Capitulo 12: Concierto

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Narra Mei:

Me duele la cabeza. Suspiro mientras me cubro los ojos con el brazo. Entre la celebración de Año Nuevo y el cansancio acumulado, siento que no he descansado nada.

Y hoy tengo concierto.

Mi primer concierto sin mis papás.

Cierro los ojos e intento ignorar la sensación de vacío en mi pecho.

Cuando al fin reúno la energía para incorporarme, noto que mi habitación está llena de chicos durmiendo en el suelo y en el sofá. Al parecer, nadie tuvo la intención de regresar a su propio cuarto anoche.

Sonrío con ternura.

Aunque son un desastre, se siente reconfortante no estar sola.

Me levanto con cuidado para no despertarlos y me dirijo a otra habitación. Necesito un poco de tranquilidad antes del concierto.

Más tarde...

El camerino está lleno de gente corriendo de un lado a otro, asegurándose de que todo esté listo. Me han vestido y peinado en cuestión de minutos, y ahora solo quedan cinco minutos para salir al escenario.

Mi representante se acerca y me mira con suavidad.

—Mei, ¿estás lista?

—Sí —respondo, aunque mi voz suena más débil de lo que quisiera.

Él asiente y se aleja, dejándome sola por un momento.

Miro mi reflejo en el espejo.

Mi madre siempre solía darme un beso en la mejilla antes de salir al escenario. Mi papá bromeaba diciendo que cada concierto era mejor que el anterior.

Ahora ellos no están aquí.

Siento un nudo en la garganta. Me abrazo a mí misma, intentando contener las lágrimas, pero es inútil.

Extrañarlos duele.

Toc, toc.

—Mei, ¿puedo pasar? —la voz tranquila de Ukyo me saca de mis pensamientos.

Intento responder con normalidad, pero mi voz se quiebra.

—Sí...

La puerta se abre y Ukyo entra, seguido de Masaomi. Ambos me miran con preocupación.

—Mei... —Ukyo se acerca y, sin decir nada más, me abraza con delicadeza.

No puedo evitarlo. Me aferro a él y dejo que las lágrimas caigan.

—Lo estás haciendo bien —susurra Masaomi, colocándose a mi lado y acariciando suavemente mi cabeza—. Es normal que duela, pero no estás sola.

Sus palabras me reconfortan más de lo que imaginé.

Ukyo se separa apenas lo suficiente para mirarme a los ojos.

—Ellos estarían orgullosos de ti. Lo están.

Asiento, secándome las lágrimas. Masaomi sonríe y me acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja.

—Cuando salgas ahí, no pienses en lo que perdiste... piensa en lo que llevas contigo. En todo lo que ellos te dejaron.

Respiro hondo y les sonrío.

—Gracias... en serio.

—Siempre estaremos aquí para ti —dice Ukyo con suavidad.

Masaomi asiente y toma mi mano por un momento, dándome un pequeño apretón antes de soltarla.

—Es hora.

Miro una última vez a ambos antes de dar media vuelta y dirigirme al escenario.

Respiro profundamente.

Puedo hacerlo.

Cuando las luces se encienden y escucho los gritos del público, todo el miedo y la tristeza se transforman en algo más fuerte.

Determinación.

Salgo al escenario con una sonrisa genuina.

—¡Hola, Tokio!

La emoción del público me envuelve.

No estoy sola. Nunca lo estuve.

Después del concierto...

Apenas bajo del escenario, todavía sintiendo la adrenalina en mi cuerpo, me encuentro con una escena inesperada.

Wataru, Yusuke e Iori están sosteniendo carteles con mi nombre y agitando varitas de luz como si fueran mis mayores fans.

—¡Mei-chan, te amamos! —grita Wataru emocionado.

—¡Mei-sama, eres increíble! —Yusuke intenta sonar serio, pero su sonrojo lo delata.

Iori, que siempre intenta mantener la compostura, me mira con lágrimas en los ojos.

—Nunca había estado tan orgulloso... —susurra dramáticamente.

Los miro parpadeando, sin saber cómo reaccionar.

—¿De dónde sacaron eso? —señalo los carteles.

—¡Los hicimos nosotros! —responde Wataru con orgullo.

—Y pasamos la mitad del concierto gritando tu nombre —agrega Yusuke.

Miro a Ukyo y Masaomi, quienes están tratando de contener la risa.

—No sabía que tenía fans en casa.

—¡Por supuesto que sí! —exclama Wataru, sujetando mi mano como si fuera su ídolo—. ¡Por favor, dame un autógrafo!

Yusuke lo empuja.

—¡No seas ridículo! Mei, ¿puedes firmar mi cartel?

Río, dejando que la calidez del momento borre cualquier tristeza restante.

—Está bien, está bien... pero solo porque son mis hermanos favoritos.

Los tres saltan de emoción mientras Ukyo y Masaomi observan con sonrisas divertidas.

Definitivamente, nunca voy a estar sola.

Amada Hermana •Brothers conflict•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora