CAPÍTULO 5 ☽ Encubierto ☾

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— Rache, ¿Por qué crees que Mike te haya invitado a salir? — preguntó Nat en un intento de cambiar de tema.

— No lo sé, pero sería fantástico que no lo volviera a hacer. — solté una pequeña risa.

Anteriormente ya les había comentado a mis hermanas sobre lo que estaba pasando con Mike.

— ¿Quién es el tal Mike? — preguntó Damond apareciendo de repente a lado de Megan lo cual hizo que ella se sobresaltara.

— Eso no te importa. — le dije molesta. — Y aléjate de Megan. — me preocupa que él se atreviera a hacerle algo de nuevo, cabe recordar que intentó ahorcarla.

— No le haré nada. — se sentó en una de las sillas de la mesa. — Por ahora. — añadió bajo.

— Ni te atrevas. — le advertí.

Pasó un rato, bastante incómodo, a decir verdad, nosotras terminamos de comer nuestras brochetas, tomé los platos de mis hermanas y mío y me dirigí a la cocina para luego dejarlos en el lavabo. En ese momento, el inconfundible sonido del auto de Jonny llegó a mis oídos. Megan corrió hacia la ventana y se asomó cuidadosamente para verificar nuestras sospechas.

— Ya llegaron. — susurró. Las tres corrimos por la sala como locas y comenzamos a organizar cada posible imperfección de la casa para evitar uno de los típicos sermones de mi madre y Jonny los cuales consisten en los sacrificios que hacen por nosotras y lo desagradecidas que somos ante ello.

— Damond, ve a mi habitación y no salgas de allí. — le ordené en voz baja mientras organizaba la mesa.

— ¿Por qué crees que voy a hacerlo? — preguntó de brazos cruzados recostado al espaldar de la silla.

— ¡Oh, vamos! Ahora no es momento de tu rebeldía. ¿Qué vas a hacer si te ven? — pregunté mientras me dirigía al sofá y comenzaba a organizarlo.

— Se están acercando. — habló Megan nerviosa e impaciente mientras daba saltitos.

— ¿Qué quieres que haga? — pregunté casi suplicando.

— Nada. — dijo serio. La puerta se abrió, Jonny, mi madre y mis hermanos pequeños atravesaron el marco de la puerta.

— Buenas tardes, niñas. — habló Jonny.

Las tres, nerviosas, nos limitamos a responder que estábamos bien. Jonny sin siquiera saludar, se dirigió a su estudio.

— ¡Oh! ¿Quién eres tú? — preguntó mi madre a Damond, gire mi vista al igual que mis hermanas y estaba totalmente tranquilo, además de que, por alguna razón, sus ojos ahora se veían de color café. Me apresuré en contestarle.

— Él es... — pensé en un nombre al azar — ...Ryan, un compañero, vino para hacer un proyecto de la escuela, pero ya lo terminamos así que ya se va. — contesté rápido.

Alas Negras: Metamorfosis  | Libro Ⅰ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora