Miraba por la ventana, esperando a que llegara el rubio, suspiro pesadamente y se maravilló con la vista de la gran nación en que se había convertido el territorio que ella antes representaba. No cabía duda de que su hijo sabía bien lo que hacía y que sus hermanos lo educaron bien. Scott a pesar de su renuencia a tratarlo duramente había cumplido con su objetivo de hacer de Arthur alguien fuerte, aunque eso se veía algo contraproducente pues su hijo menor a pesar de ser fuerte se había vuelto aislado, frustrante y bastante malhumorado.
Pero por suerte ella tenía pensada una solución, una que funcionaría mejor que la anterior de juntarlo de nuevo con Francia. Aunque debía de admitir que no entendió cual fue el error o el pero que Arthur puso, de acuerdo con Dylan Arthur y Francis habían sido pareja años atrás y hacía poco que habían retomado su relación... el plan debía funcionar, en teoría, pero no salió como espero. Es más, Arthur y Francis armaron tal alboroto y se pelearon a tal grado que el rubio mayor se fue a su territorio con la nariz sangrando, las ropas echas jirones y algunos rasguños en la cara... Arthur tampoco salió bien librado, un ojo morado, la ropa rota y el labio partido.
Tan sumida estaba que se sobresaltó un poco cuando lo escuchó hablar.
- Lamento la tardanza, tenía una reunión con mi reina - dijo apenas entro a la habitación cerrando la puerta - ¿para qué me solicitabas ver, madre? - su tono, a pesar de sonar educado se podía percibir como fastidiado. Eileen suspiró a la espera de que su hijo se tomase bien lo que iba a decirle.
- Tú nunca serás feliz Arthur... no sabes cómo serlo - su tono era duro y su expresión seria. Inglaterra únicamente la veía - y añadido a eso, tu gente va cambiando poco a poco y tú no les estás siguiendo el paso... lo que deberías de hacer, es tener descendencia. Prevenir tu caída como yo previne la mía
- Y cuando yo perezca y no precisamente por un cambio en la gente... ¿el niño en cuestión quedara a tu cargo, no? Para educarlo tan duramente como hubieras querido hacer conmigo aun cuando mis hermanos por poco alcanzan tus expectativas con ese asunto - siguió él con una sonrisa fría, sabiendo bien que eso era lo que su madre quería -pero adivina qué madre... eh encontrado la manera perfecta para evitarlo
Eileen se le quedó mirando, no quería entender el por qué la actitud de su hijo menor, Arthur la miraba con esa sonrisa fría y el comentario que hizo la había afectado demasiado. Ella solo buscaba lo mejor para su hijo pero... tal vez... no lo fue y no lo era aún.
Fue en ese momento que notó el frasco que estaba en mano del menor, por alguna razón le dio un mal presentimiento.
- ¿Qué es eso?
- Una poción, que me mantendrá libre de cualquier distracción o posible reemplazo - comentó jugueteando con el frasco, mirando fijamente su contenido.
- Pero, tú no estás embarazado - su mirada estaba fija en su hijo, no comprendía del todo qué planeaba hacer.
- Y con esto jamás lo estaré - sonrió abriendo el frasco, luego volteo a mirarla serio - no tendré un hijo para que tú lo controles madre
- Esto debe ser una broma ¿verdad? Tú nunca harías algo así - intentó aligerar el ambiente, un nudo en su garganta le quitaba el aliento. ¡Por Circe, que Arthur no tomara eso!
- ¿Una broma? Tú has dejado muy claro que nadie podrá quererme ¿qué sentido tiene entonces conservar esta habilidad? - su ceño se frunció, alejándose unos pasos de ella.
- ¿Y crees que cerrándote a todos serás más fuerte? Así jamás encontrarás amor, hijo - intentó persuadirlo.
- ¡Yo no soy débil! - se exaltó - además madre, tu última lección me la hicieron llegar bien mis hermanos... el amor es debilidad - al decirlo había un toque de amargura que le hizo acordarse de Scott, ya que él pronunciaba esa horrible frase igual que Arthur mucho más luego del alboroto entre Arthur y Francis.
- Estaba equivocada con respecto a eso... Francis creí que sería un buen partido para ti, de verdad que sí, después de todo me enteré de que ya habían criado a esas dos colonias juntos y pensé que un niño de ambos no sería muy diferente ni algo desconocido para ustedes- lo tomo de la mano que no tenía el frasco y le sonrió un poco - ahora, vuelve a tapar eso y vayamos a la reunión con tus hermanos ¿sí? Ya deben de haber llegado
- ¿Tú crees que no soy lo suficientemente fuerte para hacer esto? - su tono sonó herido y su mirada comenzaba a ser cristalina. Eileen no sabía cómo parar todo eso.
- Mi pequeño niño ¿tú piensas que haciendo esto serás más fuerte? - había algo de burla en su tono, y de inmediato supo que era un error.
- Pues solo hay una forma de comprobarlo - al decirlo y antes de que Eileen lo detuviera, tomó la poción completa.
Los efectos comenzaron a aparecer y Arthur cayo de rodillas por el dolor que sentía en el vientre... sabiendo ahora que su anatomía estaba cambiando para ser completamente la de un hombre humano... sin ese vientre fértil con que nacían todas las naciones y para acabar de rematar... también lo volvía completamente estéril: no podría embarazarse y no podría embarazar a nadie jamás.
- Oh, no...Arthur... -Eileen se arrodillo a su lado, intentando sostenerlo.
- ¡Lárgate de mi vida! - gritó presa del dolor, pero no solo el físico.
- Arthur de verdad solo buscaba ayudarte, te amo hijo - comenzó a decir con lágrimas bajando por su rostro. Arthur apenas si le prestaba atención pues estaba en posición fetal abrazando su ahora estéril cuerpo - y creí que teniendo un niño podrías salvarte de ti mismo y de esta burbuja en la que decidiste encerrarte desde pequeño, si solo no hubiera deseado que te enfocaras tanto en el poder... no habrías hecho esto - Arthur la miró un momento, notando como su madre dejaba de lado esa actitud fría y calculadora que siempre tenía y se mostraba como la madre amorosa que él siempre quiso que fuera... pero ya era tarde, tanto para ella como para él.
- Largo de aquí, madre - murmuró señalando la puerta con esfuerzo.
- Oh Arthur, déjame darte mi último consejo como madre y una lección que yo misma aprendí por mis malas decisiones... la única persona que se interpone en el camino a tu felicidad... eres tú mismo - intentó tomarlo de nuevo pero Arthur se alejó.
- Largo de aquí madre ¡vete con tus preciados y fuertes hijos!... yo no te necesito - escupió con odio, corriéndola de la habitación y Eileen, con el corazón roto por lo que inconscientemente le había provocado a su inocente y dulce Arthur, salió presurosa del lugar.
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Arthur: La historia de un imperio
FanfictionArthur Kirkland, la representación humana de Inglaterra y el representante de todo Reino Unido ante el mundo... su historia podrá no ser feliz, pero sí de lo más interesante ¿Te atreves a conocerla? Contiene OC's, headcannon, menciones de mpreg y má...