Mirada Oscura

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Todo el ejercito de Fairy Tail estaba reunido en la gran sala del trono.

Yo estaba en primera fila con los generales de los bandos, sus comandantes y la realeza.

En total estabamos nueve personas; La reina Laila con sus dos hijos Sting y Lucy, La Generala Marvel y el Comandante Romeo de Alma de Fuego, el General Strauss con su lugarteniente Bixlow y por último estabamos mi prima Kagura y yo.

Por detras se encontraban Fullbuster, Loxar su compañera de batalla, Lion Bastia que también es su compañero, Hibiki, Ren e Eevee son los tres soldados de que mandan la información a los generales y los que previenen, evitan y crean movimientos contra el enemigo. Se les consideran grandes estrategas.

También estaban Rufus que entró recientemente en el pelotón Corta Alas, Orga, Flare, Bisca, Alzack y otros más como Macao o Wakaba pero escuché que posiblemente les obliguen a jubilarse.

Ya en el pelotón de Almas de Fuego se encontraban los soldados más jovenes y otros como Max, Warren, Jet, Droy, Toby, Chelia...

Yukino estaba en frente del trono para darnos una noticia. Solía enterarme de las noticias antes que nadie incluso antes de ser general pero hoy no tenía la más minima idea de lo que iba a anunciar. Erza y Mest, principal interprete del consejo real, estaban con ella.

Quien sabe, tal vez sea que Sting sera mi nuevo compañero de guerra, o que Kagura se dignaría por fin a ser parte de la capitaneria de élite como la capitana Scarlet... o algo.

- Os hemos reunido a todos aqui para informaros de una grave situación.

Vale, esto no empezaba bien.

- El consejo a negado nuestro movimiento de batalla.

Todos nos quedamos en silencio aun queriendo lanzar un grito o murmurar al de al lado, pero nos mordimos la lengua.

- La razón por la cual se nos ha negado participar en la guerra contra los dragones es por el principal recorte de presupuestos del gobierno el cual nos han indicado que...

No me lo podía creer. Dejé de escuchar a Yukino nada más darnos la noticia. Estaba indignado. No podía estar más furioso. No me importaban las razones, sólo quería luchar contra esas bestias sin alma. Quiero matarlos. Los mataré a todos.

Cuando acabo esa insufrible reunión me fui a mi habitación para darme una ducha. Necesitaba despejarme la cabeza. Entré en mi habitación y sin darme cuenta me choqué con Sting.

- Oh, general Dragneel. - se disculpó agachando ligeramente la cabeza.

- Ah, Heartfilia. Mis disculpas, no sabía que estaba aqui. - me disculpe haciendo una reverencia.

- Dejemonos de tanto formalismo. Somos compañeros al fin y al cabo, ¿No? - dijo él con una sonrisa.

No estaba de humor pero asentí intentando quitar la frustración de mi cara.

Cuando se marchó, me di una ducha muy larga y cuando me sequé del todo me quedé dormido en la cama.

Debieron de pasar unas horas cuando me precaté del sonido de la alarma de invasión de dragones. Estaban aqui.

Me puse el uniforme a la velocidad de la luz, cogi mi arma y me puse en marcha.

Salí del castillo y entonces vi a lo lejos en el pueblo un dragón no muy grande de color verde esmeralda y dorado con las garras y la frente roja con cuernos negros.

- ¡Vamos ojos caidos! ¡Date prisa! - gritó Fullbuster a lo lejos. ¡Como odio que me llame así!

- ¿¡Como has dicho exibicionista!? - le grité al alcanzarlo.

El Caballero de La Armadura de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora