Capítulo 2: 184 días

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-¡Al menos ponte una camisa! -digo riendo, mientras le veo correr hacia mí para luego levantarme entre sus brazos.

Hunter me mira sonriendo de una forma exquisita y me deja en el suelo nuevamente. Es extraño que él, siendo un demonio sea tan atractivo... En realidad, creo que, a no ser por ese tatuaje y el color ámbar de sus ojos, podría pasar tranquilamente por uno de los nuestros. Me he enterado de algo: nos mienten.

No es malo, ni cruel, mucho menos horroroso. Él es alguien que jamás esperé conocer, puedo hablarle sin sentirme cohibida, preguntarle lo que sea, estar horas en silencio pero a su lado e inclusive así pasarla bien. No creo aún la forma en que lo conocí, ni tampoco cómo pude pensar eso de su especie.

En estos días estuve saliendo de mi casa bastante seguido, tanto de noche como de día. Incluso cuando madre me puso varios guardias, y yo pude evitarlos para venir al encuentro con él.

Nadie sabe adónde voy, y espero que no se estén haciendo ideas.

Por su parte, Hunter arriesga mucho más, porque a pesar de que no sea tan custodiado el bosque, y pueda decirse que es un puente entre su mundo y el mío, si le ven, lo matan. Ya le he dicho miles de veces que se camufle, o que busquemos otra forma... Pero él siempre contesta que no tiene nada que perder, y ahí dejamos el tema.

-Me gusta estar así, me siento libre -comenta al aire-. ¿Te incomodo?

No le contesto, le sonrío y muevo mi cabeza de lado a lado. Luego me acerco más a él y toco su tatuaje que tanto me llama la atención, ese que marca tanta diferencia entre él y yo. Siempre está más cálido que el resto de su piel, es como si estuviese con fiebre todo el tiempo. Muerdo mi labio al sentir su piel e instantáneamente le suelto.

-Es que si cubres el tatuaje, podrías pasarte por un ángel.

Una vez le vi con sus alas, son diferentes a la de los ángeles, más tienen una forma más puntiaguda y sus plumas son más grandes. Pero no son ni rojas, ni desprenden fuego: son hermosas.

-¿Sabes que si cubro el tatuaje y me descubren me matan, no?

-¿Uh? -abro mis ojos como dos lunas llenas-. ¿Cómo pueden vivir así?

-Ese es el punto, Aera: no vivimos, está prohibido para nosotros.


Almas de cristal [#4 PRECUELA ORÍGENES CRISTAL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora