¿Y si tres días antes de tu boda, te enteras que tu pareja ha sufrido un accidente?
Descubre la historia de Nathan y su prometida Eleanor, quienes a tres días de su boda se ven envueltos en una situación peculiar.
-Si decido aceptar, ¿Tu ac...
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"Tendrás que ser paciente, ya que no será fácil"
Recordé una vez que me encontraba arriba de la cama, arrojando cuanta cosa encontraba en mi camino, el piso de la habitación estaba repleto de cojines y sábanas, al igual que alguna que otra prenda de mi maleta. Estaba furiosa y fastidiada; después de todo no se podía ser tan cerrado.
Había dicho que intentaría ser amable en este viaje, al igual que prometí ser muy paciente, pero sin duda alguna existían personas que te ponían a prueba y una virtud que podría tener cualquier persona, era justamente la que otra carecía; no podía si quiera expresar lo cabreada que me encontraba, debido a todas las chorradas que había tenido que escuchar de Nathan.
-Menudo crió...- solté con suspiro al dejarme caer finalmente sobre la cama, la cual rechino en reclamo- imaginé que después de todo, al final habíamos tenido un momento agradable, ahora resulta que soy una cosa con la que nunca se podrá llevar...- sencillamente miraba fijamente hacía el techo, distraída observando la lámpara que colgaba, como si esperase a que esta cobrará vida y me hablara-¿Qué sentido tiene hacer este viaje?
Giré mi cabeza sobre el colchón y así poder apreciar como los escasos rayos del sol finalmente se iban ocultando, no había duda que aquello era una de mis cosas favoritas. Sin embargo y por muy extraño que pareciera, me sentía más sola aquí, que en aquel lugar blanco y lleno de paz, aquel en el que ni siquiera existo; supongo que esto es a lo que llaman ironía.
"Si decido aceptar... ¿Tu aceptarías mis condiciones?"
-¿Hice bien en acceder?- pregunté al vacío.
"¿Crees que es demasiado?"
-No lo parecía cuando aquella chica las propuso...-continúe hablando en voz baja mientras recordaba aquella conversación tan peculiar- pero ahora que finalmente estoy aquí... Puedo ver que no es sencillo, y creo que no quería enterarme del odio que los humanos sienten por mí.
Por segunda vez pude sentir unas lágrimas recorriendo mis mejillas. Había un extraño sentimiento en mi pecho, uno que contraía de forma inexplicable a mis costillas y las estrujaba entre sí. Inconscientemente lleve mis manos a esa zona que comenzaba a provocar pequeñas punzadas, tenía la esperanza que con acariciarla me aliviaría un poco; sin embargo las lágrimas simplemente aumentaron y sólo pude ocultar mi rostro en el colchón.
"Quiero regresar..."
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