Capítulo 17

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Acuerdo.





Comencé a reír ante lo que dijo.


—¿Dices que siempre estarás conmigo? ¿Estás tan seguro de ello? ¿Piensas que realmente será así? —pregunté sin dejar de reír—. Eres tan estúpido.


—Y tú eres un imbécil, Potter.


—¿Y así dices que estarás conmigo? —cuestione parando mi risa—. Te cansarás en un instante.


—Estaré contigo, también puedes creerme o no, pero me quedaré a tu lado —comentó sin mirarme.


Pero yo no podía dejar de observarlo, además, todo lo que dijo es... impresionante. Parecía que jamás se rendiría y que seguiría luchando. ¿Pero eso tendrá un límite?


—De acuerdo, te creeré, al igual que tú me creíste —acepté, dejándolo de ver—. Sin embargo, la «voz» en mi cabeza dijo que había una forma para evitar que me vaya.


—¡¿En serio, cuál es?! —exclamó, podía sentir su mirada fija en mí.


—Que te acuestes conmigo —respondí, mirándolo nuevamente. Casi me río al ver como retrocedió hasta pegarse al otro extremo del sofá.


—¡Ni lo sueñes! —Se negó rotundamente, cubriéndose con sus brazos.


—Malfoy, tampoco pensaba hacerlo, no voy a tener relaciones contigo. —Pude ver cómo se relajaba, volviendo a alterarse segundos después.


—¡¿Pero no te irás, verdad?! —preguntó volviendo a acercarse a mí.


—Al igual que tú, yo también lucharé, y buscaré tu libertad.


—¿Qué? —Malfoy ladeo su cabeza en son de confusión.


—Esta cosa, sobre los guardianes y mortífagos, no me interesaba en lo absoluto y lo aceptaba sin objetar, pero ahora... —Bajé la mirada hacia mi puño—. Ahora ahondaré más en el tema y hallaré una forma de liberarte.

—¿Por qué harías eso? No lo entiendo.


—Porque quiero comprobar si lo que dijiste es verdad, quiero ver si aun teniendo tu libertad, seguirás quedándote conmigo —afirme mirándolo a los ojos—. Y si te vas, por lo menos ya no tendré que preocuparme por ti.


—... ¿Te preocupas por mí? —preguntó con los ojos brillosos.


—¡¿Eso es todo lo que preguntas?! ¡¿Es que acaso no quieres tu libertad?! —exclamé molesto.


—Pensé tanto en ella, en lo que haría cuando sea libre, incluso lo escribí en un cuaderno, pero ahora... ahora ya no pienso en eso, porque si mi libertad significa alejarme de ti, entonces no la quiero —habló con el ceño fruncido.


—... —Elevé una ceja en confusión—. De casualidad, ¿no sufres del síndrome de Estocolmo?


—¿Qué es eso?


—Es cuando una persona se enamora de su captor —resumí.


—No estoy enamorado de ti.


—¿De verdad? —pregunté con burla—. Hasta pienso que podrías besarme.


—¡No pienso besarte! —gritó Malfoy con la cara levemente sonrosada.


A cargo de ti. (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora