin lo entiende.

- Vale, es que estoy algo cansado, perdona - dice con voz baja.

- ¿ Dónde estás ? - pregunto curiosa.

Tarda un poco en contestar.

- En Milán, pero conduciendo parece que queda más lejos.

Me atrevo a preguntar de nuevo.

- ¿ Cuándo vuelves ?

Le escucho suspirar.

- No lo sé, pero espero que sea pronto.

Eso me hace sonreír.

- Yo también.

- Espérame ¿ vale ?

No entiendo lo que quiere decir.

- No te sigo.

- Te diré todo lo que quieras, pero espérame por favor, no quiero joder esto...que tenemos ahora.

Mi corazón se acelera y me pongo colorada.

- Helena, ¿ estás ahí ? - pregunta.

- Si, vale, te tomo la palabra - no me puedo creer que por fin me cuente que pasó esa noche - ¿ Por qué me llamas ? - necesito saberlo.

Respira (Crónicas de la mafia #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora