Capítulo 34

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LEO


Llegué a casa con una sonrisa de oreja a oreja y tarareando una canción, mi madre estaba en el salón con mi tía y mi tío que por fin había vuelto, Alexia estaría feliz con su padre aquí.

- Leo - mi madre se levanta del sofá y viene caminando rápido hasta mi - ¿Cómo no dormiste en casa? Sabes cómo me preocupo después de todo lo vivido si no vienes, por lo menos avisa hijo - dice preocupada y enfadada.

Pero estoy tan contento y feliz que la abrazo y la hago dar vueltas hasta que me pega con cariño en el hombro.

- Que contento estas hoy ¿ cuál es el milagro ? - pregunta poniendo la misma expresión que yo cuando algo intuye.

- Dormí en casa de Helena - digo con orgullo.

Ella abre la boca y se la tapa con la mano después de enseñarme una rápida sonrisa.

- ¿ Estáis...juntos ? - pregunta contenta.

- Si mamá, tu hijo está oficialmente fuera del mercado - digo mientras subo las escaleras hasta mi habitación.

- Que emoción, voy a contárselo a tu padre - dice con una risita y alejándose de la escalera.

Mi madre siempre quiso a Helena, es la hija de su mejor amiga, aunque por desgracia ya no son tan amigas después de que mi padre se alejara de ellos por lo sucedido. Hoy tendría que contarle todo lo que hablé con Helena, necesito saber como puedo protegerla ahora que más o menos le conté todo. Naturalmente omití la parte en la que vi a su tío muerto y de que estoy seguro que alguien de su familia le mató, pero al no tener pruebas no puedo arriesgarme a que ella se enfade conmigo, ahora no puedo volver a cagarla con ella.

Después de desayunar con toda mi familia al completo y de que Benja apareciese por mi casa con una cara de felicidad igual que la mía, entro en una pequeña reunión que organizó mi padre hace media hora.

- Tengo malas noticias - comienza a decir.

Eso ya hunde la felicidad que tenía durante toda la mañana .

- ¿ Qué pasó ? - pregunto serio.

- Han vuelto a decir que los Napolitanos venden armas, dos clanes lo confirman, alguien se las quiso vender, no aceptaron porque me son fieles, pero parece que tenemos un grave problema - cuenta mi padre mientras se estira en su silla de piel.

- Es imposible, me informé con mi confidente, ya te lo dije - digo enfadado y tirando la silla al suelo de malas maneras.

- Leo, cálmate, igual te está mintiendo pero necesitamos ir allí nosotros mismos y averiguar que está pasando.

- Está bien, iremos después de la fiesta, prepararé lo necesario, pero ya te repito que en Nápoles no está pasando nada, creo que nos quieren engañar papá, querrán que les declaremos la guerra - digo más enfadado que antes.

Salgo de la reunión y alguien me coge del brazo.

- Leo, cálmate, te necesitamos centrado, yo te creo si dices que en Nápoles no ocurre nada, pero pienso que deberíamos investigarlo con mucha precaución - me dice Fabio soltando su mano.

- Estoy muy calmado Fabio, lo único que me jode ahora mismo es que estoy seguro que alguien nos quiere tender una trampa y vamos a caer en ella como una insignificante rata - respondo arrastrando las palabras.

Mi padre y mi tío salen fuera de su despacho y ambos me miran con expresión severa.

- Leonardo, no sé quien será tu contacto pero muchas familias nos odian, eres un Corleone y si pudieran acabar contigo lo harían - dice mi padre mirándome seriamente - Hijo, eres el heredero de todo esto, tanto Fabio como tu tío y los demás te ayudaran en todo pero solo tú podrás manejarlo - me coge de los hombros y se acerca a mí - eres igualito que yo de joven, por eso siempre te he entendido tan bien, ahora que finalmente Helena y tú estáis juntos - miro hacia Fabio y veo sorpresa igual que en la cara de mi tío - deberías comprender que un paso en falso y ella podría salir dañada de esto, por eso pienso y calculo las cosas antes de actuar, no quiero que algo le pase a esta familia.

Respira (Crónicas de la mafia #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora