Un Capitulo Más

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Miré por última vez el castillo medio en ruinas y me dí la vuelta sin mirar atrás.

Me encontraba en el bosque pensando a donde iré o que haré, pero no podía centrarme. Lo que pasó con Lucy seguía afectandome.

Escuché un sonido y me encontré con un lobo. Debí invadir su territorio ya que saltó hacia mí con los colmillos al descubierto. Quise golpearlo con fuego pero entonces, sin saber por qué, mi magia no funcionaba. Por instinto levanté mi brazo evitando que alcanzara mi cuello y lo tiré hacia atrás. No sabía que había un barranco hasta que miré por donde había caido.

El mordisco de ese lobo hizo que la manga de mi cazadora del ejercito se desgarrara y de mi brazo salía sangre. Me la quité del todo por incomodidad y fue cuando vi la marca del gremio.

Sentí una punzada en el corazón. Sabía que no podía volver. Los había dejado para volver con Lucy y tal y como me dijo mi padre, no podría volver.

Me sentía destrozado y frutrado en todos los sentidos. No sé cómo ni porqué, pero seguí caminando sin rumbo por aquel bosque.

No lo entendía. No entendía nada de nada. No era sólo por lo de la magia que llegué a la conclusión de que era algo psicológico por lo que pasó con Lucy. Tal vez esto me esté afectando más de lo que creía porque siempre llegaba a la misma conclusión, que no eran más que preguntas.

¿Por qué Lucy me había mentido? ¿Me ha mentido df verdad? Es decir... ¿Ella me amaba no? ¿O era mentira? ¿Me rechazó por qué tenía miedo de su padre? ¿Le tenía más miedo a él que confianza en mí? ¿Sera que sólo quería protegerme de ese hombre? ¿O sera que no tiene suficiente confianza en mí?

Mi razón y mi fe combatían entre sí en mi mente sin llegar a ninguna parte.

A lo mejor habría sido más fácil no haberla conocido nunca. No caer en sus brazos. En sus ojos llenos de comprensión y bondad.

Fui débil.

Miré al cielo, nostalgico, y noté el primer copo de nieve que caía en mi frente.

Cuando el viento empezó a soplar y la nieve nublaba mi vista, empeze a tener frío. No lo entiendo. Soy un Dragon Slayer de Fuego, el frio no debería afectarme, es más rara vez sentí frio en mi vida. ¿Por qué ahora sí? Ah, claro. No podía usar mis poderes. Parece que mis sentido han dejado de funcionar como antes. Todo porque no puedo usar mis poderes. O... ¿Era algo más?

Sí. No puedo ignorarlo más. Amaba a Lucy más que a nada en el mundo, y la sigo amando.

Mi estupidez hace que me haga preguntas sin sentido y eso hacía que lo que me prometí a mí mismo fuera una mentira. Me siento avergonzado. Pero ya no pienso dudar más. Amo a Lucy y nada en el mundo hará que vuelva a tener dudas de ella. La amo y confiaré ciegamente en ella.

Aún si aclaré las dudas de mi cabeza, no podía dejar de sentir ese dolor en el pecho.

El uniforme del ejercito que llevaba no era demasiado apto para el invierno pero por lo menos tenía botas.

Cada vez tenía más frío y el camino se hacía más difícil pero aun así no me detuve.

En medio de un camino desconocido del bosque, escuché un sonido. Parecía un maullido. Con cautela, me acerqué al lugar de dobde provenía el sonido. Aparté con cuidado las espinas de los arbustos que escondían al animal y entonces descubrí a un gatito de pelaje azul con el pecho y la punta de la cola blanca. Tenía unos ojos oscuros hipnotizantes que me observaban con miedo. Las espinas le habían herido en la espalda sobretodo.

Me acerqué un poco más a él e intenté hablarle tranquilamente.

- Eh, hola amiguito. - acerqué un poco mis dedos a su hocico y me los olisqueó asustadizo. - No tengas miedo. Tranquilo... - le decia suavemente al animal. - Tranquilo, no te haré daño.

Parece que mis palabras funcionaron con el animal. El minino intentó acercarse a mí pero estaba atrapado entre las espinas del arbusto.

- Espera, - le dije bajito. - deja que te ayude.

Alargué mis manos hacia las espinas, las aparté y con la otra mano cogi al gato. Lo miré y era muy bonito a pesar de su raro pelaje.

- Tienes frío. ¿Verdad? - le miré con una sonrisa triste.

El gatito pareció entenderme y maulló tembloroso pir el frio.

- Tranquilo amigo, todo irá bien. - abrí mi cazadora, le metí dentro, volví a cerrarla sin tapar la cabeza del pequeño y lo abrazé contra mi pecho.

Pareció quedarse agusto y calentito. Sin darme cuenta sonreí y se me ocurrió una idea.

- ¿Sabes qué? Los dos hemos tenido un día horrible, pero gracias a tí me he animado, así que te llamaré Happy. ¿Te gusta Happy?

El gatito me maulló feliz restregando su hocico contra mi nariz y luego en mi pecho.

Por un segundo, el dolor de mi pecho y el frio desaparecieron. Parece que he hecho un nuevo amigo.

Caminé con Happy oculto y el viento se hizó aun más fuerte. No recordaba una ventista tan potente como esta.

No sé cuantas horas caminé. Hacer fuego se veía imposible en esos momentos y mis poderes seguían sin volver. Estaba agotado, me sentí mareado y hambriento. Era como si me hubieran absorvido cada gramo de energía que me quedaba.

En un momento dado, cai de rodillas en la nieve y me miré la mano que estaba roja y casi inmobible.

Mi vista empezó a nublarse hasta que cai por completo al suelo.

Happy, que tenía tanto frío como yo, maulló y me lamió mi cara para que me volviera a levantar pero ya no sentía nada. Mi cuerpo no respondía.

- Lo siento... Happy... yo... no puedo...

El pequeño gato no esperó más y se acurrucó a mi lado, maullando suavemente.

Lo miré y después miré a la nada. Me pareció ver a una persona pero no me importó. Ya no tenía frío, ni hambre, ni dolor... tal vez... sea mejor así.

La persona que me pareció ver no era un espejismo, era real, y era alguien que conocía.

En la blanca ventista se veía volar un cabello negro como la noche, y sus pequeños ojos jades se hicieron más evidentes para mi vista. Su mirada y su sonrisa hizo que me sintiera seguro. La conocia.

- Ma... - me costó creerlo pero lo hize. - Mamá. - y fue entonces cuando me quedé dormido sobre la blanca nieve.

El Caballero de La Armadura de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora