Capítulo 16

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Cuando vi el reloj, eran las 6:39 de la mañana, mi alarma suena a las 7:00 pero ya no tenía sueño.

Me levante sin tratar de molestar a mis compañeros, tome mi paño y mis cosas de bañarme y me dirigí hacia las duchas de la estancia.

Solo estaban un par de muchachos que se terminaban de bañar, no les di mucha importancia y entré a una ducha. El agua tibia se sentía perfecta y refrescante, casi me vuelvo a quedar dormido pero no podía en una ducha, así que, de golpe, me espabile y seguí duchándome. Vi que las marcas en cuerpo casi se habían ido, pero tenía temor de mostrarlas, mejor sigo sin hacerlo.

Regresé al cuarto y eran las 7:09 y mis compañeros me recibieron como de costumbre, súper preocupados y tirándome al suelo.

- ¡Gabriel! - dijeron los dos - deja de desaparecer.

- si así me van a estar recibiendo cada vez que me ausento, sera mejor comprarme un peto.

Me ayudaron a levantarme y me acompañaron a desayunar en la estancia.

Ya ahí, nos disponíamos a buscar algo de desayunar. Ya habían chicos despiertos a esa hora, por eso había algo de ambiente. Con varias manzanas y un poco de cereal con leche, empezamos otro día en nuestra universidad.

- ¿ Oye, tu eres Gabriel? - se me acercó un chico algo regordete por detrás.

-¿sí, por qué? - dije extrañado

- llego este paquete y estas cartas para ti - las puso en la silla que estaba vacía - llegaron a mi estancia por alguna razón y, cuando fui a su cuarto nadie me respondió, me dijeron que estaban aquí y aquí se los dejo - el chico se despidió y nosotros hicimos lo mismo.

- siempre te traen cartas y paquetes Gabriel - dijo Jose - ¿por qué a mi no me traen nada?

- si pides algo, te traen algo - dijo Jonathan - así de sencillo.

Una carta era de mi madre, otra de mi hermano y una de Leandro. El paquete era de Rebecca.

- ¿y qué dicen las cartas? - dijo Jose terminando su cereal.

Yo y Jonathan lo miramos con rostro de "¿es enserio?" a lo que es solo término de beber la leche del tazón con los hombros encogidos.

Eran las 4:00 p.m. y por fin la clase se había terminado. Todos ya habíamos entregado el ensayo de la historia de la fotografía.

Antes de salir, el profesor me detuvo.

- joven Gabriel ¿tiene un segundo?

- ehh, claro ¿pasa algo malo?

- bien sabe que yo respeto la vida privada de mis alumnos, ya ustedes son adultos y esto no es una escuela ni un jardín de niños para que este sobre ustedes, pero quiero saber algo - su mirada se clavó en mi muy seria mente y levantándose me dijo - ¿estarias dispuesto a lamerme el pene?

- ¡QUE! - dije alarmado

- que se distrae mucho últimamente - dijo el profesor - lo que acaba de hacer aclara mis sospechas. ¿le ocurre algo joven Gabriel?

Por un segundo escuché que el profesor quería que le lamiera el pene, y lo pero es que a quien vi fue a Leandro quien lo decía.

- usted es un joven muy bueno en está disciplina, uno de los mejores de la clase, pero observo que se la pasa mirando a la ventana sin parpadear, lo cual me preocupa mucho - el profesor acomodó sus cosas dentro de su maletín y salimos de la clase - diría que es una chica la que lo tiene atontado, pero una chica le haría mirar contento, pero lo que miro es un rostro de angustia y un poco de tristeza. No soy un psicólogo pero diría que hay algo que lo está perturbando.

- es solo que... He tenido una pesadillas muy horribles últimamente, y me está costando dormir - dije eso como para disimular.

- bueno, también quería decirle que lo escogí para llevar a una exposición su fotografía del proyecto pasado. Debo decir que me impresionó y me alegró esa foto, creo que habrá gente lo hará también, pero la decisión es suya ¿le gustaría?

- no se que decir... Yo... Esta bien, muestre mi foto - lo dije tranquilo.

- perfecto joven Gabriel, la exposición es el viernes de la próxima semana a las once de la mañana, sera en cuidad Oro y nos vamos el jueves como a las seis de la tarde.

- ¿NOS vamos? - soné sorprendido.

- pues claro, el autor de la fotografía tiene que estar aquí.

Sería decirle a los chicos que me ausentarte todo el fin de semana, espero que ellos entienda la oportunidad mejor que yo.

- ¡TODO UN FIN DE SEMANA! - dijo Jose cuando le conté la noticia.

- no seas así Jose - dijo mi otro compañero - es una gran oportunidad para Gabriel mostrar su arte.

- lo sé pero, lo extrañare.

- y yo los extrañaré a los dos, pero es solo un fin de semana y no es este, es el otro.

- ¿ya le dijiste a Rebecca? - preguntó Jonathan.

- aún no, me gustaría decírselo en nuestra cita este jueves.

-¿ y si no le agrada la idea de que te vas? - dijo Jose.

- ella no es así, estoy seguro de que ella se alegrará - dijo Jonathan.

Quien si se opondría sería Leandro, estar todo un fin de semana fuera de este lugar mataría a Leandro, pero creo que también es exagerar, es un fin de semana, no es todo un mes ni para siempre.

- cambiando de tema - dije - ¿ cómo nos va con la casa?

- tengo buenas y malas noticias - dijo Jonathan - la buena es que mi padre es amigo del dueño de la casa y es muy probable que nos la venda.

- ¿y las malas? - dije yo.

- no es muy posible traer a Shiranui.

- ¡QUE! - dijo Jose - ¿por qué?

- es que el señor no le agradan las mascotas de ningún tipo. Puede que logremos traerlo después de unas semanas, pero será entrenarlo para que no cause destrozos.

- lo entrenaré todos los días y será el mejor perro del mundo.

- siempre he sentido que hablas de tu padre como tu "súper papi" - dije haciendo voz de chica fresa.

- claro que no... ¿verdad? - Jonathan miró a Jose.

- pues...

- ¡no puede ser! - dijo muy sorprendido - no planeaba alardear ni nada por ese estilo.

- y no digo que lo hagas - dije tratando de calmarlo - es solo que... Suena un poquitito a niño de papi.

- ¿y como le hago para cambiar mi tono? No quiero presumir, pero no es mi problema que mi papá sea... él.

- bueno... Supongo que tienes razón - dijo Jonathan.

- creo que también debo dejar de mencionarlo tanto.

L y R (Arreglando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora