Retrocedí horrorizada, llevando mi mano a la boca.
—¿Qué?
Ella se inclinó hacia mí y me miró. —Aléjate de mi vida, _____(tn) Perkins, y prepárate para besar tu lugar universitario como despedida. Has tomado lo que quería, y voy a tomar lo que quieres. Entonces ella se había ido, con Beth corriendo detrás de ella.
No me atreví a seguirla. No con esa amenaza.
Pero tenía que estar mintiendo. justin nunca besaría a Ashley. ¡Nunca! Pero cuando miré hacia la mesa de justin, él no estaba allí. Y tampoco Ashley.
¡Oh, Dios!, ¿Sara había estado diciendo la verdad?
Mi estomago se revolvió y me senté en el asiento al otro lado de Kirk.
Él me miró, luciendo demasiado divertido con toda la situación. ¿Por qué no debería estarlo? ¿Dos chicas peleando a gritos por él? Por supuesto, él pensaría que era gracioso. Lo fulminé con la mirada, y lo único que hizo fue sonreír.
—Por lo tanto, estoy pensando que tú y yo en una cita… no es una gran idea, ¿eh, ______(tn)?
—¿Tu qué crees?
Su sonrisa se ensanchó. —Por lo tanto, sobre Sara…
—¿Qué? —Le espeté. Tenía que irme a casa. Esta noche había sido un desastre.
—No tenía ni idea de que podía gritar así. Era una buena amenaza, también. ¿Crees que ella puede lograrlo?
Lo miré. —¿Te gusta ahora porque me ha gritado?
Se encogió de hombros sin dejar de parecer demasiado feliz. —No me di cuenta de lo que había en ella. ¿Realmente va a patear tu trasero en el campo de fútbol?
¿Cómo podía parecer tan alegre? Le saqué la lengua y lo dejé.
Ya había tenido suficiente.
Casi me quedé en casa antes de la práctica con justin la mañana siguiente, pero la amenaza de Sara colgaba sobre mí como una mala calificación. Si ella realmente decide romper su trasero en el campo de fútbol, yo estoy en un gran problema, especialmente desde que ya hice una mala prueba.
Olvida a Sara. Ella va a morder el polvo.
Ya estaba empapada en sudor para el momento en que llegó justin un poco antes de las diez. Estaba ejercitando duramente y tenía la espalda hacia un lado del campo, pero de pronto, supe que estaba allí. Parecía como si mis huesos cosquillaran por completo y mi pulso se disparó. Él no dijo nada, y yo no me di la vuelta. Todo lo que podía pensar era acerca de él con Ashley. ¿Se había marchado con ella? ¿Por qué dejo que ella pusiera su mano sobre su brazo? ¿Sus sentimientos anti-chica eran en realidad una mentira? ¿Era sólo yo la que no le gustaba? ¿Él realmente la había besado?
Frunciendo el ceño, golpee el balón a la red. Éste paso a toda velocidad sobre ella y voló hasta la siguiente cancha. mier.da.
—Buen tiro.
¿Era sarcástico con Ashley también, o era yo la única afortunada? —Gracias. —Dije bruscamente, trotando detrás de mi balón para recuperarlo. Lo recogí y me di la vuelta, casi deteniéndome en sus ojos.
Estaba usando una chaqueta y un pantalón azul marino a juego, una bufanda de lana contra el aire de la mañana, y un gorro de béisbol hacia atrás. Tan casual, tan lindo. Tan injusto.
—Así que, ¿quieres hacer algunos ejercicios de pase esta mañana? —él preguntó, sin siquiera darme la más leve inspección.
—Sí. —Me acerqué y dejé caer el balón en sus pies. —Suena bien.