«¡Maldito seas, Ben! Te quiero...»

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Dos días después de que Ben y Carlos pasaran toda la tarde juntos no volvieron a hablar. Carlos estaba sentimentalmente estresado y mentalmente abrumado. No era fácil para él asumir que la última imagen de el príncipe fue su espalda y su rubia cabeza agachada, y el ultimo contacto que tuvieron fue un abrazo. Un abrazo que compartieron a escondidas y, hasta el momento, nadie sabía que había sucedido.

Era el momento del descanso y Carlos estaba junto a sus mejores amigos, como de costumbre. Evie estaba sentada junto a Mal y Jay junto al chico de pecas. Los tres hijos de los villanos notaron el bajo entusiasmo del hijo de Cruella. Y era extraño no ver a Carlos enloquecer por un poco de fresas y chocolates. Siempre terminaba con la cara llena de chocolate y los guantes llenos de dulce. Pero así no era esta vez, el joven estaba perdido en sus pensamientos y se lo podía descifrar ya que tenía la mirada en lo lejano y sus manos no quedaban quietas. Era como si estuvieses mirando un títere. Actuando por nerviosismo y sin expresión definida en su rostro. Simplemente miraba a lo lejos y jugaba con sus dedos. Y no pensaban que sería nada grave hasta que pasaron diez minutos sin que el chico de blanca piel tocara los alimentos o hablara sobre algún vídeo juego.

- ¿Carlos?- Evie trató de llamar su atención. Su mejor amigo simplemente dejó de mover sus manos y negó con la cabeza.- Carlos... ¿Está todo bien?

- Debe tener sueño...- Jay estaba preocupado por su amigo, era devastador ver como le consumía algo que jamás podrían imaginarse ninguno, salvo Evie. Que puede hacerse una vaga idea de lo que puede estar ocupando la mente de su mejor amigo.

- Carlos... ¿te sientes bien?- Esta vez fue Mal la que se preocupó por su amigo. Si bien no eran tan unidos como lo eran la hija de la reina malvada y Cruella, le parecía un poco raro ver a una persona tan divertida y muy poco callada ser todo lo contrario.

- Sí... estoy bien...- Carlos habló sin quitar su vista perdida; sonaba apagado y realmente dolido. Su voz golpeó fuertemente a Evie haciendo que le doliera el pecho.- Sólo me es difícil prestar atención. Pierdo interés por las clases y miro a lo lejos. Supongo que algo ocupa mi mente...

Jamás fue tan sincero con los tres chicos a la vez. Siempre contaba sus cosas a Evie o a Mal en ocasiones especiales, pero nunca comentaba sus preocupaciones tan abiertamente. Jay no sabía como actuar, Mal y Evie cruzaron miradas por un segundo y Carlos colocó sus codos sobre la mesa y su cara entre sus manos frotando sus ojos.

- Hey...- Jay colocó una mano sobre el hombro de su amigo y lo froto con cariño.- Todo va a estar bien... pero come algo. No me vas a dejar comer todas estas fresas a mi solo, ¿verdad?

Carlos sonrió falsamente solo para que su amigo se tranquilizara. Pero no funcionó para Evie. Imagina querer engañar a esa persona que sabe exactamente cada una de tus actitudes. Es como querer engañarse a uno mismo y no lograrlo. Asi se sentía Carlos cuando tenía que expresar sus sentimientos. De cierta forma, Evie formaba parte de él y no podía ocultarle cosas tan insignificantes como sus estados de ánimo. Era como hablar con un espejo: si Carlos se sentía mal, Evie reflejaba ese mismo sentimiento.

El chico comió una sóla fresa con chocolate. Lenta y cuidadosamente bajo la mirada de sus tres amigos. Evie en su interior estaba furiosa con Carlos por su forma de actuar en todo el día, y miraba a su mejor amigo seria y eso, inevitablemente, ponía nervioso a él. Mal, sin embargo, se sentía incómoda viendo cómo su amiga miraba al chico de pecas; sabía que algo sucedía a Carlos, haciendo, al mismo tiempo, que Evie se ponga así. Y esa forma de actuar y esa conexión no siempre le gustaba a la hija de maléfica. A veces necesita de su mejor amiga y ella está ocupada viendo si Carlos no necesitaba ayuda o un abrazo. De lo único que hablaban era de cómo Carlos poco a poco estaba más enamorado de Ben y era algo que enojaba a Mal increíblemente. Eran tiernos, lo admite, pero pareciera como si lo único interesante en su vida fuese la historia de otra persona, y eso hacía que Mal quisiera golpear a Evie, Carlos y a Ben.

Wicked Game «Benlos» [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora