Todo daba vueltas y le costaba oír lo que sucedía a su alrededor. Tomó su celular otra vez y marco él numero de su madre como pudo, los colores de la pantalla hacían que su vista doliera más y empezaba a tener una terrible jaqueca.
-¿Mamá?- dijo con lágrimas en los ojos mientras sostenía él móvil en sus mano, que no dejaba de temblar.
Su madre no tardo en estar ahí, bajo del auto sin cerrar la puerta y busco desesperadamente a Oriana con la mirada.
-Mí amor...- susurro mientras corría lo mas rápido que podía hacia ella.
En él transcurso del viaje, ninguna dijo nada. Vio a Oriana con la mirada baja, le preocupaba verla así no dejaba de temblar aunque intentara disimularlo.
Bajó del auto y su madre tomó su mano llevándola hacia la casa, estaba destruida. No sólo por como se sentía físicamente, la peor distorsión estaba en su corazón, y tampoco podía controlarlo. No podía decirle que dejara de doler, no podía tomar ninguna pastilla para ya no sentir, sentir su primer corazón roto. Pensaba en ese día, pensaba en él día de ayer donde estaba tan feliz por su cita. A su mente venia él rostro de Dominik y era cuando punzaba aun más. Se sentía una estúpida, se odiaba.
¿Por que se había dejado engañar por ilusiones? Por esa cálida sensación en la piel después de una sonrisa de él, por ese hormigueo en él estómago cada vez que pronunciaba su nombre. Por él solo echo de sentirse afortunada de que él le diera importancia.-Oriana- su madre le había traído comida y la pastilla que le tocaba. Porque ella siempre se componía con música y comida, eran cosas que jamas podían faltar le.
-No tengo hambre.- dijo seco mirando la comida analizándola, de seguro estaba deliciosa, pero no importa cuando la oliera y mirara no sentía apetito. Quería que la tierra la tragara, se sentía un fracaso, si alguna vez pensó que era bonita ya no lo volvería a pensar.
Su madre no lo pensó dos veces y estiro sus sus manos atrapándola en un abrazo que quizás no ayudaría de mucho, pero sostendría todas las lágrimas que pudiera de su hija.
Oriana no se quejo y se dejó abrazar, rompió en llanto a los minutos olvidando todo a su alrededor, no le importaba si era una imagen empalagosa o si la hacia ver mas ridícula.
-Duele mamá...-pronunció en un hilo apenas audible.-Duele mucho.
Victoria abrazo aún mas fuerte a su hija, todo lo que podía darle era comprensión y apoyo. No había ninguna receta para esto, ningún estudio, ningún consejo. Solo tiempo, eso y la decisión que tomara Oriana en él futuro respecto a Dominik.Había pasado una semana, no había asistido a clases, no había contestado las llamadas de Dominik, y no había tomado una decisión aún.
Él médico le había dado reposo hasta que sintiera las fuerzas necesarias para retomar las clases. Aunque no quería volver, porque había estado evitando las llamadas y los mensajes de Dominik y sabia que en la escuela no podría esquivarlo tan fácil. Que él la haya dejado plantada destruyo todo lo que pudiera sembrarse en su corazón. Quizás él chico si se justificaba pero, ¿y si no? ¿Si todo estaba planeado? Y pensaba en eso casi todo él día, sacando un poco de pruebas de acá y otro poco de haya. Llegando a la conclusión de que tal vez era una jugada de Elian, después de todo ellos eran amigos, y Elian se había encargado de decirle a todo él mundo que estaba enamorada de Dominik. Y ahí es cuando volvía a sentirse estúpida. ¿En que momento paso? Hasta él ultimo segundo estaba convencida de que sólo era atracción, no era mas que eso¿Cuando se le fue de las manos?
Pero por mas que no quisiera, mañana debería volver a la escuela y verlo, a él, a todos.¿Se dieron cuenta de como él tiempo pasa tan rápido? De como él sol brilla en un momento, y de un instante al otro en él que solo has parpadiado, dejas de verlo. De como los sueños por mas largos y tormentosos que sean, solo son un suspiró y una mirada al techo de tu cuarto al despertar, sudado, con miedo y al final en otro instante todo cambia y agradeces que solo fue eso, un sueño. Un sueño que te arranco un gemido desde adentro de todo tu ser.
Miro su cuaderno con desagrado y tacho todo lo que había escrito.
-Esto no es un sueño, ni un suspiro Oriana.- Se dijo con fastidio.
-No se mucho de él, ingreso él año pasado, a mitad de curso digo. No parecía mal chico.-la miro fijo- Oriana de verdad debió pasarle algo.-TérminoNo se había dado cuenta de que Leymara seguía hablando, se había levantado de muy mal humor y todo lo que podía decir era un "no" o un "no se" ni si quiera un "si" de mierda. Necesitaba aire. Le pidió a su profesora salir por un momento y cuando esta asintió se levanto ignorando a su amiga,y a todos los que la miraban y murmuraban en secreto.
Leymara bufo molesta de que no había tenido respuesta.Miro sus manos y estiro los dedos, intentando que ya no temblaran. Mojo su cuello y acomodo su remera, se miro al espejo y no se sintió a gusto con lo que vio. Quizás esa era otra opción por la cual Dominik la había plantado.
Y mientras seguía observándose con la mente en las nubes, una de las puertas se abrió, por él espejo distinguió que era Iara, tenia los ojos rojos y algo negros, no sabia que se maquillará. ¿Pero porque lloraba?
Se voltio y la miro fijo, viéndola indefensa, triste y distante,como ella. Saco papel de la máquina que tenía a un costado y se lo dio. Tenia ese sentimiento que no la hacia sentir sola, no era lindo que otra persona estuviera casi rota cono ella, pero se sentía acompañada.
Iara tomó él papel y empezó a acomodar él rímel de sus ojos, odiaba los silencios pero no sabia que decir, Por lo menos Iara no le pedía que hablara.
Pero debía decir algo, sabia que ella no empezaría la conversación como la otra vez en él parque. Y recordó ese día y cuando la vio sonreír, y se dio cuenta de que esa vez también estaba triste.-¿es por un chico?- preguntó.
Iara negó con la cabeza, mientras secaba sus ojos. Peino su pelo corto con las manos y tomó su mochila.
-¿Dije algo malo?- Pregunto Oriana observando como la chica se disponía a salir.
Pero esta no respondió, solo se fue. Dejándola sorprendida,¿donde había quedado esa chica tan dulce? Esto no la hacia sentir mejor, comenzaba a pensar que no estaba echa para él mundo, ni para las personas.
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Perfectos desconocidos
RomanceEn un segundo todo puede irse, y en otro todo puede volver a estar bien. Era eso lo que siempre pasaba en mi vida, desde aquel accidente. Mi padre murió en él y yo presencie todo, mi madre sugirió que nos mudáramos a Buenos Aires, donde no estuve d...