*Eric*
John Norris...
Lo sentí como si fuera un sueño. Al principio me negué. Él, ese bastardo pedazo de mierda putrefacta, no podía estar con vida.
Entonces, después de que la señora al otro lado de la linea había dicho en tono alto mi nombre y se había escuchado un grito ensordecedor que decía "No lo llame, me matará" , solo la furia ciega había estado en mi mente por unos segundos.
¿Eso de ver rojo? Yo lo creía una fantasía hasta que oí esa voz que, apresar de los años transcurridos, la recordaba con implacable nitidez. John.
¿Acaso ese bastardo no estaba muerto ya? Bueno, lo estaría pronto.
O eso pensó. Pero cuando llegue a la comisaria solo me habían dicho que un joven había venido primero y que John había escapado. ¿Que joven? De eso me había enterado cuando salí de allí.
Apoyado contra un pilar que sostenía el techo abovedado de la comisaria estaba Gregor. Con el rostro contorsionado por la ira.
Me acerque a él pero al ver que solo rehuía mi mirada me llene de rencor y dije unas palabras llenas de veneno, destinadas a herir.
-Erin esta muy mal. Desde que huíste como un cobarde ella no come ni toma sus medicinas. La doctora dijo que su cuerpo era demasiado frágil y no soportaría. Ella te ama. Y tu le pagas matándola.
Entonces el solo dio media vuelta y se alejo.
Pase mis manos por mi cara. Esto estaba muy mal. Yo no quería perder a Erin. No podía. No otra vez. Y sin Gregor como apoyo... Todo se estaba volviendo demasiado.
Gregor
¿Ella estaba muriendo?
El pensamiento era mas doloroso de lo que podía soportar. Ella... Erin... No podía morir.
Mi mente era un revoltijo de caos cuando pare en el callejón frente al edificio donde vivían Erin y Jane.
Jane iba saliendo por la puerta de la calle en ese momento. Las bolsas bajo sus ojos eran prominentes y se veía muy pálida, cansada.
Cuando ella dio vuelta en la esquina mire hacia la ventana de la habitación de Erin.
Ahí estaba ella. Y aunque solo la veía de lejos, se veía mas frágil y débil que nunca. Parecía una pequeña niña demacrada. Aun así estaba preciosa. Ella siempre estaba hermosa.
Desde que ella volvió del hospital aquel día hace semanas, las cosas habían sido diferentes. Pero no ella. Sino yo. De eso me di cuenta hoy mientras corría a la comisaría para sacarle la mierda a golpes a su tío.
Will, el hermano de Ronald, había sembrado la semilla de duda ese día. Me había dicho que ella me culparía silenciosamente por lo que paso y se alejaría de mi. Y yo fui tan estúpidos que le creí cuando ella no me respondió ese día.
La noche en que la llame había estado bebiendo con Will. Y me deje llevar.
Todos estos días alejado de ella habían sido peores que cuando tenia diez y mis padres intentaron matarme estando drogados. Mucho peor que los años viviendo solo y hambriento en las calles. Y la extrañe cada misero segundo. Anhelando su olor, su tacto, su calor...
Pero no tuve el valor de volver y disculparme. Por eso me odiaré siempre.
Me quede mirándola, pensando en que hacer.
Los ladridos de Hoppe llegaron hasta mi cuando me distraje. Me acerque un poco para mirar y ví como Erin se retorcía mientras intentaba respirar, entonces callo de la silla y no la pude ver más.
Comencé a correr en dirección a las puertas y, luego de pasar como una exhalación, me metí en las escaleras. Sentí que los tres pisos hasta su apartamento eran infinitos.
Cuando llegue a su puerta no me detuve. Me abalance sobre ella, arrancándola del marco.
Corrí a su cuarto y la encontré tirada en el suelo. Mi corazón dio un violento vuelco. Cogí el botiquín del primer cajón donde siempre lo guarda Jane y me acerque a ella.
Puse el inhalador en su boca y la ayude. Cuando ella respiro con mas facilidad, la estreche contra mi.
No me di cuenta de que estaba llorando hasta que su elegante mano fue hasta mi mejilla e intento limpiar la humedad.
-Te... Am...o..., Gre... gor.
Sentí todo su esfuerzo por hablar. Aunque solo salio en un ronco susurro. Bese con suavidad sus labios.
-Yo te amo mucho mas, amorsito.
Ví el atisbo de una sonrisa cuando ella escucho como la llame. Antes, ella odiaba que la llamara con diminutivos. Esa sonrisa solo duró un segundo antes de que comenzara a toser y, posteriormente, a llorar.
La levante en brazos y la lleve ala cama. Fue fácil darle la medicina que tenia que tomar y acostarla.
Ella solo me miraba.
No hablamos en todo el rato. Ella estaba tranquila. O eso pensé hasta que salí del cuarto para mirar que hacia con la puerta principal. Cuando volvía, después de medio ponerla en su lugar, escuche desde el pasillo sus sollozos. Me apresure a llegar a su lado. Me senté junto a ella y quite sus manos del rostro.
Ella se lanzo a mis brazos.
-Vol... viste.
-No me iré a menos que me eches.
Ella apretó su agarre y, al cabo de unos minutos, se durmió.
La acomode en su cama y me tumbe a su lado.
Ella metió la cabeza en el hueco de mi cuello y aspiro profundo.
Recordé sus palabras. «Amo como hueles»
Solo podía pensar en una cosa. Erin es mi vida.
★-★
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Mí Demonio.
Romance"En mi infancia pensé que moriría a manos de mis padres. Pero en vez de eso tuve que ver como todos a mi alrededor morían, mataban y se suicidaban. Para luego quedarme sola." - Erin. "La vida nunca fue fácil. A los 5 años tuve que ver mas de lo que...