Me pareció increible que la nueva reina me haya asignado a su hijo como compañero de guerra y no en el buen sentido. Yo siempre trabajo sólo o por lo menos cuando estoy en el campo de batalla.
No digo que Heartfilia sea un blandengue, para nada, se veía a simple vista qie se entrenaba mucho. Veamos como le va en la prueba de hoy.
- He oido que te han asignado un compañero. - exclamó una voz que conocía muy bien.
Esa chica que sd encontraba detras de mí era nada mas y nada menos que una de las guerreras más fuertes de Los Asesinos de Dragones, mi prima Kagura.
Ella y Simon llevan aqui más tiempo que yo. Su hermano tenía 24 y ella 17, dos años menos que yo pero se le veía muy seria y madura. Escuché que Erza Scarlet le entrenó y que fue convocada para ser capitana igual que ella, pero mi prima lo rechazó, no sé porque.
- Veré como le va en el campo de batalla.
- ¿Dejaran qte entré en la guerra nada más entrar?
- Eso parece. A la reina no le ha importado mucho.
- Seguro que porque tú estarás con él. - eso ya lo dijo la hermana Heartfilia que pasaba junto a nosotros. Hizo una reverencia y se fue.
- No debería hablar de tú a un soldado de la élite. - dijo mi prima. A mí, sinceramente, me impresionó.
- Parece que no le asusta esta situación.
- Ya me dirás entonces porque te han puesto de guardaespaldas para ella. - dijo algo malhumorada como suele serlo.
- No tengo otra que hacer caso a lo que me digan. - dije marchandome hacia ella con aire de superioridad.
Era increible pero la perdí de vista nada más cruzar la esquina. Sin embargo seguí como si nada, era demasiado orgulloso para esas cosas.
Me dirijí a la arena para ver como se las arreglaba en nuevo.
Se enfrentaría con Fullbuster el antiguo alquimista del palacio. Era uno de los soldados mas fuertes de los Corta Alas y oi rumores de que podría entrar tarde o temprano en mi pelotón.
- Preparate amigo. - dijo el alquimista sacando una espada de filo plata azulada.
- No hace fata que me lo repitas. - dijo Heartfilia con una sonrisa en el rostro. Sacó una espada muy extraña de su carcasa. El mango era de oro y el filo de la espada, un poco más grueso que el de Gray, era de color blanco nieve. Se le veía confiado pero no era imprudente. Observaba a su adversario con detenimiento y cuidado. Era buena señal.
Gray empezó con una estocada que Sting detuvo sin problemas y después fue él quien lanzó una estocada evitada por el Ala Rota.
Al cabo de una media hora, Fulbuster y Heartfilia pararon la batalla quedando empatados. Me quedé realmente impresionado pero no deje que nadie lo viera.
Mi titulo consistía no solo en luchar, sino que en mantener la calma en todo momento y no mostrar sentimientos a nadie. Sí era frío, pero hacía años que no sentía el calor de una persona. De todos modos, siempre me encontraba acalorado.
Había sido un día duro, tendré que dormir bien. Cuando me dirijía a mi habitación vi como pasava por delante la hija menor de los Heartfilia. Decidí seguirla para ver a donde se dirigía dado que era tarde y no debería estar fuera de sus aposentos.
Pude ver que se dirigió a la biblioteca donde allí solo había una persona que vivia con los libros. Se llamaba Levy Mcgarden. No sé mucho de ella pero he oido que es muy aplicada y algo antisocial.
- Buenas noches. Disculpeme. ¿No tendrá un libro sobre ornitologia verdad? - preguntó amablemente la rubia.
Espera... ¿Ornitología? ¿Que demonios era eso? ¿Un ornitorrinco? Espera... ¿Que es un ornitorrinco?
- Oh buenas noches majestad. - saludó Levy. La verdad, antisocial, no me parece la palabra más adecuada.
- Lucy esta bien. - dijo ella con una sonrisa.
¿Hablando de tú? ¿Pero que clase de princesa era?
- Ah... Muchas gracias Lucy. Bueno pues mira en esta sección hay un montón de libros de aves de diferentes paises que me trajeron ayer...
¿Aves? ¿Ornitología? ¿Ornitorrincos? ¿La guerra de los ornitorrincos? Genial. Como si no bastara con dragones.
- Sé que me has seguido. Y ornitología es la ciencia de las aves no de los ornitorrincos. - dijo Lucy algo mosqueada.
La pelidorado se dio la vuelta y me descubrió.
- Ah, hola Natsu. ¿Como te ha ido el día? ¿Que tal con tu nuevo compañero? - sin duda, ella no era antisocial. Para nada.
- Srt. Mcgarden. - dije reverenciandome a continuación delante de las dos.
- Ey, no seas tan formal. - dijo ella. - Ah, por cierto Lucy, hay un libro de ornitología en el almacén. ¡Voy a buscartelo!
- Muchas gracias, Levy. - sonrió de oreja a oreja.
Nos quedamos en silencio junto con los libros en la inmensa biblioteca.
- ¿Por qué me seguias?
- ¿Eh? Pues... - su pregunta me pilló pir sorpresa pero le respondi enseguida. - Soy tu gaurdaespaldas. Es mi deber.
- No, me hace falta un guardaespaldas, estoy bien. - seguía sonriendo pero se notaba que estaba molesta con esta situación. Mentiría si le dijera que no me molestaba estar vigilandola todo el día.
- Es mi deber cumplir las ordenes que se me asignen, para que todo vaya según la ley.
Ella parecia de lo mas desinteresada con esta conversación. Me ignoró y se subió por unas escaleras para coger un libro que estaba demasiado alto para ella.
- Pero yo no tengo que obedecerte y no te agradezco para nada que me vigiles por que yo...
De repente se resbaló y empezó a caer con el libro en la mano. Yo me apuré y con un rápido movimiento la cojí en brazos evitando su caida.
Nos miramos un momento a los ojos y vi que del susto que se llevó luego me miró con alivio y... contenta. Yo también me sentía... ¿Contento? Aun estaba alterado por el susto pero tenía que ocultarlo de algún modo. Realmente no creía que me sentiria asi. Sonrei. Sonreí como muy pocas veces hacía. Hasta yo me sorprendí de lo que hice. Y ella también me sonrió. Me mostró una hermosa sonrisa que hizo que mi corazón se estremeciera.
- ¿Ahora no te arrepientes de que te haya seguido verdad? - le miré entrecerrando los ojos hacia su mirada.
- No, no me arrepiento. - dijo ella despacio intentando sonar tranquila.
Estuvimos asi un minuto pero me pareció eterno. Una eternidad que, ojala, no se hubiera acabado nunca. Pero ella habló.
- E... esto... ya... ya puedes bajarme... - estaba algo sonrojada. Se veia adorable... pero enseguida reaccioné.
- Ah... eh... si, si claro...
La bajé con delicadeza y nos quedamos otro rato mirandonos algo sonrojados.
- Lucy. - Levy había vuelto ya y le dió el libro. Le estaba explicando de que iba así que aproveché para darme la vuelta e informarle.
- El toque de queda de mañana será a las 8:00.
No dije nada más y cogí el cerrojo de la puesta para girarla y salir pero una voz me detuvo.
- Espera. - me dí la vuelta y Lucy me preguntó - ¿Como te llamabas?
Levy, por alguna razón se calló y me guiño un ojo pero no sabía porque. Miré a Lucy y le contesté.
- General de Los Asesinos de Dragones, Natsu, Natsu Dragnel.
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El Caballero de La Armadura de Dragón
RomanceHace años, por culpa de los dragones, un niño perdió a sus padres y a su hermano y decidió entrar en la armada real para vengarse. Pero varias coaas cambiaran por completo el destino del chico... para mejor? O para peor? Antes de nada agradecer sinc...