«Carlos, ¿puedes, por favor, explicarte mejor?»

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Después de que Mal y Ben dejaran de ser novios acordaron quedar como amigos al igual que lo fueron una vez. Ben no podía tener una mala relación con los demás al ser el príncipe de Auradon y, por obvias razones, el próximo Rey de esas tierras.

Carlos y Ben siempre tuvieron un buen trato entre ellos. Jay, muchas veces desconfió del príncipe, pero Carlos no hizo más que mostrarles a Jay y sus mejores amigas lo buena persona que es Ben con ellos. Siempre que hablaba sobre Ben, Carlos tenía en sus ojos un brillo digno de asombro y en su cara una sonrisa de evidente alucinación por el Chico de ojos claros. Era claro lo que sus ojos y su sonrisa que algo, había en Ben que ponía la cabeza del menor fuera de la faz de la tierra.

Su mejor amiga, Evie fue testigo de todas esas sonrisas, de todas las veces en las que Carlos llegaba a su habitación al rededor de altas horas de la noche sólo para mostrarle el nuevo obsequio que le había dado su amigo. Evie miraba asombrada, pero no necesariamente el asombro era por el regalo, sino por la emoción con la que Carlos hablaba sobre el Príncipe y todo lo que habían hecho en la tarde. Por naturaleza, Evie tenía el don de percibir cuando alguien gustaba de una persona, tenía la facilidad de leer a una persona por sus actos, miradas o gestos. No obstante, no había que ser un psicólogo profesional para darse cuenta de que los gestos de Carlos podían decir claramente lo que su mente no quería admitir.

No fue hasta que Carlos comenzaba a "encontrarse" a Ben para recibir ciertas clases particulares para unos exámenes finales. Las clases del próximo rey de Auradon que le brindaba a el hijo de Cruella De Vil sirvieron de mucha ayuda cuando Carlos estaba aprobando cada examen. Cada vez que Carlos salía de las clases con su hoja blanca, Ben lo esperaba en el pasillo para saber sobre sus notas.

Carlos salía con una sonrisa en su cara, la hoja tenía escrita un A de color rojo en la esquina superior derecha y mostrándole a su profesor particular saltaba de alegría. Ben, sonreía viendo la expresión de felicidad de su aprendiz y extendiendo sus brazos lo esperaba a Carlos para compartir su felicidad. El chico más joven, correspondiendo su felicidad, corría hacia los brazos de su amigo acurrucándose entre sus extremidades superiores.

Ambos mentirían si negaran que la felicidad de Ben hacía la felicidad de Carlos y, la felicidad de Carlos, hacía la felicidad de Ben.

Carlos sentía toda la protección de un hermano cuando Ben lo abrazaba y acariciaba su espalda pasando sus manos por toda esta. Carlos tenía protección, seguridad y todo el apoyo que necesitaba en compañía de su amigo. Ben sentía toda la necesidad y la obligación de proteger a Carlos aun sin que alguien se lo dijera así lo hacía. Para Ben, el hijo de Cruella, Si era su pequeño compañero.

Después de haber aprobado los exámenes, Carlos citó con urgencia a su mejor amiga, Evie, para que tengan una charla 'seria' sobre lo que sucedía en esos momentos. Evie, como buena amiga, corrió hacia la habitación que Carlos compartía con Jay, el cual estaba ocupado haciendo "tarea" en la biblioteca de la escuela... Carlos la recibió con una expresión de angustia reflejada en su rostro, Evie, que había ido con una sonrisa, cambió su sonrisa por una mueca de preocupación al ver el rostro de su mejor amigo.

— Evie...— Carlos abrió más la puerta para que su mejor amiga pudiera adentrarse en la comodidad de su cuarto.

— ¡Carlos! Ya extrañaba estos momentos de charlas sobre Ben...— Evie sonrió y acomodó su vestido mientras se sentaba. Carlos miró con asombro a Evie haciendo que la morocha riera a carcajadas.

— ¿Qué te hace pensar que se trata de Ben?

— A ver... ¿de qué se trata?— Preguntó Evie a sabiendas. Carlos miró al suelo y Evie ya conocía sus silencios a la perfección.— He dicho...

Wicked Game «Benlos» [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora