Capítulo XI

340 25 7
                                    

- ¿Qué sucede aquí?- preguntó mi padre al entrar a la habitación. Tom y yo nos alejamos un poco más el uno del otro. Simone apareció detrás de mi padre y nos miró con extrañeza.

- Sentimos un golpe...- dijo asustada.- ¿Están bien?, ¿No les ocurrió nada?, ¿Qué hacen ambos aquí?- nos interrogó con notable curiosidad. Tom rodó los ojos y luego se acercó a ella.

-Tranquila mamá...- dijo con serenidad en su tono de voz.- No sucede nada, está todo bien.- sonrió convincente. Simone bajo la vista y tomó la mano de su hijo, la cual observo con sus grandes ojos.

- ¿Que te sucedió en la mano?- volvió a preguntar con preocupación. Tom quito su mano rápidamente del agarre de su madre.- Tienes un moretón hijo, dejame ver...

- No es nada mamá, ¡Basta!- dijo alejándose de su madre. Simone y papá no se quitaban la sospecha, pero no dijeron más y se fueron a su habitación. Tom comenzó a caminar hacia la puerta, pero antes de salir me dedicó una mirada, una mirada que no logré descifrar pero que sin dudas me hizo sentir algo extraño.

Me quede pensando y preguntándome millones de cosas, ¿por qué me había comportado de esa manera? Yo no era así, estaba pasada de copas... pero no como para haber actuado de forma tan atrevida. Caminé hacia mi cama y me senté en ella, di un suspiro y comencé a mirar cada esquina de mi cuarto inconscientemente. Sin duda, la situación se estaba aclarando, Tom posiblemente estaba sintiendo cosas por mi. Yo no sabia como actuar ante eso, probablemente esto era a causa de una confusión por parte de él, Tom no me interesaba para nada, porqué... ¿No me interesaba, cierto? ¡Mierda, no lo sabía! Me deje caer a la cama y me quedé con la vista pegada en el techo... Esto se sentía extraño.

El lunes llegó, eso significaba el comienzo de una nueva semana en la universidad. Hoy Bill se reintegraba a clases, y no creíamos que Dylan lo hostigara de nuevo, con la paliza que le dio Tom... No le quedarían ganas de volver a acercarse.

Había terminado la hora del almuerzo y cada uno nos dirigimos a nuestras respectivas clases. Nos habíamos divertido mucho mientras comíamos, muchas bromas y muchas indirectas hacia mi por mi comportamiento en la fiesta. Tom solo se reía de mala gana cuando los chicos comentaban sobre lo sucedido, él no quería recordar nada que tuviera que ver con esa noche.

Caminaba por los pasillos de la universidad, mi clase había terminado antes y no podía largarme a casa ya que debía esperar a los chicos. Pasaba por la biblioteca, cuando veo a Tom hablando con una chica, se le notaba aburrido y eso si que era raro en él, ya que de tratarse de chicas Tom era el hombre más simpático, coqueto y tierno con tal de llevarse a una a la cama... era un maldito mujeriego. Al quitar su vista de la chica se encontró con mis ojos que lo observaban con extrañeza, sonrió abiertamente y camino hacia mi dejando a la chica hablando sola.

- Solo sigueme la corriente.- me susurró con una sonrisa maliciosa... ¿qué tramaba? Tomó mi mano y me llevó hacia donde estaba la chica, esta me miró sin entender que hacía yo ahí, una pregunta que ni yo podía contestar.- Bueno Kira, ella es mi novia...- mis ojos se abrieron como platos al escuchar la palabra "novia". Traté de soltarme de su agarre, pero fue imposible ya que me tomó más fuerte y paso su mano por mi espalda.- ¿Recuerdas cuando te dije que tenía novia?- la chica lo miro confundida y solo asintió tontamente.

- No Kira... Yo no...- traté de decir con el fin de no participar de su mentira, pero este me dio un ligero golpe con su pie.

- Linda... ya es hora de irnos.- dijo interrumpiendome. Hizo una mueca para que asintiera y no dijera ni una palabra.- Adiós Kira, nos vemos mañana.- dijo dedicándole una sonrisa. La chica no dijo ni una palabra y se quedó ahí con su cara de confusión.

Tom me llevó a paso rápido hasta la salida de la universidad, por más que le pedía en todos los idiomas que me soltara...no lo hacía y no pensaba hacerlo. Al llegar afuera, me solté de su amarre bruscamente y le di un ligero empujón, estaba enojada y me enojaba aún más que no quitara la gracia de su maldita cara... era insoportable.

- ¡¿Qué mierda fue eso Tom?!- lo miré con rabia.- ¡Estás loco! Como se te ocurre decirle a Kira que soy tu novia... Definitivamente te falta un tornillo.- dije al momento en que me agarraba la cabeza con las dos manos. Tom me miraba divertido, a él le importaba un rábano todo esto, no le importaba lo que pensaran de él... a la mierda todo.

- ¡Ay ____! ¿Por qué te preocupas tanto?- dijo sonriendo y caminando hacia mi. Me aleje de él al momento que lo vi tan cerca de mi.

- ¡¿Qué por qué me preocupo?!- me exalte, este chico no entendía nada.- Le dijiste a la chica más chismosa de la universidad que soy tu "supuesta novia".- dije haciendo comillas en el aire con voz de retrasada. Tom se burlo ante esto y cruzo sus brazos, poniéndome total atención.- Tom, ¿No lo entiendes? Vivimos en la misma casa, se supone que somos familia... ¡Dios!- termine de decir dando un suspiro. No podía creer que aún así su actitud siguiera siendo tan relajada.

- ¿Y qué?- dijo encogiendo los hombros.- Eso que importa... Lo que sucede es que te pones demasiado paranoica por cosas sin sentido ____.- lo miré desconcertada, ¿cómo era posible que esto fuera algo sin sentido? Rodé los ojos y volví a hablar.

- ¡Tom, eres mi hermanastro!- le grité con el fin de que entendiera. Tom volvió a mirarme con gracia y luego se acercó a mi.

- A mi no me importa que me vinculen contigo.- dijo con una sonrisa tierna en el rostro. Lo miré confundida.- Es más... creo que hacemos linda pareja.- termino de decir entre risas. Solo negué con la cabeza y sonreí por lo bajo, era un tonto.- Ya es hora de irnos...- paso su mano por mis espalda y caminamos hacia el estacionamiento.

Ese día llegamos a casa y preparamos la cena. Podía decir que se respiraba un nuevo aire, nos reímos e hicimos bromas, todo era más agradable. Aún me tenía preocupada lo que había pasado en la universidad, nunca me había visto envuelta en escándalos o en rumores, por lo que no sabía como se sentía... era algo totalmente raro para mi, ya que me consideraba una persona de bajo perfil. Bill llevó los platos a la mesa y cenamos todos en un ambiente familiar, aunque sabía que unos ojos me miraban de manera distinta.

A la mañana siguiente, al llegar a la universidad, todos nos quedaban mirando de una forma extraña. Tom les lanzó una mirada de odio, por lo que no les quedaba más que volver a lo que hacían. Nos encontramos a Gustav y Georg en el pasillo, nos quedaron mirando de igual manera que los idiotas de la entrada. Ellos no andaban con rodeos, por lo que se acercaron y nos preguntaron directamente.

"Más Allá Del Infinito" (Tom Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora