Las vacaciones por fin habían llegado y con ellas, la Navidad. Estaba emocionada, aunque no todo era perfecto...A Hikaru se le ocurrió la brillante idea de jugar a la botella. Emma se negó de inmediato, pero yo acepté sin pensarlo demasiado. Creí que jugaríamos a la versión que conocía, donde los retos eran cosas como bailar o hacer tonterías, y si no las cumplías, te llevabas un castigo inofensivo.
Pero no... Este juego era diferente.
—Las reglas son simples —anunció Hikaru con una sonrisa traviesa—. Si te niegas a un reto o verdad, tienes que quitarte una prenda.
Fruncí el ceño.
—Gran idea, Hikaru...
—¡Comencemos!
La botella giró y, para mi mala suerte, se detuvo en mí.
—Mei, verdad o reto —preguntó Hikaru con entusiasmo.
—Verdad.
—¿Con quién perderías la virginidad?
Sentí todas las miradas sobre mí.
—Con... ukyo.
Hubo un momento de silencio antes de que todos se giraran a verlo.
—¡No, espera! —me corregí de inmediato—. Con Subaru.
Ahora todos miraron a Subaru, que casi se atraganta con su bebida.
—¡No, no, no! —exclamé, sintiendo cómo mi cara se calentaba—. Me refería a Subaru de Diabolik Lovers, él está bien guapo.
Hubo un suspiro colectivo y la botella volvió a girar.
Otra vez me tocó a mí.
—Reto —dije, intentando ser valiente.
Hikaru sonrió de forma maliciosa.
—Te reto a dejar a Kaname con las ganas.
—Eres un maldito pervertido...
Suspiré y fui hasta el cuarto de Kaname, con una paleta en la boca.
Me apoyé en la puerta con un aire despreocupado, disfrutando del dulce.
Kaname me miró fijamente.
—Mei... me estás provocando.
—Adiós.
Salí de ahí rápidamente, sin darle oportunidad de decir más.
—¡Lo lograste! —exclamó Hikaru cuando volví.
—Si seguía ahí, no salía virgen...
—Entonces te toca quitarte el vestido.
—¡Maldito Hikaru! —refunfuñé, pero cumplí la regla.
Justo en ese momento, Ukyo desvió la mirada, visiblemente incómodo.
—¡Ukyo, deja de mirarme!
—¡P-pe-perdón! —exclamó, completamente rojo.
La botella giró nuevamente y esta vez cayó en Masaomi.
—Verdad o reto —preguntó Hikaru.
—Reto.
—Te reto a besar a Mei... pero no un simple beso, uno apasionado. Y que dure un minuto.
—¡No lo haré! —dijo Masaomi de inmediato.
—Si no lo haces, tendrás que quitarte una prenda —canturreó Hikaru—. Y solo te queda una...
Masaomi suspiró, resignado.
Mei y yo nos miramos. De repente, todo el juego dejó de parecer una broma.
—¿Lista? —preguntó en voz baja.
Asentí.
Masaomi se inclinó hacia mí y nuestros labios se encontraron. Al principio, fue un beso tímido, pero poco a poco se volvió más intenso. Su mano se deslizó suavemente hasta mi cintura, atrayéndome un poco más hacia él. Mi corazón latía con fuerza, y, para mi sorpresa, no quería separarme.
Cuando el minuto terminó, nos alejamos lentamente.
Ambos evitamos mirarnos a los ojos.
—Eres un maldito, Hikaru —dije en voz baja, sintiendo mis mejillas arder.
—De nada —respondió con una sonrisa burlona.
A partir de ahí, el juego continuó con más retos y verdades.
Hikaru terminó besando a Subaru, lo cual casi provocó un motín.
Ukyo estuvo a punto de confesar a quién le gustaba, pero justo en ese momento, Emma entró en la habitación.
—¿Por qué están en ropa interior? —preguntó, sonrojada.
—Estamos haciendo una orgía —dije sin pensarlo.
El silencio que cayó sobre la habitación fue sepulcral.
Emma parpadeó varias veces.
—¿Qué es una orgía?
Abrí la boca para explicarlo, pero Ukyo me tapó la boca antes de que pudiera decir algo.
—No es nada. Olvídalo.
Le lancé una mirada de reproche mientras los demás se reían.
Definitivamente, esta noche se había salido de control...
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Amada Hermana •Brothers conflict•
RandomMei Asahina, hijastra de la hermana de Miwa, ve su vida dar un giro drástico tras una terrible tragedia que la deja sin el apoyo de sus padres. Al enterarse de su situación, Miwa, madre de trece hermanos, decide acogerla en su hogar para que no enfr...