CAPÍTULO 6 ☽ Infortunio ☾

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Me paralicé al ver el cuerpo de Nataly caer inconsciente al suelo, me costaba creerlo, pensaba que sólo era mi imaginación.

— ¡NO! — gritó Megan para luego correr torpemente hacia el cuerpo inconsciente de Nataly, reaccioné y la seguí incrédula. Las personas que pasaban por allí se apresuraron a socorrerla. El hombre que conducía el auto, pálido y tembloroso, salió de su vehículo balbuceando disculpas entrecortadas. Una multitud se amontonó alrededor de Nataly, y en medio de ellos, Megan, de rodillas junto a ella, sollozaba con desesperación, suplicando a gritos que llamaran a una ambulancia. La sangre manaba de la nariz y la boca de Nataly, y sus ojos, abiertos pero vacíos. Por un terrible instante, pensé que se había ido para siempre; sin embargo, una sensación punzante en mi pecho me decía que aún había esperanza, que no podía ser el final.

Cuando los paramédicos llegaron y subieron a Nataly a la ambulancia, Meg, con la voz quebrada, me llamó para que la acompañara. Ambas subimos sin decir una palabra, el aire denso de la ambulancia cargado de una urgencia silenciosa. Los paramédicos trabajaban sin descanso, tratando de reanimarla. Aún respiraba, aunque sus signos vitales eran débiles, y aunque no quería permitirme esperanza, sentí un pequeño alivio. Mientras continuaban los procedimientos, llamé a mi madre, que acababa de llegar a casa; me aseguró que estaría en el hospital lo más rápido posible.

Al llegar, se llevaron a Nataly con rapidez a la sala de emergencias, y Meg y yo nos quedamos en la sala de espera, el silencio entre nosotras tan pesado como el aire. Poco después, mi madre llegó y se nos unió en aquella vigilia inquietante, esperando ansiosamente que nos llamaran con noticias.

— Familiares de Nataly Anderson. — llamó el doctor. Las tres nos pusimos de pie y mi madre se apresuró en acercarse al doctor.

— ¿Cómo se encuentra mi hija, doctor? — preguntó mi madre.

— Señora, hemos hecho todo lo posible por estabilizar a su hija. El impacto del accidente fue muy fuerte, y eso le ha causado múltiples lesiones graves. Tiene varias fracturas en las costillas en una pierna, y en el hueso pélvico, además de una contusión importante en la cabeza. En este momento, estamos preocupados por una posible hemorragia interna, y la mantendremos bajo observación para determinar si será necesaria una intervención quirúrgica. — contestó.

— No puede ser. — negó Meg con la voz quebrada.

— ¿Se mejorará? — pregunté al ver a mi madre y a Megan al borde del llanto.

— Me atrevo a decir que sí. — afirmó. — Aunque su estado es crítico, su hija está recibiendo el mejor cuidado y parece estar respondiendo bien. La situación es delicada, pero el equipo médico está haciendo todo lo que está a nuestro alcance para asegurarnos de que salga adelante. Queremos ser transparentes, las próximas horas serán cruciales. Le sugiero que permanezca cerca, y le mantendremos informada de cualquier novedad.

Alas Negras: Metamorfosis  | Libro Ⅰ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora