"Más Allá Del Infinito" (Tom Kaulitz)

Capítulo XIV

- ¡Ese dinero me pertenece Kaulitz!- dijo Matt furioso. Tom alzó las manos, debido a que este lo estaba apuntando con la pistola. Podía sentir como el cuerpo de Tom temblaba, pero siempre trataba de ocultarlo.- Dámelo antes de que te vuele la cabeza de un tiro.

- Oye viejo, tranquilo.- dijo Tom tragando saliva.- No es necesario que lleves esto a las balas, gané limpiamente...- Matt lo fulminó con la mirada y apunto hacia el techo apretando el gatillo. El disparo se hizo escuchar por todo el club y los gritos desesperados de las chicas que estaban ahí se hacían oír, formando un gran bullicio.

- Tom vámonos de aquí por favor.- le supliqué con miedo. Estaba histérica y lo único que quería era largarme de ese maldito lugar. Tom bajo uno de sus brazos y me tomó la mano, su mano sudaba y estaba igual de asustado que yo.

- Tú no puedes ganarme...- habló Matt apuntando a Tom nuevamente.- ¡Yo soy el campeón de este puto club y lo seguiré siendo!- los otros miembros de su pandilla apuntaban a todo aquel que quisiera acercarse. Deron trataba de calmarlos y de acercarse poco a poco, pero era prácticamente imposible.

- Está bien...- dijo Tom tratando de calmar las aguas. Sacó el sobre de su bolsillo y lo lanzó al piso.- Es tuyo viejo... llevatelo.- terminó por decir. Matt se iba a acercar a recogerlo cuando el sonido de las patrullas policiales se hicieron oír. Toda la gente comenzó a huir y a correr hacia las salidas. Tom tomó mi mano y me sacó de ahí por una puerta escondida que daba hacia la calle.

Corrimos y corrimos por unas calles totalmente desoladas y oscuras. Los tipos nos estaban persiguiendo y yo no sabía el porqué, ya que Tom le había entregado lo que querían. Entramos a un callejón, daba miedo ya que estaba bastante oscuro y solitario, ningún tipo de luz eléctrica alumbraba el lugar sólo la tenue luz de la luna.

- ¡Mierda!- me llevé una mano a la boca, con el fin de callar mis quejidos de dolor. Mi tobillo se había torcido al tropezar con una tabla que estaba mal puesta, un esguince era lo más seguro. Tom había seguido corriendo pero al notar que yo no le seguía, se devolvió.

- ¿Q... Qué te pasa?- preguntó nervioso y mirando hacia todos lados. Algunas lágrimas comenzaron a salir por mis ojos a causa del dolor, se sentía horrible.- Vamos ____, ¡¿Dime que te pasa?!

- Es... Es... Mi tobillo Tom...- logré decir con lágrimas en los ojos. Tom se acercó a mi pierna y subió la parte inferior de mis jeans para poder verlo mejor. Hizo una mueca y luego observó hacia ambos lados.

- Linda... Esto te va a doler demasiado.- dijo con preocupación. Mi respiración estaba agitada, si ya me dolía demasiado ahora, ¿cómo sería el dolor que sentiría con lo que haría? Me acarició la mejilla con dulzura y me miró a los ojos.- Pero necesito que sigas, no podemos quedarnos aquí...- asentí con seguridad. Tom estaba en su primer año de kinesiología y sabía que tan grave estaba mi tobillo y que podía hacer con él.

- ¡Aaaaahhh, Dios!- exclamé mordiendo mi blusa para tratar de callar mis gritos de dolor. Las lágrimas salían y salían mientras Tom trataba de acomodar mi tobillo y romper tendones, con el fin de que estos se formaran de nuevo.- ¡Detente por favor! Tom...

- Aguanta un poco más...- me suplicó. Lo miré con mis ojos hinchados, me veía horrible en ese momento y ya no soportaba más el dolor.- Ahora muerde esto...- se sacó su chaqueta y me la dio.- Te prometo que será lo último y nos iremos de aquí.- asentí débilmente. Tom respiró profundo y volvió a tomar mi tobillo. Hizo un movimiento con sus manos y apretó mi tobillo con fuerza. Me llevé su chaqueta al rostro y comencé a gritar, el dolor en ese momento fue lo más insoportable que había sentido en mi vida, pero luego todo cesó y ya no sentí más que una simple molestia.- Ya puedes volver a respirar...- dijo con una sonrisa vaga. Se levantó y me extendió su mano, para que me levantara. Ya al estar frente a frente, le devolví su chaqueta. Eran cerca de las 4:00 am y hacía mucho frío.- ¿Estás mejor?