Capítulo 34.

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El ruido de agua cayendo y el terrible dolor de cabeza que se instala bruscamente en mí me despiertan.

Recuerdos desordenados invaden mi mente y me cuesta un poco asimilar donde me encuentro.

Me levanto poco a poco de la cama, ya que el dolor es insoportable y el mareo se intensifica a cada movimiento que hago.
En la mesita de noche hay una pastilla y un vaso de zumo. " Tomatelo, te vendrá bien para la cabeza" Hago una mueca al leerlo y me tomo la pastilla. Me siento en la cama y trato de recordar todo lo que pasó ayer. Trato de saber porque me encuentro en la habitación de Alex. Pero es un poco imposible, sigo aturdida por el sueño, el dolor y el mareo. Y los recuerdos son incoherentes. Salgo de mis pensamientos cuando Alex sale del baño con una toalla alrededor de la cintura. Mi corazón da un salto al verle. Es demasiado perfecto, sexy y... Mis mejillas comienzan a calentarse y me obligo a desviar la mirada a mis manos entrelazadas.

-Buenos días - dice mientras se dirije a su armario.
Carraspeo e intento encontrar mi voz.
- Buenas días - medio susurro.
Me levanto de un salto y me meto en el baño.
Mi reflejo es horrible, estoy pálida, tengo ojeras y mi pelo parece un nido de pájaros. Respiro profundamente, me lavo la cara me " arreglo" el pelo y vuelvo a mirarme en el espejo.
Ayer bebí... Yo he bebido... Me siento mal y no lo digo por el dolor de cabeza, sino porque esta no soy yo.
Que estoy haciendo? Unos toques me sacan de mis pensamientos.
- Anna estas bien?
- Sí, ahora salgo. - me aliso la ropa y me enjuago la boca con enguaje bucal, mi aliento debe de ser horrible.

Salgo y me siento al lado de Alex a una distancia prudente, se ha puesto unos baqueros negros y una camiseta azul oscura, el pelo hacia atrás y sus ojos azules resaltan más que nunca.
El silencio nos invade, un silencio nervioso que está apunto de colapsar.

- Como te encuentras - Alex no aparta sus ojos de mi , yo en cambio me es imposible mirarlo.
- Bien - susurro. Asiente.
- Recuerdas algo de lo que pasó?
- A medias, no tengo muy claro como llegué hasta aquí.
- Qué es lo que recuerdas? - pregunta cauteloso.
- Recuerdo venir con Sue y Lenna, recuerdo... Haber bebido - mi voz se apaga y la vergüenza me invade. - N- no recuerdo mucho más... - flashes sobre haber bailado con alguien y beber mucho más de la cuenta...

- Desde cuando bebes? - mis mejillas arden.
- A-ayer fue la primera vez... - susurro. Tierra tragame! Alex asiente.
- Y eso? Creía que... - comienzan los reproches por lo que decido cortarle.
- Quería probarlo - mi voz es más dura de lo que pretendo - simplemente curiosidad. Que hay de malo? - No entiendo porque me estoy enfadado con él, pero lo hago.
- No hay nada de malo, solo que bebiste demasaido, para ser tu primera vez. - su voz es calmada, controlada. Eso de alguna forma, me incomoda.
- Lo sé... - susurro.

Largo silencio.

- Quien es David?
- Q-que?

Recuerdos, momentos de ayer me golpean y se van organizando automáticamente. La sangre se me hiela, al recordar los labios de David, sus manos en mi cuerpo, su aliento en mi cuello.
Voy a vomitar... Corro hasta el baño y vomito, lo único que tomé hace unos minutos.

Me acuerdo de todo, ahora todo tiene sentido...

El coraje, la ira, el asco y la repugnancia hacia mí me invade. Me siento sucia, soy un ser repugnante.
Lágrimas se deslizan por mis mejillas.

" Eres una puta, una guarra, una calienta pollas" La voz de David retumba en mi cabeza. Comienzo a temblar descontroladamente.

Como he podido hacer eso!? Como dejado que me toquen!?
Soy una zorra, una puta!!

Alex se acerca a mí
- Anna...
- No me toques!! - grito a todo pulmón. Mi voz temblorosa acaba con un sollozo. - Alex sal por favor! - le suplico.
- Qué? - preocupación invade su rostro - Qué pasó ayer Anna? Qué es lo recuerdas?

Me alejo de él.

- Alex soy una puta - susurro, me doy asco.
" No vales para nada" una voz en mi mente me grita . " Eres lo que él dijo, una zorra" susurra.

- Cállate!! - grito desgarradoramente para callarla, pero es inútil, ella sigue susurrandome lo que no quiero oír, la verdad...
- Anna!! - grita Alex confundido . Le miro a los ojos y veo el cansancio, la preocupación y la alarma en su mirada.
Lo estoy destrozando.
Le estoy hundiendo en mis problemas.

Le empujo fuera del baño, aprovechando que se encuentra confundido con mi reacción y cierro la puerta con pestillo.

- Anna, abreme la puerta ! - grita mientras aporrea la puerta. - Anna, abrela o juro que la voy tirar!

Pero ya no hago caso a sus advertencias. Su voz queda en segundo plano.
Miro detenidamente mi reflejo en el espejo.
- Tienes razón... No valgo pasa nada - le susurro.
" Eres un incordio. Es que aun no te das cuenta ? "
- Lo sé...

Me miro a los ojos.
Le he fallado a todo el mundo.

Sin pensarlo dos veces y cegada por la rabia y la ira, estrello mi puño contra el espejo, haciendo que millones de trozos de cristal salten por toda la habitación y otros se incrusten en mi mano.

No siento dolor, pero si veo la sangre que brota de los cortes.

Cojo un trozo de cristal roto con la otra mano e intento posarlo en mi muñeca sin que tiemble demasiado.

Cierro los ojos lista para acabar con con todo...

- Qué coño haces!? - Alex me quita el cristal de la mano y me empuja hacía atrás. - Anna, Joder!!

Me, me iba ha suicidar?

El miedo sustituye toda la calma que había sentido por un instante.

Iba a matarme?

Fuertes temblores inundan mi cuerpo al igual que el hielo invade mis venas.

- Dios! Anna! - Alex me acerca a él y le abrazo lo más fuerte posible, necesito su calor, su seguridad... Lo necesito a él.

- N-no me dejes - susurro entrecortadamente. No podría vivir sin él.

Ayúdame (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora