Sentado, intentando buscar una postura ajena al dolor,
en la incomodidad de enrabiarte
por saber a ciencia exacta
de que no vas a encontrarla.
Los pensamientos, nefastos,
no dejan de acosarme ni de agobiarme,
ni uno bueno para salvarme...
«ni aún aliviarme»
son todos sobre lo mismo,
ninguno me lleva a ninguna parte.
Tiemblo, y no es de frío...
la verdad es que cuesta horrores mantenerse frío,
mientras te miras y observas que...
los siguientes minutos no serán diferentes
a los que ya dejé en el camino.
Ya sé que habla el dolor,
la desesperación…
de no saber cuándo todo acabará pero
¿Qué he de hacer, sí el hundimiento es progresivo e inevitable?
Soy como el viejo galeón fantasma,
al que todos temen y al que jamás nadie se atreve a amarrar,
dejando que navegue libremente y en perpetua libertad.
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Duele la memoria (poemas en el aire)
Thơ caLa poesía como medio de alejar las situaciones que me producen dolor, soledad o miedo.