capitulo 2

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Tu.

Cuando desperté estaba en una especie de cuarto con ventanas de cristal muy grandes, todo me daba vueltas y la única iluminación que había me estaba dejando ciega.

Unas luces comenzaron a parpadear desde dentro de las ventanas y yo presentía que algo malo estaba sucediendo. (*¡Claro que algo malo sucede, dijeron que te venderían! ¡¿desde cuando eso no es malo?!*), y mi conciencia seguía siendo la lógica en esta relación.

Feilong.

No tenia ganas de ir a esa famosa subasta pero hoy mataron a 5 de mis hombres y estaba de mal humor, pensé en ir a buscar sus reemplazos, luego de comprar lo que vine a buscar me quede a ver la subastas de las chicas, este comerciante en particular casi no agregaba chicas a sus mercancía de ventas y siempre que lo hacia era por algo especial, la primera que presentaron no me agrado, la segunda era muy tosca para mi gusto, pero la tercera llamo mi atención y la de varios más.

Al principio ella estaba muy cedada pero en medio de la disputa abrió los ojos vio a su a rededor y se puso en posición fetal y la veía removerse.

Estaba llorando, y a mi me gustan las sumisas, así que antes que me la ganara el idiota del alemán puje por ella, en el momento que yo pujaba y daba una suma grande nadie mas ofrecía nada, yo era el que mandaba, pocos o casi nadie se atrevía a llevarme la contraría, era mi territorio.

Con esa compra ya no me intereso seguir comprando mas nada y regrese a mi casa.

Le di ordenes de quitarle la horrible ropa que llevaba puesta y le colocaran algo mas  de mi agrado, luego solo tenia que esperar que ella se despertara.

Tu.

Desperté en un cuarto amplio bien decorado, en una gran cama y con unas ropas extrañas, abrí las ventanas y un hermoso escenarios había en frente de mi, eran árboles grandes de hojas chicas y troncos gruesos, un lago y una pequeña cascada, el paisaje era majestuoso, en ese instante el escenario parecía tan irreal que por pocos segundos pensé que era un sueño, pronto la realidad me golpeo y me saco de mi trance y una cosa me hizo saltar del desconcierto.

-mierda, ¿donde estoy?. Dije en voz alta y salí corriendo del cuarto donde me encontraba.

Corría por todo el pasillo y nadie salia o yo no me encontraba con nadie, de repente entre a una clase de sala y en ese momento me di cuenta de que la casa era de estilo occidental.

Trate de salir corriendo pero en una de las esquinas de la casa choque con un tipo de mirada escalofriante joven de pelo largo, mas largo que el mio y rasgos occidentales.

Caímos al suelo yo encima de el.

-¿señor?, ¿esta bien?. Le dijo un hombre que venia con el, el no escucho nada y solo de dedico a ponerme una mano en la mejilla y acaricio mis ojos y mi cuerpo recibió esto como si eso fuera costumbre.

Espera, el ¿dijo?, ¿señor?, me levante como un resorte del piso y lo señale.

-¡tu!. Dije como cuando acusas a alguien y el oscureció más su mirada.

-es de mala educación señalar a los demás niña. Medijo colocándose de pie.

-regresame a mi casa. Le exigí.

-no. Y nuestras miradas se encontraron dando inicio a una pelea que al parecer el iba a ganar pero no me rendiría tan fácil.

-mira, es más que obvio que eres un mafioso, por que las personas que me secuestraron lo eran y me llevaron a una lugar al que el dueño de una floreria no ría, si lo que quieres es recuperar el dinero si me dejas ir buscare un trabajo y te pagare, no es necesario que me quede aquí, te lo advierto no pienso hacer nada con tigo a menos que este en tus planes obligarme. Y como bruto al fin sin soltar una palabra me besó y me cargo en contra de mi voluntad, a uno de los cuartos de la casa.

comprada por un yakuza feilon y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora