Capítulo 46.

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Después de haber acabado con las heridas dejó el botiquín a un lado y miró a Anna a los ojos, ésta le mantuvo la mirada para luego desviarla hacia el suelo.

- Listo. Mmm... ¿ Quieres que te ayude con el pelo? - preguntó dudoso. Anna lo miró por unos segundos - Lo digo por las heridas...

- Te lo agradecería muchísimo - dijo ella sonriendo. Él le devolvió la sonrisa.

- ¡Pues vamos haya!

- Vale... - la miró confundido por su comentario. - ¿ Puedo mojarlo...? - preguntó refiriéndose al abrigo que llevaba. - Luego te la puedo la...

- Claro que puedes. - dijo él tranquilizandola.

Anna asintió y se metió en la ducha.

Un nuevo silencio los volvió a rodear.

Ella se apoyó en la pared y cerró sus ojos mientras Adrian regulaba la temperatura del agua.

Comenzó a revivir lo que había sucedido, en su mente. Intentó aguantar las lágrimas pero al sentir el agua caer por su rostro se dejó llevar sin importar la presencia de él.

Aunque sus pensamientos la llevaban a otro lugar sentía los dedos de Adrian que muy delicadamente masajeaban su cuero cabelludo. No sabía cómo le podría agradecer todo lo que estaba haciendo por ella.

Aunque todo fuese tan extraño ella ya estaba acostumbrada a ello. Había convivido mucho tiempo entre desconocidos.

Una vez acabó, la dejó para que se cambiara de ropa.

Anna se sentía más liberada, más calmada, ansiada por saber que tenía que hacer ahora que había escapado, ansiada de saber el siguiente paso, el plan que suponía de debía de tener.

Pensar en ello la ponía muy nerviosa por lo que dejó todo eso de lado y se dejó llevar por el cansancio que la invadía y que en esos momentos tanto la debilitaba.

Se dirigió al salón y ahí se encontró a Adrian esperándola para desayunar . Desvío su mirada del televisor y la miró a los ojos.

- Supuse que tendrías hambre.

Ella asintió sonriendo mientras se acomodaba a su lado.

La mesa estaba llena de alimentos nutritivos. Su estómago rugió y su boca se hacía agua al verla.

Después de desayunar en un tenso silencio, Adrian se dispuso a recoger la mesa. Ella cogió su vaso para ayudarle pero éste se negó rotundamente, estaba herida y además era su invitada.

Anna a pesar de que se le veía calmado, sabía que estaba impaciente por saber que es lo que le había pasado.

Si ella se pusiese en su lugar, estaría igual. Todo era tan extraño, pero lo era aún más la verdad. Lo que en verdad había ocurrido.

¿ Cómo se lo explicaría ? Pero antes que nada ¿ Podía decírselo ?

Sabía que no, pero necesitaba la ayuda de alguien. Tal vez, él la comprendería, la entendería y la ayudaría.

Luego como un mazazo cayó en la cruda realidad.
Era un disparate todo lo que estaba pensado. Una completa locura.
¿ Por qué iba él a ayudarla ? Si no la conocía de nada.

Estaba sola, necesitaba encontrar a Lenna, a su madre y protegerla y a Alex.

Su corazón dio un vuelco solo de pensar en él.

Lo añoraba tanto...

En cambio él no.

Él seguramente ni la quería. Seguramente la odiaba por hacerle lo que supuestamente hizo.

Ayúdame (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora