¿Y si tres días antes de tu boda, te enteras que tu pareja ha sufrido un accidente?
Descubre la historia de Nathan y su prometida Eleanor, quienes a tres días de su boda se ven envueltos en una situación peculiar.
-Si decido aceptar, ¿Tu ac...
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- ¿Qué sucede Nathan? -Pregunté- Parece que hubieras visto un fantasma.
El aire era frio y resultaba difícil respirar, sentía un extraño nudo en la garganta, y las manos sin saber exactamente la razón, me sudaban, quizás era porque cuando quise decir un comentario tan absurdo como que Nathan había visto un fantasma, debido a que tenía una expresión alterada y el rostro pálido, me había parecido gracioso gastar aquel comentario, sin embargo, en cuanto sus ojos hicieron contacto visual conmigo, sentí un extraño hormigueo en el cuerpo. Por primera vez sentí un miedo que no había experimentado hasta ese momento. Sentía la necesidad de desviar la mirada, pero el imán de su desprecio me hacía imposible ignorarlo, en un intento extraño y casi desesperado por entender que era lo que estaba pasando para que me viera con esa expresión vilipendia, di unos pequeños pasos para intentar acercarme, pero en el momento busque reducir la distancia entre nosotros, Nathan retrocedió casi en el acto, aquello solo me provoco más confusión.
- ¿Estas bien? -pregunté con cierta cautela.
Pero Nathan no respondía, se quedó parado mirándome fijamente, notaba cierto miedo en sus ojos, era la primera vez que teñía sus ojos de ese sentimiento. No era una mirada que me fuera ajena, la conocía a la perfección, era quizás la emoción que más odiaba en todo el mundo. Sin embargo, lo que en ese momento me estaba poniendo inquieta era que justamente la persona que más procuraba llenar sus ojos de amor, amabilidad y empatía, incluso cuando el día de hoy me había mostrado una faceta de frustración, aun cuando en la mañana habíamos tenido una pequeña discusión, sus ojos siempre eran cálidos y amorosos, por eso, ver como tenían un sentimiento despectivo, me dejaba un mal sabor de boca, verlo actuar tan cauteloso hacía a mí, me provocaba escalofríos. Antes de poder si quiera decir algo más, vi como Nathan soltaba un suspiro largo y pesado, enderezo su postura y se dirigió en silencio hasta la puerta, una vez que estaba dispuesto a irse, se detuvo y sin voltear a verme, solo dándome la espalda, con una voz ronca y algo gélida pronuncio finalmente...
-Es curioso... te busque por toda la casa y no pude encontrarte...-El tono de su voz era tan hostil que sentí como si con cada palabra pudiera abofetearme. Fue cuando entonces se giró con una mirada indiferente pero firme y con eso me robo el aliento, sentí como si el ambiente se tensaba al punto de estrujarme- es muy extraño que te busque por todos lados, revise dos veces la habitación... y tu apareces como si nada... de verdad es muy extraño.
Sin decir una palabra más, Nathan desapareció dejándome con aquellas palabras flotando en el aire, como si incluso pudieran convencerme a mí misma de lo extraño que resultaba todo aquello, aun cuando yo sabía la razón.
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