Capítulo X

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Me separé de Miguel y lo miré con una sonrisa. Él se lamió los labios y me dio una mirada coqueta. Georg le dijo a Miguel que necesitaba hablar conmigo, pero que sólo serían unos minutos, a lo que él aceptó. Salimos al jardín y Georg me obligó a sentarme, me arrebató el vaso de mi mano y me miró enojado.

- ¿Que haces ____?- dijo serio. Estaba mareada y me reía sola.- Definitivamente se te pasaron las copas y estás actuando como una...

- ¿Cómo una zorra Georg?- pregunté riendo, ni yo sabía que me provocaba tanta gracia. Negó con la cabeza y arrojó el poco de vodka que quedaba en el vaso, al piso.- ¡Oye!

- Lo que sea...¡Sólo detente!- dijo cabreado.- Deja de besuquearte con ese chico... ¡Serás el tema de toda la universidad!

- ¡Mierda Georg! Yo puedo besuquearme con quien yo quiera.- repliqué. Me miró sorprendido.- Y no me importa ser el tema de conversación de toda la universidad.- dije alzando la voz.- Ese chico me gusta.- me miró fijamente, se quedó en silencio por unos minutos y luego alzo los brazos rendido.

- Bien...- dio un suspiro.- Pero no me digas que no te lo advertí...- hice una mueca y me levanté con la intención de dirigirme a la casa.

Al entrar, busqué a Miguel con la mirada y lo encontré bebiendo en el sofá. Me acerqué y me senté junto a él. Hablamos un par de minutos y luego empezó a besarme apasionadamente, tomé su rostro entre mis manos y lo pegué más a mi. Sus manos comenzaron a subir por mis piernas y le daban ligeros apretones, nuestras lenguas hacían contacto y el beso se tornaba más y más húmedo. Sabía que muchos nos estaban observando pero no me importaba, solo éramos yo y Miguel en ese momento. Luego de estar unos minutos besándonos y riéndonos, tomé su mano y lo lleve a mi habitación. En el camino, vi a Tom sentado en el mismo lugar. Me miró sorprendido al ver que llevaba a Miguel lejos de la fiesta. Intentó levantarse, pero le advertí con la mirada que no se entrometiera. Quitó su vista, estaba furioso y sólo le dio un sorbo a la cerveza con total amargura.

Cerré la puerta y lance a Miguel a la cama. Nos besamos con salvajismo, sus manos recorrían mi cuerpo con total libertad. Quedé abajo de él, mordió mi labio inferior y bajó hacia mi cuello, dejando pequeños besos y mordidas suaves en el camino. Se quitó su camisa y abrió mi blusa, sus manos se apoderaron de mis senos y les dio ligeros apretones. Sentí su erección y me sentí poderosa de algún modo, ya que no tenía mucha experiencia en esto. De un momento a otro dejamos de sentir la música, y unos pasos se escucharon cerca seguido de la voz de Bill, que se oía desesperado.

- Basta Tom...- se escuchó detrás de la puerta.- ¡No entres a esa habitación!

Pero ya era demasiado tarde. La puerta de mi habitación se abrió de golpe y sentí como Tom quitó a Miguel de encima. Estaba furioso, se le notaba en la cara... esto ya no estaba bien.

- Largate ahora...- le dijo mirando hacia un lado.- ¡Largate ahora, si no quieres que te rompa tu maldita cara!- le gritó con furia. Miguel no lo escuchó y ni se movió de su lugar.

- Creo que el único que debe largarse de aquí eres tú...- respondió con un tono retador.- Deberías dejarme terminar lo que estaba empezando...

- Te aprovechas de ella porque está borracha...- habló Tom.- Eres un imbécil Miguel...

- No me he aprovechado de nadie...- replicó.- Ella me ha traído aquí y ella se me ha montado encima...- los ojos de Tom se volvieron oscuros, la rabia lo estaba cegando por completo y si esto no paraba ya... iba a terminar de la peor forma.- El único imbécil que sobra aquí eres tú...

- Serás hijo de puta...- dijo Tom apretando los puños. En ese momento se abalanzó a golpear a Miguel. Bill y yo saltamos a separarlos y a evitar que se golpearan. Bill le dijo a Miguel que se fuera, mientras contenía a Tom. Con la mirada le supliqué a Miguel que accediera a irse, a lo que este acepto. Tomó su camisa y se fue, no sin antes lanzarle a última mirada amenazante a Tom.

Al momento de quedar solos, le di a Tom una mirada cargada de odio. Bill se dio cuenta de lo que venía, y decidió retirarse e irse a su habitación. Tom se sentó en mi cama y bajo la vista, me levanté y fui hacia la ventana y miré a través de ella, vi a Miguel entrar a su casa con su camisa puesta en su hombro. Me giré y apoye mi espalda, crucé mis brazos.

- ¿Te hizo daño?- preguntó con la vista aún pegada en el piso. Lo miré seria por unos segundos y luego desvíe la vista. Estaba enojada, odiaba que le dieran tales arrebatos, odiaba no entenderlo.

- No.- respondí cortante. Tom no quitaba la vista del suelo por nada del mundo, de alguna manera estaba avergonzado.

- Eso significa que llegue a tiempo...- volví a mirarlo extrañada. Comencé a caminar de un lado a otro.

- ¿Por qué lo hiciste?- me detuve a preguntarle.- ¡¿Por qué viniste?!- subí el tono de mi voz. Tom levantó su vista y me miró con el ceño fruncido.

- ¡Por que lo ibas a hacer con ese imbécil!- dijo apuntando hacia la puerta.

- ¿Y eso a ti que te importa?- pregunté. Tom se rió sarcástico.- Yo puedo acostarme con quien se me de la gana, y eso no tiene porque importarte.

- ¡Pero no con él!- dijo alzando la voz.- Es un idiota y no te conviene ____.- terminó de decir y luego volvió a bajar la vista.

- ¿Y quién me conviene?...- pregunté mirándolo fijamente.- ¿Tú?- Tom levantó la vista y me observó.- Es sólo sexo Tom... Todos son unos idiotas.- dije quitando mi vista.- No hay diferencia entre tú y él...

- Por supuesto que hay diferencia.- dijo levantándose de la cama y caminando hacía mi.- La diferencia es que yo lo haría por que te quiero...- dijo mirándome fijamente a los ojos y poniendo un mechón de pelo detrás de mi oreja. Pestañe varias veces tratando de digerir lo que me dijo, los nervios se apoderaron de mi. Reaccioné y me alejé de él, traté de hacer como que no escuché...

- Creí que teníamos un acuerdo Tom...- dije bajando la voz. Tom rodó los ojos y le dio un golpe al muro.

- ¡A la mierda tus putos acuerdos!- dijo alzando la voz, con notable enojo en su voz. Me asuste al ver su agresividad, pero él pareció notarlo y se tranquilizó.- ¿No lo entiendes? ____ yo...

Al momento de que se iba a acercar a mi, sentí como mi cuerpo se tensó. Ahora Tom me había dado y varios indicios sobre lo que estaba sintiendo, pero yo no sabia aún como reaccionar ante esto. No sabia si pensar que todo esto era a causa del alcohol, ya que había bebido mucho esta noche. Tom posó su mano en mi cintura y se acercó lentamente, pero el ruido de la puerta abrirse nos obligo a alejarnos.

"Más Allá Del Infinito" (Tom Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora