Capítulo 17

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Al rato de seguir hablando y dejando de lado el tema del padre de Jonathan, recordé lo de las cartas y el paquete.

Primero abrí la de mi madre. Decía así:
"Mi amor, espero que recibas esta carta ya que tiene mucho en ella. Antes de nada, todos estamos bien en casa y aún te esperamos para navidad. La intención de esto es informarte lo mucho que te amamos en casa, incluso tu padre te extraña.

Mi amor, lamento nunca haberte apoyado más en esta decisión tan importante para ti. Sé que puede que ya no signifique nada para ti, y no te culpo, pero quiero que sepas que cada decisión que tú sientas importante, yo te apoyaré en lo que pueda.

Te amo".

Sentí algo que me oprimía el pecho. Si hay algo que detesto es lastimar ha quienes no se lo merecen.

A pesar de que era una carta corta, ya que mi madre no era de muchas palabras, logro hacerme reflexionar sobre mi decisión de alejarme completamente de mi familia.

Al abrir el de mi hermano me sorprendió que solo era una frase pequeña en un papel de tamaños normal.

"Bro, sabes que lo que necesites, aquí estoy, aquí esta el súper héroe" y atado tenía quinientos do... ¡ QUINIENTOS DÓLARES! Eso explica en tamaño del papel y lo raro que se sentía por atrás.

Súper héroe era como yo llamaba a mi hermano cuando niños, ya que él era eso para mí. No tenía súper fuerza, tampoco súper velocidad, no podía volar y menos ver a través de las paredes. Su poder era ser él. Él en sí, era súper, podía hacer casi cualquier cosa, eso admiro de mi hermano, y no podía creer que él aún recuerda eso.

No necesitaba el dinero, es mucho y me daba vergüenza y un poco de ira, depender de alguien, más de mi hermano, ahora que ya podía cuidarme solo.

Estaba por abrir el la carta de Leandro, la cual se veía un poco abultada, cuando me llamaron por teléfono. Era Rebecca.

— hola linda — dije al contestar.

— hola lindo — dijo ella — quería saber si recibiste mi paquete.

— sí, estaba apunto de abrirlo, ¿ qué hay adentro?

— será mejor que lo habras, se que te va a gustar.

— esta bien, por cierto, hay algo que quiero decirte, pero prefiero que sea en nuestra cita.

— claro... — hoy una voces afuera — ... Ya voy, me debo ir guapo, te veo en mañana.

— claro, adiós,  te quiero.

— yo también te quiero — y colgamos.

Me dispuse a abrir el paquete, Jose me pasó una tijeras y rompí la cinta de la caja. Adentro estaba otra caja que contenía... ¡UNA CÁMARA PROFECÍAL MARCA TOMS! una de las marcas más caras de cámaras por su calidad de imagen, su memoria interna de alta capacidad, es un estudio fotográfico en la palma de la mano. Y también casi todo el equipo de fotografía de la cámara.

Yo no sabía que decir, estaba en shock. Este regalo me agarro por sorpresa, este tipo de cosas son muy caras. Primero el teléfono por parte de Leandro y ahora una cámara por parte de Rebecca. No se si me están comprando o, me estoy juntado con gente de muuuucho dinero.

— Gabrieeeel — dijo uno de mis compañeros — no responde.

Ambos miraron al interior de la caja y solo Jonathan se sorprendió.

— ¡ Esa es una Toms 420zx, es la última cámara sacada al mercado, la sacaron la semana pasada! — miro más — ¡y viene con sus accesorios! ¿Cómo la compraste?, esto cuesta los dos ojos de la cara y un riñón.

— eh... Yo... — no podía articular palabra.

La cámara que yo había comprado era de segunda, apesar de ser semiprofesional, ya es un modelo relativamente viejo.

— Vamos Gabriel, ¿cómo le hiciste para conseguir el dinero? — dijo Jose.
— Yo... Yo no la compre, Rebecca fue — al fin pude emitir palabra

— wow, que detalle el de ella comprarte una de las mejores cámaras creadas hasta el molento — dijo Jonathan — incluso tiene sus accesorios.

Esto era mucho para mí. El teléfono que me dio Leandro y ahora esta cámara por parte de Rebecca, esto ya es mucho.

Me animé a volver a llamar a Rebecca.

— ¿y bien? — me dijo muy contenta al contestar — ¿te gustó?

— ¡Claro que me gusto! Pero no tenías que comprarme esta cámara tan cara — dije mientras veía aún la caja — no quiero que derroches dinero solo por mí.

— no es ningún derroche de dinero. Lo hice por que lo quería. Lo hice por que te quiero.

— y yo a ti pero, mi cámara no estaba mal.

— me dijiste que es de segunda, le fallaba el flash y el disparador, además era un modelo relativamente viejo.

— lo se pero... ¿una ultimo modelo?

— no hay devoluciones caballero, la aceptaras porque sabes que la necesitas.

— esta bien, no discutiré más contigo, me quedaré con la cámara.

— y no me debes nada, nada de darme dinero para pagarla, es un regalo.

— de acuerdo.

Estuvimos hablando más hasta que me di cuenta de que ya había pasado mas de una hora. Me iba a morir después de ver la factura de mi tiempo en el teléfono, estoy seguro que ella también le saldría caro.

Al rato paso al cuarto de Leandro con la carta, aún no la he abierto, pero siento que necesito que me explique ¿para qué me envía una carta si tiene mi número?

Toqué la puerta y pude escucharlo por el otro lado donde venía ha abrir.

— ¡Voy! — dijo el antes de abrir la puerta — Hola, ¿en qué...? ¡Gabriel!

— hola... ¿puedo pasar?

— ¡claro, pasa!

Aún sentía algo incómodo entrar a su cuarto, a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros dos, aún me cuesta asimilarlo.

El cerró la puerta y me abrazó por detrás.

— ¿qué deseas mi lindo niño? — dijo, besando mi cuello.

Le mostré la carta y el la vio con una expresión triste.

— lo siento, no sabía que no te iba a gustar — decía mientras se sentaba en su cama — entiendo si te quieres ir.

— ¿de qué estas hablando? — se senté a su lado — no he abierto la carta, te iba a preguntar el por qué de la carta, si tienes mi número.

— ahhh... — miré como su cara se ponía roja — este, ¿y si mejor me devuelves la carta?

Yo lo miré con una cara de incredulidad y me dispuse a abrir la carta.

L y R (Arreglando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora