Llego al bosque, a esa zona jamás concurrida, salvo por nosotros dos, pero no le veo. No hay rastros de él, ni notas, nada. Le entiendo: si deja algo como una nota, sería más fácil que nos encontraran.
Y ¿quién sabe? Tal vez es mejor esto, tal vez es mejor que nos desencontremos, porque por ahí eso ayuda a evitar nuestro mutuo final diagnosticado.
Con dolor en el corazón, de ese que siente una adolescente enamorada por primera vez, me recuesto contra el mismo árbol, y vuelvo a cerrar los ojos. No tengo ganas de volver a casa, no ahora.
ESTÁS LEYENDO
Almas de cristal [#4 PRECUELA ORÍGENES CRISTAL]
FantasíaCOMPLETA - PRECUELA DE LA SAGA CRISTAL Aeraki cumplía las reglas a la perfección, era la protegida de su familia, estaba comprometida a casarse con un ángel muy importante. Ya tenía toda una existencia planeada a la perfección... O eso pensaban sus...