Me levanté con el sonido de mi alarma a las 7:30 y vi a que Jonathan ya se había despertado y duchado.
- buenos días - dijo con una sonrisa - iré a desayunar, podrías levantar a Jose, yo no pude y no quiero perder todo el jarabe de miel para mis tortillas.
- ve tranquilo, yo me encargo - dije mientras me rascaba un ojo y estiraba mi cuerpo hacía el techo.
Jonathan salió seguido de eso y trate de levantar al oso que hibernaba.
- despierta grandulón - lo sacudí de un lado a otro, pero no reaccionaba. Quite las sábanas, gran error.
Su bóxer parecía una carpa de circo, por lo cual grité alarmado, eso hizo que Jose despertara de un susto.
- ¿¡que paso!? -dijo alarmado.
Él me miró y vio que estaba muy rojo y algo asustado. No entendió el por qué hasta que miro su entrepierna y vio que su "amigo" despertó antes que él.
- ¡no me veas! - dijo muy rojo y cubriendo su erección. No pude aguantar la risa.
- ¡no te rías! - decía José muy rojo y enfadado.
- lo siento - dije limpiandome el ojo izquierdo - pero no me espere encontrarte de esa manera — traté de recomponerme de la situación — Alístate para desayunar, vístete rápido y luego te veo en el comedor.
Deje al joven calenturiento vistiéndose mientras iba al comedor. Al llegar, ya estaba bastante lleno. Muchos jóvenes pasando de un lado a otro en pijama o en ropa interior (típicos hombres independientes). Alcancé a ver a Jonathan sacando sus tortillas frías del microondas y poniéndolas en un plato que estaba en una bandeja.
Me acerqué a la cocina con intención de comer poco, sólo tomé una rebanada de pan con mantequilla y mermelada con café con un poco de azúcar.
Me senté con Jonathan en una mesa que estaba libre en medio del lugar.
- ya estoy aquí.
Jonathan me miró con sorpresa por el poco y pobre desayuno que había tomado de la cocina.
- ¿solo eso vas a desayunar? — preguntó extrañado
- no tengo tanta hambre.
- pero el desayuno es la comida más importante del día.
- eso solo es una idea desarrollada por las industrias para hacerte desayunar como un loco con una porción más grande que la que realmente necesitas.
- si eso piensas... pero luego no te quejes si luego tienes hambre.
En ese momento, llegó Jose con el pantalón que había visto en el suelo y una camiseta de tiras, con un gran emparedado y jugo de naranja. No me volteaba a ver por lo que pasó en la mañana, yo solo me reía en silencio cuando me acordaba de eso. No era la primera vez que veía una erección ajena, si de vez en cuando, al entrar al cuarto de mi hermano estaba "contento", pero la de José me tomó por sorpresa.
Una vez ya estuviéramos listos y todo arreglado y olvidado, decidimos tomar el guía de la Universidad y conocer los lugares. Al llegar habían bastantes jóvenes ahí, solo José era el que se veía más adulto del resto, todos parecíamos muy "niños" en comparación con el resto de estudiantes.
El guía era un chico con un sombrero que decía "guía"
- muchas gracias por decidir acompañarnos a este tour por el campus de nuestra amada universidad - después de una hablada que a nadie le interesaba, nos guió por las partes del campus: las amplias zonas verdes, las facultades de arte, ciencias , arquitectura, medicina y la joya de la universidad: la facultad de derecho. Solo la gente con mucho dinero o con las mejores recomendaciones y excelentes notas, podía entrar en ella.
Salimos de la universidad y pasamos por las casas de las fraternidades, y la mas grande era la fraternidad "alfa-ultra-omega", donde los niños de papi y mami vivían con lujos y sirvientes, muchos tenían putas que les satisfacían sus placeres y las chicas de al lado, en la casa de las "mega-zetas" era su versión femenina.
Terminamos el recorrido, yo me que atrás mirando una pared que exhibía cuadros ganadores de un concurso. Hubo un cuadro que me llamó la atención por el cliché que era. Estaba en blanco y negro, había una mujer y un hombre con la boca tapada con cinta y con los ojos cerrados, la cinta de la mujer decía "sumisa" y la del hombre decía "amo".
- triste, ¿verdad? - dijo una voz femenina, me volteé para ver quién me hablaba. Una hermosa chica de cabello castaño, ojos azules como el mar, rostro pálido, mejillas rosadas y sus labios parecian fabricados de porcelana. Toda ella parecía una muñeca - la obra es una crítica sobre ese libro que tanto están leyendo las mujeres.
- creo que nosotros somos quienes les damos la importancia, ¿a quién le importa quien debe llevar el rol de líder en una relación? - ella se sorprendió con mi respuesta.
- soy Rebecca White, mucho gusto - nos saludamos con un apretón de manos.
- mi nombre es Gabriel Savarin, el gustó es mío.
Tuvimos una divertida plática sobre el resto de cuadros que había expuestos en la pared. No todos se trataban de temas del momentos.
Después de criticar los cuadros, compartimos ideas y pensamientos. Descubrí que está estudiando medicina y que es su primer año aquí. Es una chica bastante interesante a decur verdad, siempre lograba sacar un tema que evitaba el silencio y hacía entretenida la tarde.
Al ver el reloj, nos dimos cuenta de que ya eran bastante tarde y ella tenía que asistir a un curso sobre medicina extraño, del cual no logré escuchar, y ella era una de las asistentes. Se despidió y nos tomamos caminos separados.
Caminaba tranquilamente por la zonas deportivas pensando en lo que debía alistar para mi primera clase. Estaba solo, excepto por los jugadores y varios chicos sentados bajo un árbol, y no tenía ningún contratiempo.
Pero había alguien que pensaba distinto.
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L y R (Arreglando)
Fiksi RemajaGabriel es un joven que entra en la facultad de artes con la esperanza de volverse un gran fotógrafo. Durante su vida en el campus conoce a una chica llamada Rebecca, de la cual se enamora, pero también conoce al capitán del equipo de fútbol, llamad...