Capítulo IV

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La campana sonó, eso significaba la hora del almuerzo. Deje mis cosas en el casillero y me dirigí al comedor, tomé mi comida y caminé hacía una mesa desocupada. Al cabo de 5 minutos Bill, Georg y Gustav se sentaron a mi lado. Estábamos hablando sobre nuestras respectivas clases, hasta que Gustav nos interrumpió.

- Hey chicos miren.- dijo con una sonrisa. Nuestros ojos miraron hacía la dirección que indicaba Gustav.- Primer día y ya se ha ligado a la chica más linda de esta maldita universidad .- Bill arqueo una ceja y negó con la cabeza.

- En cuanto se lleve a esta chica a la cama.- habló Bill.- Quedará en el olvido como todas las demás...- dijo mostrando poco interés a la situación. Estaba sorprendida, no pensé que Tom fuera de "esa clase de chicos" que sólo buscaban chicas para sexo. Quedamos con la boca abierta cuando Tom al despedirse le dio una gran palmada en el trasero a Madison, sin duda esto sería el escándalo de la semana.

- ¿Que mierda?- dijo Georg sorprendido.- Yo tardé una semana en ligarme a Madison y este tipo llega y lo hace en un día.- Todos reímos ante su comentario. Tom nos divisó de lejos y comenzó a caminar hacía nuestra mesa. Mientras lo hacía le daba sonrisas coquetas a las chicas que lo quedaban mirando como babosas, ¿qué se creía? ¿superestrella?

- Claramente Georg... algo hiciste mal.- lo miré con burla.- Madison es tan regalada que solamente tú has tardado una semana en ligartela.- le explique.- Definitivamente el ligue no es lo tuyo amigo.- Todos rieron al ver su cara de perdedor. Tom se sentó en la mesa con una gran sonrisa de ganador en el rostro, como odiaba su ego.

- ¿Que fue eso?- preguntó Gustav. Tom lo miró con cara de incredulidad, pero sabía a lo qué se refería.- ¿Como es que llegas y a las horas ya tienes a Madison Schmidt comiendo de tu mano?.- dijo riendo aún impresionado. Tom sólo bajo la vista y negó riendo. Rodé los ojos y luego dirigí mi vista a la comida.

- La chica es sexy.- contestó Tom.- Llamó mi atención y pues... ella debe estar en mi cama.- dijo con una sonrisa picarona en el rostro. Gustav y Georg eran los más entusiasmados con este tema. Bill y yo sólo estábamos callados, no nos interesaba en lo absoluto.

- Eres todo un "Don Juan" Tom.- dijo Gustav riendo.

- Debes enseñarnos esos trucos de conquista.- habló Georg con entusiasmo. Yo sólo los miré con lastima, definitivamente eran unos idiotas. Tomé mis cosas y me levanté de la mesa.

- ¿Ustedes de verdad se sienten tan fracasados como para querer aprender de este idiota?- les dije a Georg y a Gustav.- Suerte con eso chicos...- les regalé una sonrisa falsa y comencé a caminar. Bill dio una gran carcajada al oírme y se levantó atrás de mí.

- Es mejor que guardes la suerte para ti ____.- dijo Tom con un tono burlón en su voz.- La necesitarás cuando caigas enamorada de mí en unos cuantos meses.- Georg y Gustav rieron al escuchar lo que este dijo. Me giré a mirarlo y camine hacía él.

- Sueña con eso Tom.- le dije con una sonrisa burlona.- Ni en mis peores pesadillas podría enamorarme de un tipo como tú.- puse mis manos en mi cintura. Tom sólo rió por lo bajo y se levantó quedando frente a mi, agarró mi cintura y me pegó más a él. ¡Dios! me puse tensa y le rogaba a los dioses existentes que mis mejillas no enrojecieran. Los chicos y todos los que estaban a nuestro alrededor nos miraban atentos y a la vez sorprendidos.

- ¿Cuánto quieres apostar?- dijo acercándose aún más a mi.- Te vas a enamorar de mi quieras o no ____, puedo notar tu nerviosismo y como tus mejillas se enrojecen cada vez que... me acerco... más y más...- dijo a punto de rozar mis labios. ¡No! alejate ____, no te dejes llevar por su encanto... ¡Tu lo odias!

- ¡Quitate Tom!- dije dándole un empujón. Lo miré mal y luego baje la vista. ¿Qué fue eso? Estaba confundida. Todos nos miraban con la boca abierta, Madison nos observaba desde lejos con una cara no tan amigable. Tom me miraba con su maldita sonrisa burlona, detestaba ser el centro de atención, pero por lo visto a él le encantaba. Reaccione y me fui a paso rápido de ahí, todo esto era demasiado raro e incómodo.
El resto de las clases no pude concentrarme, mi mente aún procesaba lo que había pasado en el comedor hace unos minutos. Aunque no quisiera admitirlo, esto había provocado algo en mí, Tom era bastante guapo pero nunca me habían interesado los tipos como él, menos aquellos que sólo querían chicas para llevárselas a la cama... los repudiaba, pero él... él había hecho que mi corazón se acelerara. El timbre que indicaba la salida sonó y me sacó de mis pensamientos. Tomé mis cosas con la intención de irme a casa, estaba cansada y sólo quería llegar a dormir. Al salir, le di un leve golpe en el hombro a alguien, esta se giro a mirarme molesta pero luego al verme su expresión cambio.

- Oh ____.- me dijo con una sonrisa...falsa.- Quería preguntarte algo... ¿Tienes algo con Tom? ¿Él es tu... novio?- me miró con un poco de timidez. Seguramente ella quería sacarse esa duda de la cabeza, pues era el primer día de Tom en la universidad y no creo que se hayan conocido muy "a fondo". La miré con lastima... pobre de ella.

- Madison tú... ¿estás loca?- dije riendo forzadamente.- Tom es mi... como decirlo...- pensando en como explicarme mejor. No quería decir que era mi hermanastro, no lo veía como tal y no me nacía decirle así. Madison me miraba atenta a la respuesta.- Él es el hijo de la nueva esposa de mi padre.- dije asintiendo con la cabeza. Eso sonaba mejor para mi.

- Es tu hermanastro.- dijo con una gran sonrisa en los labios. La quedé mirando seria, pero luego di un suspiro y asentí con la cabeza. Era exactamente como estaba evitando llamarlo.- ¿Tú crees que podamos tener algo más que...

- ¿Una noche?- la interrumpí. Su cara cambio de feliz a seria.- No, no lo creo Madison.- me reí ante eso. Debía ser sincera con ella, aunque supiera que no serviría de nada. Madison era una puta y más de la mitad de la universidad se había acostado con ella, así que no servía de nada que le dijera como era Tom.- Lo siento Mad, pero debo irme.- mire mi reloj de mano.- Se me hace tarde... ¡suerte con lo de Tom!- le grité mientras me alejaba rápidamente y la dejaba totalmente hundida en sus pensamientos. Salí de la universidad y Georg al verme comenzó a tocar la bocina y hacer señas para que me apresurara, me había tardado más de lo normal. Me subí al auto y me senté al lado de Bill, todos los chicos comenzaron a reclamarme.

- ¿Por qué tardaste tanto?- me reclamó Gustav.- Debo ir al centro comercial a comprarle un regalo a mi novia para su cumpleaños.- me miró molesto. Yo sólo lo mire y sonreí con maldad.

- Pues deberías haberlo comprado antes.- le replique burlona.- Siempre dejas todo para última hora.

- ¿Has pensado en que regalarle?- preguntó Bill. Gustav se quedo pensativo y luego abrió la boca para hablar.

- Solo deberías regalarle un conjunto de lencería sexy.- lo interrumpió Tom.- Luego en la habitación haces que se lo pruebe... Lo demás vendrá después.- dijo imitando movimientos sexuales. Los chicos rieron ante el comentario, Tom era un idiota pero había que admitir que tenía gracia. Yo solo reí por lo bajo y negué con la cabeza. Llegamos a casa y nos despedimos de los chicos. Al entrar nos dimos cuenta que no había nadie, seguramente Simone salió de compras. Caminé hacía la cocina en busca de alguna nota, mientras los chicos subían a su habitación. Leí la nota que estaba pegada en el refrigerador.

-" Fui al supermercado, en el refrigerador está la cena.
Los quiere Simone"

Deje la nota y abrí el refrigerador para ver lo que había dejado Simone. Pase mi lengua sobre los labios al ver lo que era... se veía delicioso. Me dispuse a sacar la cena del refrigerador para llevarla al horno, cuando siento dos manos posarse en mi cintura, me estremeció sentir su respiración tan cerca de mi cuello. Esto no me divertía pero... Tampoco me disgustaba.

"Más Allá Del Infinito" (Tom Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora