capitulo 12

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Feilong.

Después de ese "te quiero" ahora lo único que pasaba por mi mente era hacerla mía, la había probado y no solo me había gustado sino que pensaba un 90% de las veces en ella, era peligroso para mi, si seguía como iba ella se convertiría en mi debilidad, su cuerpo era tan pequeño y manejable, su olor era exquisito y su sabor era aun mejor.

La rrecoste en la cama dejándola a mi merced, se veía tal frágil de esa forma, daba la impresión de que si  la trataba de una forma brusca la rompería.

Con los besos que repartía dejaba marcas en su cuerpo, con cada nueva caricia sentía como su cuerpo reaccionaba, se removía debajo de mi dando suspiros y gemidos ahogados que no hacían otra cosa mas que excitarme aun más, le quite la blusa y el sujetador y tome en mis manos sus senos jugando con sus pezones.

Gemidos, excitantes y avivados gemidos salían de su garganta, a medida que yo chupaba y jugaba con ellos, tome sus manos con una de las mías y la puse por encima de su cabeza aprisionandolas e impidiendo su movimiento fui quitando cada pieza de tela de su suave cuerpo y acariciando su piel, cuando ya no tenia mas nada me tome el tiempo de ver por completo todo su cuerpo, y me exite mas de lo que estaba si es que era posible, su pelo suelto y revuelto entre las sabanas, su pecho subia y bajaba en forma anormal a causa de su respiración agitada y toda su cara estaba roja, su boca entre abierta con los ojos cerrados y esa expresión de sexo escrita en toda la cara, sin duda era la mejor vista tome un preservativo y me lo coloqué.

Me hundí en ella haciendo que  nuestros cuerpos estremecerse, ella grito mi nombre y desde ese momento quise escuchar solo eso, mi nombre en sus labios.

Sus gemidos llenaban el espacio envolviéndonos en una burbuja solo de nosotros dos, sentía como mi pelo se pegaba a mi piel por la capa de sudor que ya hacía en nuestros cuerpos, el sonido de cada penetración llegaba a mis oídos volviéndose peligrosamente adictivo, aumente el ritmo y senti como ella dejaba lo ultimo que quedaba de su conciencia entregándose al placer que yo le proporcionaba, invirtió posiciones y me asombro y éxito a la vez, ver a ses ser tan pequeño llevar el mando era casi glorioso, llevándome al final en una cascada de placer, se desplomo en mi pecho con la respiración entre cortada no podía moverse, la tome entre mis brazos y la deposite a un lado de la cama, puso su cabeza en mi pecho y se perdió en el país de los sueños.

Aquí les dejo otro capitulo mas, nos leemos la próxima semana.

comprada por un yakuza feilon y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora