Capítulo 22

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Tomé mi equipaje y seguí al señor Róbinson por el tren, hasta salir a la estación.

Bajar de ese tren fue toda un experiencia de vida, casi pierdo un braso entre los empujones de aquellos desesperados y los otros que estorbaban en la estación, esperando a alguien.

- vamos joven Gabriel - dijo el señor Róbinson tomando su maleta y pasando entre el mar de personas.

Me costaba seguirle el paso entre las personas que entraban y salían del tren. Para el señor Róbinson le era fácil pasar entre la gente, era tan grande y fornido que la gente se apartaba de su camino.

Me las arreglé para ponerme detras de él y se me hizo más sensillo salír de la estación del tren.

Llegamos a la calle principal y nos recogió un taxi que nos llevaría al hotel, en el cual se celebraba la exibición de fotografías.

La ciudad Oro era muy brillante de noche, pero estoy seguro de que podría ver la ciudad mejor de día, o almenos, así parecía.

Llegamos al hotel de noche, eran las 8:33 de la noche para ser más preciso. Al entrar, era una vestibulo grande y amplio, el suelo era blanco y las paredes de blanco hueso, tenia una alfombra de color sangre, tenia largos pilares de marmol y una araña de luces doradas que adornaba el techo en forma de huevo. La recepción era de madera oscura y se veía lustrosa y pulcra.

El lugar estaba lleno de personas que entraban y salían del lugar, casi como la estación del tren. Supongo que con todo esto del concurso, la ciudad esta patas arriba.

Nos registramos y al momento, un botones tomo nuestras maletas y nos llevó a nuestra habitación en los pisos más altos del hotel.

Llegamos al cuarto y era bastante grande. Tenia una amplia sala con T.V. y un bar. Una habitación amplia con dos camas y separadas por una cortina azul. Se compartia el baño.

- bueno - dijo el señor Róbinson - aquí estamos. Felicidades joven Gabriel - me dio una palmada en la espalda (me dolió) y entró en el cuarto.

Me asomé a la ventana y pude contemplar toda la ciudad. Esta brillaba con tonos dorados que hacían que todo fuera hecho como de oro. Supongo que esa es la principal razón de que esta ciudad se llame así.

El hotel donde nos hospedamos y donde ocurre el evento es el hotel Aurum. La joya de la ciudad y famoso en toda la isla por ser uno de los más lujosos del país. Fue financiado por un proyecto de hace unos cinco años para darle más belleza a la isla.

Desde lejos se veían las luces de las otras ciudades y pueblos vecinos ¿me pregunto si, desde aquí, puedo ver mi ciudad?

Caí en cuenta de que llevaba más de media hora mirando por la ventana. Lo que me hizo salir del trance fue un estornudo del señor Róbinson desde el cuarto.

- salud - respondí.

- gracias - me respondió - ¿no piensa desempacar?

El hipnotisante destello de la ciudad de noche me había hecho olvidar todo, solo me quedaba mirando la ventana mientras me disponia a ingresar en el cuarto.

El cuarto tenia un closet muy profundo con un espejo al final de él. Al entrar, el señor Róbinson ya había acomodado sus cosas y había ocupado todo el lado izquierdo del closet, pero yo aún tenía el lado derecho para mi solo.

Saqué mis cosas y las puse en los lugares correspondientes y me senté en una silla, cerca de otra ventana que daba a la otra vista, esta era del mar que era el espejo de una luna en cuarto creciente.

- veo que las vistas de la ciudad lo tienen atontado - dijo mi tocayo, volviendome a traer a la realidad - su talento para apreciar lo que lo rodea es admirabe joven Gabriel, su don no descanza nunca.

Solo sonreí y me puse a escribirle una carta a mis amigos sobre el lugar y le tomé algunas fotografías al cuarto.

El señor Róbinson sacó una bata y una toalla.

- debería tomar una ducha joven, hoy fue un largo día, ¿y qué mejor manera de relajarse que tomando un baño? - sonrío y se metió al baño.

Al momento salió con una bata y se metió en las cobijas, por increible que suene, creo que mi profesor duerme desnudo.

L y R (Arreglando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora