Capítulo 10°

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Sin entender.

—¿Por qué no lo habías dicho antes? —preguntó Collette muy entusiasmada.

—Porque no me parece relevante, solo me lo he topado un par de veces en el parque y...

—¿En cuál? —inquirió acercando su rostro al mío.

Aguanté un poco la risa pero no pudo ser por mucho tiempo.

—No te voy a decir, tu frente dice "acosadora" por todas partes —reí ante el rostro compungido y exagerado que hizo mi amiga.

—¡Brianaaa! —se quejó—, ¡decile algo!

La pelirroja giró los ojos sonriendo.

—Deja, que Samantha quiere al chabón para ella sola —intentó bromear sin inmiscuirse tanto, estaba más concentrada en terminar la tarea.

—Eso no es verdad —arrugué la frente con desconcierto—. A ver, que sí me parece un hombre bastante interesante pero no es para tanto, no va a pasar nada por coincidir con él dos veces en un parque y la máxima interacción es un asentimiento, si al caso una mirada.

Necesitaba salir del embrollo sin revelar información demasiado comprometedora, no podía permitir que supieran acerca de la curiosa conexión que estaba desarrollando con mi profesor que además es mi vecino. Todo se prestaba a malas interpretaciones y lo último que  quisiera es meternos a ambos en problemas. 

—Puede que estés ocultando algo.... —me miró con desconfianza, aflorando una sonrisa gatuna.

—Esperemos que no, se supone que somos amigas —comentó Briana sin despegar los ojos de su escritura.

Su comentario me hizo sentir culpable, disimulé todavía más y me sentí aliviada cuando Ángel entró por la puerta para dar inicio a la clase. Todos los compañeros caminaron a sus sitios entre cuchicheos y bromas, el ambiente con él como profesor era relajado. Él no me miró en ningún momento, tampoco esperaba un trato especial... pero de cierta forma quería un poco de exclusividad.

—¿Están todos listos para el examen?

—¿El qué? —me alteré enseguida—, ¿cuál examen Briana? —susurré por lo bajo.

—Lo dijo la clase pasada, ¿no estabas?

Hice memoria y recordé haber llegado tarde ese día.

—No entré la clase pasada, llegué tarde...

—Ay... pues... ¿ups?

Su expresión me causó gracia, pero al mismo tiempo recordé que yo había pasado el domingo con él y no dijo absolutamente nada acerca de un examen, ni siquiera me preguntó si había estudiado o algo así.

—Samantha.

Me llamó con tranquilidad. Me levanté y me acerqué pensando que tal vez me daría alguna explicación de porque no me dijo nada.

—Dígame.

—Debo pedirte que salgas del aula, perdiste el derecho a presentar el examen por exceso de faltas.

—¿Cómo? —sonreí, creí que bromeaba. Su rostro no mostraba un ápice de diversión, eso me hizo desconfiar.

—Espero que asumas la responsabilidad de tus acciones y mejores en las próximas evaluaciones.

—¿Es en serio? —la pregunta era retórica pero él la tomó literal.

—Sí. Te pido por favor que no retrases más la prueba, no puedo iniciar contigo aquí —se dio la vuelta para repartir las hojas que llevaba consigo.

Amor Perturbador. [Dross]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora