Wicked Game «Benlos» [ACTUALIZACIONES LENTAS]

« Ben, ¿arriesgarías tu trono por un sentimiento?»

Ben caminaba rápidamente por las galerías de la escuela para ir hacia el salón de clases de historia. Por los pasillos había un par de alumnos que esperaban para llegar a sus clases. Ellos miraban al príncipe con expresión confusa y Ben sólo alcanzaba a balbucear un 'Buenos días' que apenas podrían escuchar. Se lo podía ver un poco molesto e irritado y nadie sabía la razón.

El chico rubio entró a la clase de mal humor y casi aventó sus libros sobre la cabeza de uno de sus compañeros.

— Buenos días para usted también, príncipe Ben...— La profesora de historia era demasiado simpática y salvó muchas veces a todos sus alumnos de grandes problemas cubriendo todos sus líos. Es, según los alumnos, la mejor profesora de historia de toda la preparatoria.

— Mis disculpas, profesora. No tuve un buen día. Puede proseguir con su clase.— Ben rascó su nuca con su mano derecha y su vista estaba en la punta de sus pies.

— Apenas son las diez de la mañana, joven. Haga lo que sea necesario para hacer de este día mejor. No es tan tarde como para hacerlo.— la señora guiñó un ojo, los alumnos miraron confusos y Ben sólo asintió. El resto de la clase fue normal y como de costumbre.

Cuando tocó el timbre para el almuerzo, Lonnie, Amara y Jane juntaron sus cosas y esperaron a que Ben termine de preparar las suyas para poder ir a comer como de costumbre.

— Señoritas, pueden retirarse. Quiero hablar con el muchacho un segundo...— Ben levantó la vista hacia la mujer y la miró con sorpresa.— Claro... Si así lo desea...

— Creo que sí. Si no toma mucho tiempo...— El muchacho miró a sus amigas, ellas cruzaron miradas y se retiraron del salón dejando a ambos a solas.

— Bien... señora, ¿de qué quiere hablarme?

— Sobre tu día malo. Sabes que puedes confiarme lo que sea, ¿no, Ben?— ¿Que le hacía pensar a la señora que Ben no confiaba con sus padres o le faltaba una amiga más para solucionar sus problemas? Cuales no eran nada graves, la verdad. 

— Puedo tenerla en cuenta... pero no creo que sea necesario. Aprecio su gentileza pero supongo que gracias. Pero no, gracias.— Ben estaba inseguro de las palabras que estaba usando. Sólo quería irse de ese salón y poder hablar con sus amigas sobre ciertas cosas.

— Muy bien... Ya puedes irte, Ben...— El muchacho hizo lo que le ordenó, se despidió y se retiró hacia el comedor.

Pudo encontrar a sus amigas en la mesa de siempre y fue directamente hacia ellas, sin buscar nada para comer. El resto de las princesas lo vieron llegar y apartaron un lugar para que pueda sentarse junto a Chad.

— Veo que alguien se olvidó de su corona de rey bueno hoy, ¿no?— Ahí estaba Chad, con sus comentarios negativos hacia su amigo. Ben estaba por devolver el comentario pero Lonnie se encargó del asunto.

— No molestes, Chad... a ti no te va a gustar que te molesten cuando estés de malas, ¿o sí?— La princesa defendió a su mejor amigo.

— Y a veces sería de ayuda que te preocupes un poco y preguntes qué le sucede a Ben, ¿no crees?— Jane colocó una mano en el hombro del hijo de Bella y Bestia.

— Podrías dejar de ser egoísta por un día y preocuparte por tus mejores amigos, ¿o es tan difícil?— Agregó Audrey.

— Está bien. Lo lamento, Ben...— Chad se disculpó de mala gana.— Me gustaría saber lo que te sucede... Pero tengo que ir a entrenar un poco.

— Como sea...— Ben sonrió falsamente hacia su amigo. Chad se despidió y se retiró dejando a los otros cuatro solos.

Lo real era que Chad no trataba de la misma manera a Ben desde que comenzó a tener trato con los hijos de los villanos, y para ser específicos, con Carlos. No eran celos... Verdaderamente, Chad sentía que algo había más que amistad entre ambos chicos. Y sintió la necesidad de alejarse de ellos. Sí, Chad está en contra de las parejas homosexuales. Pero son plenas suposiciones, no puede dar nada por seguro. Además, nunca le importó demasiado Ben. Sólo eran amigos y no pasaban más que eso. Tal vez eran apenas compañeros, porque ninguno de los dos sabía cosas íntimas del otro. Eran más bien compañeros y nada más.