Capítulo 19

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(Rebecca)

Estaba comprando unos libros de la la tienda de la esquina para los próximos exámenes.

- mi joven bruja de la luna - dijo la señora encargada del lugar - aquí están los libros que buscabas.

- gracias señora Reyd.

La señora Miranda Reyd era una mujer de unos 58 o 60 años, cabellos canosos, delgada, con ojos amarillos y la dueña de una librería que estaba cerca del campus de la universidad. Su tienda se llamaba "La Lechuza mágica" y todo el lugar tenia una apariencia de tienda de magia. La señora Reyd era una gran fan de las cosas mágicas, había leído toda la saga de Harry Potter y un sinfín de historias de magos y sobre magia, leyendas y mitos de cualquier tipo.

- y dime ¿cómo te va con ese muggle con el sales? - dijo la señora Reyd con interés.

- las cosas van bien, muy bien - dije alegremente.

- mi brujita lunera, nunca te había visto tan contenta desde que sales con ese chico. Espero que este sea en indicado para ti.

- algo me dice que sí.

- pero aún tengo que conocerlo, ver sí realmente es tu destino estar al lado suyo.

- estoy segura que estar con él es mi destino - tomé los libros - nunca me he sentido más cómoda con alguien como él.

Salí de la librería despidiéndome de la señora Reyd. Sé que si no tomaba los libros, me volvería a quedar ahí otra hora más. No dispongo de tiempo suficiente como para andar hablando.

Al llegar a mi habitación, mi compañera no estaba, solo había un montón de libros en su escritoSophia Sophia a sido mi compañera todo este tiempo. Ella estudia odontología en la facultad de medicina y, es una de las mejores. Cuando no está en la habitación leyendo para algún trabajo, esta en El club de la lámpara, un misterioso club del cual no se sabe nada. Se creé que es un grupo de personas que traman cosas malas, o al menos es lo que las personas creen, pues todo referente a ellos es un completo misterio. Nadie sabe su ubicación exacta ni sus planes, ni el porqué es "de la lámpara".

Sophia me contó que ella es una de los miembros vigilantes de la universidad, pero que es todo lo que me dijo, ya que acababa de romper una regla primordial del club "nunca mencionar que eres del club, y menos decir tu ocupación" y ella había dicho ambos. Yo prometí nunca decirle a nadie esto, pues Sophia es una gran amiga y nunca le haría algo que la perjudicara. Pero eso no me libró de "la ceguera".

La ceguera es un pacto que hace la gente que no es miembro del club de la lámpara y jura nunca hablar de él.

Ese día (el día después de que Sophia me rebelara que pertenecía al club) en la noche. Sophia me llevó a salir a caminar a la zona de los árboles susurrantes, lugar en donde el viento hace que el sonido de los árboles parezcan susurros, para hablar.

- dime ¿por qué estamos tan tarde aquí? - pregunté extrañada del lugar en el que estaba, y la hora que era.

- antes de hacer esto, prométeme dos cosas.

- ¿de que hablas?

- promete que confías en mí. Dilo.

- pues... claro que confió en ti.

- y ahora, promete que me perdonas.

- ¿y por qué tendría que perdonarte? - me sorprendió esa pregunta tan fuera de lugar.

- por favor, dilo. ¡Dilo!

- esta bien, bien - respiré y dije seria y sinceramente - Te perdono por lo que tengas que hacer, sea lo que sea, se que no ne harás daño.

L y R (Arreglando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora