Capitulo|7

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Erin

Abrí los ojos y me tope con un pecho fuerte y musculoso.

Jadee y unos segundos después recordé que era Gregor y suspire aliviada.

Hacia tres semanas que nos habían baleado y, desde entonces, Gregor venía por la noche y dormía aquí quisiera yo o no.

Todavía recuerdo la reacción de Eric...

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A duras penas me levante de la camilla y camine hasta la única puerta que estaba a la vista.

No más abrirla un cuerpo enorme se abalanzó sobre mi. Y ahogue un grito.

- !PEQUEÑA¡ - grito Eric.

Se veía alterado. Fuera de si.

Lo mire sin saber que hacer. Eric me cogió entre sus brazos y me estrecho. Gemí de dolor mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

- Sueltala, Eric. La estas lastimando - habló Gregor - Bajala lento.

Eric dirigió su mirada a Gregor y su rostro se ensombreció. Jadee. Se veía súper tétrico.

- Sólo voy a decirlo una vez. Así que escucha bien y piensa antes de hablar - advirtió - ¿Por que mi hermanita tiene balazos en su cuerpo? Y ¿Por que coños estas Tú sin camisa puesta cuando ella esta vestida así?

Ok... Él se esta saliendo de sus casillas.

Intente hablar pero me fue imposible. Mire a Gregor, totalmente impotente.

- Nos balearon mientras salíamos de la U de ellas. Estoy así por que le di mi camisa. Y estoy aquí por que - me miró, completamente despreocupado - ella y yo ahora estamos juntos.

Mi quijada de desencajó. Mis ojos estaban abiertos con incredulidad.

Mi hermano, sin embargo, miraba a Gregor como si en su cabeza y estuviera muerto y sólo necesitase un empujónsito. Que él estaría más que contento con dar.

Dio un paso al frente y lo miró con rencor.

- No. No te acercarás más a Erin. - sentenció - La acabó de encontrar, y ¿tu me la quieres quitar? - preguntó dolido.

- No, hermano, no la alejaré de ti. Es sólo que... Siento que ella es... Para mi.

- ELLA NO ES TUYA - le grito - ELLA ES MÍA.

Eric corrió al encuentro con Gregor y le estampó un puñetazo en la mandíbula.

Se ensañaron en una pelea caótica. Mientras yo sólo retrocedía, aterrada. Choque contra un escritorio y me metí en el agujero para las piernas. Siendo yo tan pequeña, fue fácil.

Abrace mis piernas y me mecí de atrás para adelante,tarareando una melodía que Eric solía murmurarme al oído para que me tranquilizara cuando éramos pequeños.

No se cuanto tiempo estuve allí. Sólo se que después de un rato me tocaron la mano y salte. Me alejé todo lo que pude. Lloré silenciosamente.

- Pequeña... No te haré daño... Perdoname...

Unos segundos después pude reconocer la voz que hablaba. Gregor.

Levante la mirada y un sonido entre sollozó, gemido y jadeo salió de mi.

Él y Eric estaban con la cara toda ensangrentada. De veían... Aterradores. Imágenes del pasado me inundaron y creí caer presa del pánico.

Me aleje más, sintiendo que el aire me faltaba. Me cubrí la cabeza por auto reflejo.

- No... No, mi pequeña. No me temas. Por favor... - sollozó Eric.

- Juró que no va a pasarte nada. ¿Recuerdas cuando éramos pequeños? ¿Que te acurrucabas junto a mi? Eras tan diminuta que podía taparte con mi cuerpo. Nos metíamos en nuestro fuerte y allí dormíamos los dos. ¿Recuerdas?

Podía oír las lágrimas en su voz. La oía un poquito a la derecha.

Levante la cabeza sólo un poco para cerciorarme de que estaba donde yo creía y me lance en sus brazos.

- Mi Eric - susurré.

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Sus brazos me estrecharon y pude sentir su amor. No me importó el dolor. Sólo quería a mi Eric.

Después de curar sus heridas, pasaron horas hablando "civilizadamente" hasta que llegaron al acuerdo de que, aunque estuviésemos juntos, ni Gregor ni yo estaríamos solos más tiempo del necesario.

Claro, Gregor no cumplió y cada vez que Eric se descuidaba me robaba un beso. Yo me ponía tan roja que siempre lo delataba y Eric le daba un zape. Fuerte.

Después de dos semanas más, Eric se acostumbró y, aunque aún golpeaba a Gregor, lo aceptaba.

- ¿Amor? Duerme. Esta muy temprano - gimió Gregor.

Negué con la cabeza y, a duras penas, me levante.

Pocos segundos después, la puerta se abrió y Jane, con una cámara preparada, entró como un huracán.

- JODER. Ya los atraparé. Y los fotografiaré. Y pegaré la foto en la nevera. Y la pondré de fondo de pantalla. Así será.

Comentó Jane y salió lentamente, aún hablando.

De una semana y media para acá trataba de levantarse primero que yo para tomar una foto de nosotros y así mostrársela a Eric. Ella y Gregor no se la iban de las mil maravillas. Y lo quería acusar. Era realmente cómico.

- Esa es mi chica - apremio él mirándome con orgullo.

Yo sólo reí y negué con la cabeza.

¿Algún día madurarían alguno de ellos?

Su fachada dura y ruda en pública se evaporaba en la casa. Ellos parecían niños pequeños.

Era todo un circo.

Pero era mi circo.


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Mí Demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora