Capítulo 11: Un nuevo año

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Dos días después de Navidad...

Narra Mei

—¡Ukyo! ¡Faltan cuatro días para que termine el año! Nos estamos haciendo viejos... —dije dramáticamente, recostándome en el sofá.

—Cállate, Mei. Tsubaki está dormido —respondió sin levantar la vista del libro que estaba leyendo.

—Desde cuándo te preocupa el sueño de Tsubaki... —pregunté con desconfianza.

—Desde que, si se despierta, no deja de molestar —suspiró.

Reí por lo bajo. Bueno, tenía un punto.

—Por cierto, Ukyo... encontré algo en el historial de Tsubaki...

—¿Qué cosa? —preguntó sin mucho interés.

—Algo llamado 'porno' —respondí con inocencia fingida.

Ukyo casi se atraganta con su propio aire.

—¡¿Qué?! ¡Dame eso! —exclamó quitándome el celular.

—Oye, oye, que no es mío —me crucé de brazos divertida—. Pero qué decepción, Ukyo. Pensé que eras más refinado...

—¡No es mío, tonta! —bufó mientras revisaba la pantalla—. Definitivamente es de Tsubaki...

Lo miré con burla, disfrutando de su reacción.

—Ya, ya, lo que digas, Ukyo-sartén.

—¿Ukyo-sartén...?

—Sí, San Google dice que eres el señor de los sartenes y comidas del cielo.

Ukyo cerró los ojos y suspiró con resignación.

—Voy a prohibirte el internet.

Al día siguiente...

Acompañé a Natsume a comprar cosas para la cena de Año Nuevo.

—Deja de fumar, es malo —le dije con un leve tono de regaño.

—No te preocupes por mí —respondió sin mirarme.

—Hijo de mamá conejo... —murmuré para mí misma.

Natsume levantó una ceja, pero prefirió ignorarme.

Al regresar, la casa estaba tranquila. Bueno, hasta que entré.

—¡Ya llegué, perras! —grité.

—Hola, Mei —dijo Azusa, acostumbrado a mis excentricidades.

—Hola, wii-chan —saludó Louis.

—¿Y los demás? —preguntó Natsume.

—Salieron —respondió Azusa.

—Mmm... ¿entonces hubo yaoi hard entre ustedes dos? —pregunté con picardía.

Azusa y Louis se quedaron en silencio, con un leve sonrojo.

—Oh, esto termina en yaoi o en una orgía... prefiero la primera opción —susurré para mí misma, conteniendo la risa.

Natsume me dio un ligero golpe en la cabeza con la bolsa de compras.

—Mejor ayuda a acomodar las cosas.

—Ok, ok, ya no pregunto.

Ya en la noche...

Toqué la puerta de Louis.

—Mei... ¿qué le pasó a tu cabello? —preguntó sorprendido y un poco molesto.

—Se cayó un broche y traté de arreglarlo, pero no pude... —respondí con una sonrisa nerviosa.

Suspiró y me hizo pasar.

—Siéntate, te peinaré de nuevo.

Cuando terminó, me miré en el espejo.

—¡Wow! Quedó muy lindo, gracias, Louis.

—Tú te ves muy bonita... —dijo con una sonrisa suave.

Le devolví la sonrisa, pero antes de que pudiera salir, me tomó de la muñeca.

—Mei... me gustas.

Y sin más, me besó.

Me congelé. Mi mente tardó en reaccionar. Louis... ¿me estaba besando?

Cuando finalmente mi cuerpo respondió, me separé suavemente.

—Louis... para...

Él me soltó de inmediato, notándose algo tenso.

—Nos vemos abajo —dije antes de salir apresurada.

Mi corazón latía rápido, pero no de la forma en la que se supone que debería latir cuando alguien te gusta.

Esto no es amor, ¿cierto...?

Más tarde, en la cena...

Probé la comida y sonreí.

—Ukyo, esto está increíble.

—Me alegra que te guste —respondió con su típico tono tranquilo.

Las horas pasaron y, al acercarse la medianoche, todos nos reunimos en la sala para la cuenta regresiva.

3... 2... 1...

—¡Feliz Año Nuevo!

Los abrazos y felicitaciones llenaron la habitación.

Después de un rato, Azusa se acercó con una copa de vino.

—¿Quieres un poco?

—Etto... no tomó.

—Solo un poquito no hará daño.

Suspiré.

—Si tomo ese poquito, ¿me dejas en paz?

—Sí.

Tomé un sorbo.

Luego otro.

Y otro.

Mi vista comenzó a nublarse y todo se tornó negro.

Al día siguiente...

Desperté con un dolor de cabeza terrible.

—Argh... jamás le vuelvo a hacer caso a Azusa...

Y hoy tengo un concierto.

—Adiós 2015... Hola 2016...

Amada Hermana •Brothers conflict•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora