Guardianes.
El ministerio de magia se encontraba totalmente lleno de personas debido a aurores que traían mortifagos de todo lado, pero debido a esto las cárceles del ministerio se estaban llenando rápidamente.
Había personas que solo estaban ahí para pedir rápidamente el envío de estos a Azkaban, incluso si podían les lanzaban hechizo a los mortifagos desde los más inofensivos hasta los más crueles.
Los ataques a los mortifagos estaba siendo otro dolor de cabeza para el Ministro de magia, ya que tenía otros, muchos, más problemas de los cuales ocuparse.
Pero tampoco podía dejarlos así, aunque dudaba mucho que hubiera gente que se opusiera a eso. No tenía espacio para estar encerrando a todos ni tampoco mucho personal para andarlos vigilando, dejarlos libres no era una opción, pero tampoco mandarlos a Azkaban si un juicio al menos.
Hasta que una persona apareció en su oficina dispuesto a darle una solución a ese problema.
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Pero ahora hablemos de la familia Malfoy que recién había sido aparecida en el ministerio por aurores que los custodiaban, dispuestos a meterlos en una cárcel o calabozo, poco importaba eso. Sin embargo, los aurores que los custodiaban vieron como el lugar estaba repleto de personas al igual que los calabozos.
Decidieron que lo mejor sería buscar al Primer Ministro para ver que hacer con los Malfoy, pero era peligroso ir por ahí caminando por los pasillos con una familia que había sido la mano derecha del Señor Tenebroso, así que los sentaron en unas sillas libres que encontraron. Mientras dos de ellos se quedaban a custodiarlos, uno se dio la vuelto dispuesto a ir a la oficina del Ministro de Magia, sin embargo se dio cuenta de algo, así que se dirigió nuevamente hacia los Malfoy.
-Las varitas, entréguenlas, ahora- dijo extendiendo su mano hacia Lucius Malfoy quien se la entrego al igual que Narcisa Malfoy, pero en cambio Draco no le dio nada. -Tu varita dámela- dijo extendiendo más su mano.
-No la tengo- dijo Draco mostrándose serio.
-Oh ¿En serio?- dijo el auror con fingida sorpresa, para después el también mostrarse serio -¿Qué te parece si lo averiguamos?- dijo por último antes de agarrar a Draco por la camisa para levantarlo y ponerlo de cara contra la pared, doblando sus manos por detrás hacia arriba haciendo que estás queden pegadas a su espalda -Abre las piernas- le dijo mientras Draco obedecía a regañadientes.
Sus padres se levantaron dispuestos a defender a su hijo, pero los otros dos aurores los volvieron a sentar, y aunque había personas que pasaban por ahí viendo lo que ocurría, ninguno de ellos haría nada para defender a un Malfoy, sabiendo el pasado que los precede, es más Draco estaba seguro de que ellos, hasta vitorearían al auror por lo que le estaba haciendo.
Pero mientras el auror con una mano agarraba las muñecas de Draco, sintiendo como con su mano fácilmente podría romperlas, con la otra empezaba a tocar el cuerpo de Malfoy apretando fuertemente y subiendo lentamente, comenzando por sus muslos, demostrando en su rostro como disfrutaba estar haciendo esto. En cambio Draco solo podía sentir asco ante lo que ese auror le estaba haciendo, sintiendo la suciedad en su cuerpo.
Sus padres solo desviaron la vista ante la impotencia que sentían al no poder defender a su hijo, jamás pudieron defenderlo, siempre cometían errores para hacerlo y aún ahora seguían sin poder cuidar a su hijo como se debe.
Draco solo quería que ese momento de tortura terminará rápidamente y poder salir de ahí corriendo, pero el auror al parecer quería todo lo contrario, haciendo ese momento más lento mientras apretaba su trasero y se dirigía lentamente hacia su miembro para también apretarlo, ocasionando una mueca de dolor en Draco. Pero que esta se empezó a disolverse cuando sintió que por fin esto terminara, ya que empezó a llegar a su abdomen y a su pecho, y Draco ya podía sonreir imaginando a esas manos lo más alejado posible de él.
Sin imaginar que ante la frustración del auror al ver que ese momento, de tocar ese esplendoroso cuerpo, se estaba acabando y no encontrar nada se le ocurrió una maravillosa idea.
-¿Sabes?- dijo el auror susurrando en el oído de Malfoy -Se han escuchado rumores de que en el mundo muggle las personas para ocultar cosas de los oficiales de seguridad, empezaron a esconderlas metiéndose cosas por el culo. Y me preguntaba ¿si tú serías no serías capaz de hacer algo como eso?- Draco no podía creer las cosas que ese auror le estaba diciendo -¿Qué tal si lo averiguamos? Eh, mortifago- esto no podía estar pasándole a él, pensaba Draco con horror -Dime... ¿Abrirías tu culo para mí demostrándome que no ocultas nada ahí adentro?
-Heyward, no tenemos tiempo para tus ¨inspecciones¨- dijo uno de los aurores -. Recuerda que todavía tenemos muchas que hacer
-Tienes razón Breck- Draco al oir eso, suspiro de alivio -Te salvaste esta vez, chico, pero no esperes que siempre sea así. Vas a ver que la siguiente vez- se acerco más a Draco, susurrándole en el oído - no tendrás escapatoria- lo soltó bruscamente haciendo que Draco se golpee la cabeza -. Irá a buscar al Ministro- le dijo a los otros dos aurores que estaban ahí, para después alejarse.
Los padres de Draco no sé acercaron a él, por la vergüenza que sentían al no poder defenderlo ni ayudarlo, sentían que la verdad era que no valían como unos verdaderos padres. Que para Draco lo mejor hubiera sido, no tener unos padres como ellos, ya que unos verdaderos padres defenderían a su hijo ante todo y todos, cuidándolo y amándolo. Pero ellos jamás pudieron hacer ni lo uno ni lo otro, jamás le demostraron a su hijo lo valioso y especial que era. Y se sentían tan horribles ante eso que no podían ni acercarse a él.
En cambio Draco entendió ese alejamiento como una forma de repudiarlo, de sentirse avergonzado de él por no ser capaz de defenderse, por haber sido capaz de haber dejado que alguien tocará de esa forma su cuerpo, sabiendo que una honorable familia como la suya, se le había inculcado que su cuerpo debería ser un templo hasta el día de su boda. Aunque la verdad era que ahora dudaba mucho que alguien quisiera casarse con él y menos ahora que iría a Azkaban.
Azkaban.
El solo nombrarlo me producía un miedo terrible, no quería ni imaginar lo que allí le esperaba y más sabiendo que no podía defenderse sin una varita. Y al no recibir un consuelo de sus padres también le llenaba de una gran tristeza.
++++++ H x D ++++
Bien aquí está el primer capítulo, espero que les guste, no se olviden votar y cometar.
Gracias.
Atte.
HTS.
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A cargo de ti. (Harco)
FanfictionLos juzgados para enjuiciar a los mortifagos se encontraban abarrotados, lo que eso implicaba que había gente que tardaría para tener su juicio. Este es el caso de Draco Malfoy quien tiene que buscar un guardián que se haga cargo de él hasta el día...