«Tú eres mi hogar...»

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Tres días después de que comenzaron a darse a luz esos post de la persona anónima, las miradas hacia los Descendientes ya no sólo eran miradas, muchos de ellos se alejaron de cualquiera de los cuatro hijos de villanos, otros hacían comentarios incluso con ellos a su lado, había quienes hacían que los chicos se sintieran incómodos al oír sus charlas, otros, simplemente se encargaban de decirles directamente lo que pensaban de ellos. Era la pesadilla de todos los adolescentes vivida en carne propia, puede que Mal y Jay lo soporten un poco más que los otros dos, pero no significaba que lo único que deseaban era que eso termine, que se detengan, que ya dejen de decir las tonterías sobre ellos y sus amigos. Porque no era verdad, Jay no tenía nada que robarles a los hijos de la corona de Auradon, a nadie, en realidad; Mal no utilizaba magia, ni siquiera para cosas innecesarias, menos en su mejor amiga; Evie jamás habló mal de ninguno de los chicos de la preparatoria; y Carlos jamás trató de mala manera a nadie, jamás, ni a sus propios amigos es capaz de insultar, mucho menos a quien no conoce. En fin, ninguno de ellos era merecedor de ser denigrados de tal forma, pero lo que más lastimaba tanto a Mal como a Jay, era que Carlos y Evie sean metidos en la bolsa. Es decir, el hijo de Jafar y la hija de Maléfica tal vez sí se merezcan un poco del odio por parte de sus compañeros, pero no les importaba que el resto los odie, más les incomodaba que sus otros dos amigos también sean víctimas. Y les dolía, en serio. Mal no soportaba que digan que Evie era hipócrita y Jay detestaba que tomen a Carlos por agresivo, cuando sabe bien que es alguien que jamás dañaría ni a una mosca.

— No puedo soportar esto—, Jay se sentó junto a Mal en el almuerzo, aprovechando que Carlos y Evie almorzaban juntos en la recamara que compartían el chico de pecas y el descendiente de Jafar.

— ¿De qué hablas, Jay?— Mal no despegó la vista de su libro de Ciencias, al parecer de verdad le ponía atención. Era eso, o que ya se hartó de escuchar a los chicos que se sentaron detrás de ella decirle cosas como "bruja".

— De que ya me está tocando las bolas que jodan a Carlos y Evie.

— No eres el único—. Mal miró a su amigo para demostrarle que estaba hablándole en serio. — También me molesta, y de verdad odio que molesten a Evie de esa manera, no es justo.

— Ni a Carlos...

— Ni a Carlos.

— ¿Qué hacemos?— Jay miró fijamente a los muchachos que estaban molestando a Mal, con expresión seria.

— No lo sé—. Mal cerró el libro con fuerza, comenzando a buscar una manera más cordial que no sea usando magia, la violencia o algún tipo de agresión. — ¿Qué tienes planeado?

— ¿Hablamos con Ben?— El chico de piel morena no despegaba sus ojos del grupo que se encontraba allí cerca, encontrando a el principal responsable de que ellos comenzaran a burlarse, la cabeza del grupo.

— Puede que sirva, vamos—. Mal guardó su libro y se levantó, ignorando a los chicos que estaban detrás de ella.

Sin embargo, Jay se dirigió a ellos directamente, tomando a aquel chico que desconocía por completo por sus hombros desde su espalda. El chico sintió mucho miedo de lo que el podría llegar a hacerle. Con tanta fuerza en sus brazos, lo levantó y lo acercó un poco a él.

— No voy a golpearte, idiota—. Lo dejó que se sostenga por su propia cuenta, girándolo, haciendo que lo mire directamente. — Sólo quería decirte a la cara lo estúpido que te ves insultando "indirectamente" a nosotros, para hacer crecer tu poco ego. Métete en tu propia vida y mejor haces algo para ti mismo, que no sea estorbar a los demás.

— Jay, no lo vale, déjalo—. Mal se había posicionado del lado izquierdo de su amigo, mirando a aquel chico que tenía la cara roja por el miedo y el nerviosismo. El resto de su grupo, no quisieron entrometerse... O en realidad sabían que no debían. — Qué saben ellos de lealtad si jamás se acercaron a socorrer a su amigo de, probablemente, la paliza de su vida—. Dijo dirigiéndose a el resto de personas que estaban sentados al rededor de la mesa, haciendo que el chico que estaba de pie se girara a verlos con resentimiento. 

Wicked Game «Benlos» [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora