Había pasado un mes desde que Mei comenzó a vivir en la casa Asahina. Aunque al principio le costó adaptarse, ahora la convivencia era bastante entretenida... o al menos lo era hasta que los chicos comenzaron a actuar de manera extraña.
La miraban más de lo normal. Se sonrojaban sin razón aparente.
Al principio pensó que estaba imaginando cosas, pero con el paso de los días, la sensación de que algo estaba pasando solo se intensificó.
Para colmo, había estado resfriada toda la semana y no pudo asistir a la escuela. Eso significó que, además de ser el centro de atención, la cuidaron como si fuera de cristal.
—Digo, no me molesta que me consientan —murmuró mientras se acomodaba en su cama—, pero Masomi se está tomando muy en serio el rol de "hermano mayor preocupado"...
Suspiró y se incorporó. Tenía sed.
Bajó con cuidado, asegurándose de no hacer ruido. Sabía que no debía tomar agua fría, pero ¿qué daño podía hacerle un solo vaso?
Sirvió el agua y estaba a punto de regresar a su habitación cuando escuchó pasos acercándose.
Maldición.
—Mei, ¿qué haces despierta tan tarde? —preguntó Masomi, con los brazos cruzados.
—Ah... solo tenía sed —respondió ella con naturalidad—. Bajé por un vaso de agua.
Masomi entrecerró los ojos.
—Más te vale que no sea agua fría, o te castigaré.
Mei se tensó. ¿Cómo demonios lo había adivinado tan rápido?
—¿Eh? ¡No, no es agua fría!
—Entonces no te importará que la revise.
Mei retrocedió un paso.
—Ehh... ¡ya tengo demasiado sueño, me voy! Buenas noches.
Antes de que pudiera escapar, Masomi la sujetó de la muñeca y, sin previo aviso, la besó.
Mei se quedó en shock, demasiado sorprendida como para reaccionar de inmediato.
Cuando Masomi se separó, sonrió con diversión.
—A veces hay que hacer cosas prohibidas, ¿no?
Mei sintió un ligero escalofrío. No de miedo, sino de incomodidad. ¿Qué demonios estaba pasando con estos hermanos?
Respiró hondo y lo miró fijamente.
—No hagas eso otra vez —dijo con un tono serio.
Masomi pareció sorprenderse, pero no insistió.
—No volverá a pasar —respondió con una leve sonrisa.
Mei asintió y se alejó rápidamente. Definitivamente, esto había sido demasiado raro.
Una vez en su habitación, Mei se dejó caer sobre la cama y suspiró.
¿Por qué Masomi la había besado?
Intentó ignorar el calor en su rostro. No estaba sonrojada, solo confundida.
"Si otro de los hermanos intenta algo así, reaccionaré antes", pensó, decidida.
Fue entonces cuando se dio cuenta de algo.
—¡Olvidé mi agua!
No quería volver a bajar, pero la sed era real. Solo tomaría el vaso y regresaría lo más rápido posible.
Bajó en silencio y fue directo a la cocina. Justo cuando estaba por alcanzar su vaso, escuchó una voz detrás de ella.
—Hermanita, ¿qué haces despierta tan tarde?
Mei se giró lentamente y encontró a Tsubaki mirándola con una sonrisa divertida.
—Vine por agua —dijo ella, anticipando lo que vendría después.
Tsubaki alzó una ceja.
—No es agua fría, ¿verdad? O tendré que castigarte.
Oh, no.
—Solo es un vaso —dijo Mei, intentando no sonar nerviosa—. Además, ya no estoy enferma.
Tsubaki ladeó la cabeza con una sonrisa que no presagiaba nada bueno.
—Si es así...
Antes de que pudiera reaccionar, Tsubaki la tomó del mentón y se inclinó hacia ella.
Pero esta vez Mei estaba preparada. Y no iba a dejar que pasara lo mismo que con Masomi.
Sin pensarlo dos veces, le dio un rodillazo en el estómago.
Tsubaki se dobló de inmediato, soltando un quejido.
—¡Auh! ¿¡Pero qué te pasa!?
Mei se cubrió la boca, tratando de contener la risa. Su expresión era demasiado graciosa.
En ese momento, más hermanos llegaron corriendo a la cocina, alertados por el escándalo.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Azusa, frotándose los ojos con cansancio.
Mei suspiró y señaló a Tsubaki.
—Intentó besarme.
El ambiente se volvió tenso de inmediato.
—Tsubaki... —Ukyo lo miró con una expresión severa.
—Solo estaba bromeando —se defendió él, todavía encorvado de dolor.
—Pues tu broma terminó en desastre —comentó Futo con diversión, claramente disfrutando la escena.
Mei tomó su vaso de agua y se alejó antes de que la discusión se intensificara. Definitivamente, no volvería a bajar a la cocina en la noche.
Nota mental:
Prohibido bajar por agua después de la medianoche.

ESTÁS LEYENDO
Amada Hermana •Brothers conflict•
RandomMei Asahina, hijastra de la hermana de Miwa, ve su vida dar un giro drástico tras una terrible tragedia que la deja sin el apoyo de sus padres. Al enterarse de su situación, Miwa, madre de trece hermanos, decide acogerla en su hogar para que no enfr...