Capítulo 15: tiempo agotado

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Me han puesto un vestido blanco -irónicamente, el que yo usaría en mi boda- y me obligaron a que mis alas permanecieran abiertas y exhibidas ante la presencia de no-sé-quién. Al caminar, lo hago con la cabeza en alto, sin mostrar los nervios que siento, y el miedo a morir.

Emmanuel aparece ante mi vista dentro de mi cuarto, hace un gesto para que sus acompañantes se marchen y quedo junto a él. Yo le miro con miedo, él pone una mano sobre mi hombro descubierto. Luego de unos largos segundos, me susurra:

-La cuidaré, lo prometo. Le contaré de ustedes, no serán olvidados. Me hubiera gustado, sin embargo, que fuera diferente esto... Creo que no vale nada decir un "lo siento". Ella estará bien -dice, y se da vuelta, para salir tan deprisa como entró. Afuera lo escucho exclamar: -. ¡Ya está lista! Sólo denle unos minutos, ¿ok? Sí, me he encargado de eso. Ella no representa amenaza para él... -Y su voz se vuelve una más.

Intento no mantener mis expectativas de vida demasiado altas. Sé que me espera un augurio. Me sacan de la casa con armas, esposada y bajo las miradas de muchos ángeles vengadores. Entre ellos, me encuentro con unas iris azules particularmente conocidas... Emmanuel, ¿otra vez? No, no. Él no. Es Owen. Le suplico, rogándole con la mirada que no me juzgue como todos. Está curioso, no noto indiferencia en sus ojos. Y, en lugar de acompañar a sus compañeros, él se aleja, hacia otra dirección. Se pierde en la multitud.

Dejo de prestar atención a él y me llevan sin siquiera tocarme hacia el castillo del arcángel líder. Qué lindo, mi ex-futuro esposo por matrimonio arreglado estaría esperándome. ¿Querrían que me casara con él? ¿Por eso el vestido? Lo dudo, ahora soy una escoria para todos. Me encamino hacia un pasillo lo suficientemente horrible como para saber que no es el sitio bonito del lugar. Puedo notar unas celdas pasar a mi lado. Sí, estoy pasando por el calabozo.

Todo mejora y empeora a la vez, al ver a Hunter caminando unos metros adelante. Él sí tiene magullones, pero su dignidad está al tope. No tiene puesta la camisa y su insignia que marca la diferencia entre su especie y la mía, parece brillar con fervor. Me pregunto cómo estarán los demonios... ¿Decepcionados de que uno se enamoró del enemigo? ¿O felices porque alguien se atrevió a desobedecer a los ángeles?

Veo como lo esposan y golpean. Yo empiezo a gritar e intento correr hacia él, pero diez ángeles vengadores se interponen en mi camino. Abren una puerta enorme y Hunter es arrojado al salón de Theodel. A los segundos, soy yo quién entra ahí, topándome con el rector de esta pesadilla y el amor de mi vida arrojado en el suelo, con las alas arrancadas. Casi no puede moverse, a duras penas intenta ponerse de pie.

Theodel está parado al lado del cuerpo de Hunter. Se encuentra vestido de negro, de una forma demasiado elegante y morbosa, como si estuviera en una fiesta.

-Al fin nos vemos, lástima que en estas condiciones.

-¡Jódete! -Le muestro mi dedo corazón, arreglándome con las esposas, y me arrojo sobre Hunter.

Ángeles vengadores que están al rededor del salón -y que también están entrando a él- se abalanzan sobre mí, pero Theodel alza una mano y todos se detienen. Caigo sobre Hunter y me aferro a él. No es momento para llorar, me repito, y me tomo el atrevimiento de besarlo frente a todos. Recibo una leve respuesta de Hunter, pero lo siento conmigo. Su mano busca a tientas la mía, el metal que une sus brazos se choca con el mío, pero nada importa ya: puede que este sea nuestro último roce, nuestra última caricia. Nuestro último beso.

-Te amo -me susurra-. Te amo con todo lo que he vivido y con lo que jamás viviré -hace un gesto de dolor-. Te amo más de lo que odio a estos idiotas. Prefiero morir ahora antes de vivir sin ti. Te amo, y debí habértelo dicho más veces.

-No sé qué nos pase, pero jamás dejaré de quererte. Eres mi todo. -Alguien se aclara la garganta. -Gracias por enseñarme a vivir, a amar. Por mostrarme la realidad. Te amo, Hunter.

Toda la sala queda en silencio.

-¡¿Por qué lo impiden?! ¡No somos tan diferentes! -Les grito indignada- ¡Los ángeles no somos mejores que los demonios!

-¡Cállate, niña! -Me golpea al escucharme decir aquello, ruedo hacia otro lado, lejos de Hunter. Los ojos de Theodel, azules, están incendiados. -¡Bastante que dejo que se despidan de esa forma tan débilucha! ¡¿Cómo te atreves a retar al sistema?! ¡Eres una maldición para nuestra especie! ¡¿Dónde está su engendro?!

Silencio.

-¡¿Dónde está su bebé?!

-¡No hay bebé! ¡Nunca hubo! ¡Basta!

-¡No la toques, imbécil! ¡Déjala! -Escucho la débil voz de Hunter.

-¡Mientes! ¡El bebé es peligroso para nuestra sociedad! -Grita Theodel, golpeándome más fuerte. Yo siento mi mundo girar.

Jamás, aunque me torturen, hablaré sobre ella. Jamás.

-¡Déjala en paz! ¡Golpéame a mí! ¡Mátame a mí! ¡Yo puse esas ideas de amor en su cabeza! ¡No le hagas daño, es toda mi culpa! -Exclama Hunter, intentando levantarse, pero temblando en el intento. Theodel lo mira, despectivo, y el demonio se logra parar frente al malvado ángel.

-¿Tú, retándome? Yo sé que no es cierto, no puedes hacer algo así. ¿Piensas que desconozco tu magia? Ustedes tenían un hijo. No sé qué habrá pasado, pero no descansaré hasta encontrarlo y buscar que su muerte sea como la de ustedes. Lenta, dolorosa, pero sin demasiado tiempo para vivir -hace una señal a sus escoltas-. Llegó su hora. Aeraki, realmente una lástima. Tan buen linaje, pero tan mal carácter. En unos días, tú podrías haber sido mi esposa.

-¡ANTES MUERTA! -le grito mientras sus escoltas me toman y obligan a arrodillarme ante el arcángel.

-Así será, cariño -me guiña un ojo. Siento mi estómago revolverse-. ¡Ahora todos fuera! Menos ustedes -señala a quienes nos aprisionan. Hunter está luchando con todas sus fuerzas, intenta quitarlos de encima, pero es imposible. Yo sólo respiro y pido porque Emma pueda vivir, realmente virir.

La sala se vacía repentinamente antes de correr el primer minuto, ya no queda nadie en ella.

Theodel se aproxima a sus guardias y camina por detrás de ellos. Siento muchos gritos masculinos, suplicios. Luego nada. Un silencio fúnebre. Noto sangre corriendo debajo de mis pies; miro hacia donde se encuentra Hunter: está igual de atónito que yo. Sigue vivo... Entonces, ¿por qué Theodel mataría a sus hombres?

Alguien habla en mi oído.

-Ahora les contaré un secreto, uno nadie puede saber. Como ustedes ahora sabrán sobre él, serán nadie en breves instantes. Sólo disfruten de saber el porqué de sus miserables vidas.



Fin.


***

¡Lo sé! :'( :'( :'( Odié terminarlo, fue muy doloroso. Pero ya sabíamos como finalizaría todo... Conocer a Aeraki y a Hunter, sin embargo, fue una aventura que jamás olvidaré. Unos personajes que quedarán dentro de mi corazón siempre.

Espero que les haya gustado la historia. Ahora, con este final, tenemos un dato muy importante. ¿Qué piensan sobre eso? En fin. ¡Los amo! Gracias por acompañar esta pequeña mini novela. :3

Luego publicaré un EPÍLOGO.

Gracias por todo.

#AerakiyHunterporsiempre #AlmasDeCristal #SagaCristal :'(


-Brisa.


Almas de cristal [#4 PRECUELA ORÍGENES CRISTAL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora