El caos en la capital

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Imagina una gran torre hecha de piedras gruesas y sólidas, como las de un castillo, pero que en vez de ser un gran tubo, pareciera un cilindro escalonado en diferentes secciones. Ahora, agrégale un tobogán el cual rodea la torre, que tiene giros y bajadas bruscas, y que en el final del gran conducto por el que bajan litros de agua haya una alberca del tamaño de un campo de futbol.

Bueno, pues debo decir que aunque habíamos caminado tan solo unos cien metros, era la cosa más genial del mundo, y eso que había visto poco.

Literalmente estábamos en una ciudad habitada por muchas criaturas que sin duda no eran Soñadores como Ram y yo.

Un chico montado sobre un grifo pasó volando sobre nuestras cabezas, algunos que otros seres subterráneos (me refiero a duendes, trasgos y esas cosas que pueden causarte un buen susto si no estás preparado para verlos, situación que me sucedió) que se encontraban metros más adelante donde el animal volador tocó tierra, le dedicaron un par de improperios al Soñador sobre él. Pequeñas criaturas volaban cual moscas a nuestro alrededor con canastas de comida diminuta que olía exquisita, no sabía qué eran exactamente, pero las llamé hadas ya que no todas eran muy buenas que digamos, al menos no las de los cuentos más de antaño. Y el panorama era similar adonde fuese que viera. Estaba plagado de vida, vida que si estuviera despierto jamás hubiese podido observar.

Gran parte de los presentes se divertían, ya fuera montando animales no-reales, lanzándose desde la cima del gran tobogán o simplemente corriendo aquí y allá, mientras que una parte de Soñadores y criaturas más inteligentes que otras se dedicaban a limpiar los destrozos que hacía la mayoría.

-Esto es...

-Alucinante -Ram completó la palabra por mí. Su mirada escaneaba todas las escenas, parecía que intentaba mantenerse quieto.

-Eso quería decir.

-Lo sé -dijo sin dejar que me detuviera-. En cualquier momento podrás tirarte por ese tobogán. Se ve tentador, pero a pesar de que haya diversión, debes saber que hay más asuntos que solucionar. Mucho más en estos momentos.

»Verano no es solo una zona más del universo. Somos el motor bélico, y por tanto debemos estar preparados para cualquier cosa -un centauro pasó junto a nosotros, y no pude evitar seguirlo con la mirada. Era una total pasada-. Estamos marchando hacia el palacio de la Asamblea de la zona.

Al decir la palabra asamblea, vino a mi mente el altercado con la chica en las Cuatro Esquinas: Lía.

-¿Lía te odia? -Pregunté, y luego me arrepentí porque sonaba bastante tonto.

-En cierto sentido -respondió-. Fui vetado del Concejo de los Soñadores porque tomé una decisión antes de consultarlo.

-Pues debió ser grave...

Ahora estábamos en una explanada grande que lucía muy formal, aunque al parecer a algunos chicos les gustaba pasar un rato entre risas y juegos allí, similar a los de varios bloques atrás. La flanqueaban tres edificios con fachadas de cantera. Un asta bandera se erguía justo en el centro y en ella lucía un gran lobo estepario a punto de saltar, me perdí un instante al ver sospechosamente que el lobo se movía.

-Lo fue. Pero evité una catástrofe peor -guardó silencio al verme ensimismado. Volví a mirarlo a él-. A veces no entiendo qué es lo que nos diferencia de los adultos en el mundo real -se encogió de hombros. Ram parecía del tipo de chico centrado, sí, quizá me apresuraba a hacer conjeturas y mucho más para mi edad, no obstante así me lo imaginaba, él sabía tomar decisiones asertivas y no apresuradas. Inquietaba bastante imaginar algo que pudo hacer que lo vetaran del Concejo del UnSu.

Universo de los Sueños. [Universo de los Sueños #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora