«Tú, maldito enfermo, verás de lo que soy capaz...»

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No solamente Carlos y Ben eran los únicos que veían el crecimiento del cariño entre ambos muchachos. Evie, Lonnie, Jane y, muy a su pesar, Audrey, estaban al tanto de como ellos simplemente crecían en torno a lo sentimental juntos. Cada nada ellos compartían abiertamente a sus cercanas amigas, todo con lujo de detalles. Sólo en una oportunidad ellas se cruzaron en una conversación. Y el motivo de charla fue Benlos.

Se encontraban hablando durante su tiempo libre, en una misma mesa, Lonnie, Audrey y Jane. A un par de metros estaba, realmente sin nada que hacer, Evie, junto a un par de chicas junto a sus celulares. Nada más charlando con sus respectivos amigos.

Pero se le hizo imposible a la hija de la Reina Malvada oír, aunque no quisiera, la conversación de las princesas legitimas.

- ... Se supone que no sabe si Carlos siente lo mismo...- Lonnie dio el pie, por más despacio que susurrará, la proveniente de la Isla de los Perdidos pudo escucharla.-... No, sólo pasan el día juntos...

- ¿Haciendo qué? - Jane interrogó.

- Nada. O eso es lo que me dice Ben...- compartieron una mirada cómplice, pero se detuvieron en cuanto Audrey comenzó a golpear la mesa con sus dedos al compás de su frustración, - ¿Ahora qué dije?

- ¿Ustedes creen que Carlos sienta lo mismo?- Jane evadió la actitud de Audrey y cuestiono entre ellas,- Porque no es normal que andes abrazando a tus amigos así como así.

- Creo que le gusta...- El silencio que se creo en ellas fue el causante de muchas dudas en la cabeza de la morena, en un intento de disimular, ella echó un vistazo hacia dónde ellas se encontraban, viendo como sus compañeras estaban mirándole, ella saludo con su mano y una sonrisa en su rostro. Las dos que estaban hablando le sonrieron y Lonnie le hizo señas para que se acercara, la hija de la villana se levantó, acomodó sus ropas y se acercó con una sonrisa acompañando su estilo seguro.

- Hola Evie, - Las tres saludaron.

- Hola...- La chica de ojos oscuros sonrió amablemente,- No pude evitar escuchar que hablaban de Carlos,- dijo con una sonrisa en el rostro.

- ¿Qué oíste? - Jane interrogó con miedo en el rostro.

- Lo suficiente, te lo aseguro,- Lonnie y Jane cruzaron miradas.- No... Sólo escuché que preguntaban de quién estaba enamorado Carlos,- compartió una sonrisa un poco idiota.

- Eh... Bueno, ya que estás aquí, por qué no preguntar: - Jane se encogió de hombros y Evie se les unió en ronda, - ¿Carlos te dijo algo? Pues, Ben no deja de hablar de lo que le sucede con él... Pero tenemos una duda, ¿ustedes dos son novios?

Evie no pudo evitar su risa ante la ocurrencia de l princesa, las tres le miraron un poco ofendidas por la acción de la hija de la Reina Malvada.

- Carlos no es mi novio,- dijo mordiéndose el labio. La verdad ella recordaba que, en un momento de su niñez, cierta atracción hacia el chico de pecas había aparecido, pero por una extraña razón que en estos momentos no se pudo recordar.- Es mi mejor amigo, sin embargo...

- Bien,- habló Lonnie con un poco de molestia en su voz.- Eso nos responde mas o menos nada...

Parecía haber perdido la esperanza y las alternativas se les iban acabando, no encontraban nadie que les dijera lo que querían oír, "A Carlos le gusta Ben..." y con eso solo harían lo posible por verlos juntos. Pues no era un mito que solo Carlos sentía cosas, Ben padecía una loca enfermedad llamada amor a la cual se refería como "es solo un amigo". Verás, esa mentira no se la cree nadie, rubio. Como era de esperarse, sus sentimientos estaban guardado en una libreta de tapa negra con el material de cuero que una vez Carlos le supo regalar. En ella escribía cada pensamiento y sentimiento, no era un diario íntimo, que absurdos... Sólo escribía letras de canciones con las que podía describir sus estados de ánimos y, cuando eso no bastaba, las palabras mas puras y sinceras que escapaban de su corazón, su boca no podía decir y el bolígrafo lo inmortalizaba en el papel. Jamás nadie tuvo la oportunidad de leer las palabras ahí plasmadas con la caligrafía del príncipe. Sus amigas sabían de la existencia de ese diario, más el contenido sólo lo conocía el dueño de la libreta y aquellos sentimientos también.

Wicked Game «Benlos» [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora