Amor Perturbador. [Dross]

Capítulo 25°

"Mateo"

Hoy era el último día en que mis padres estarían aquí y decidirán si soy apta o no para vivir sola. Los espere ya lista desde temprano, ellos no tardaron en llegar.

Al abrir la puerta, estaban ellos con sus maletas.

-Después de anoche, no necesitamos nada más, esta claro que puedes llevar una vida sola- saludó mi madre con esas palabras.

-Sólo veníamos a despedirnos- dijo mi padre.

-¿Hablan en serio?- ambos asintieron -Me alegra mucho- sonreí.

-Samantha, tu madre y yo te visitaremos más seguido... sin máscaras y sin falsedades, sin negocios o empresas. Sólo nosotros, sólo como... familia- los miré a ambos llena de ilusión, llena de alegría y los abracé por impulso.

Ambos correspondieron al abrazo y me sentí sumamente feliz.

-Solo una cosa- mi madre decía y levantó su dedo índice al romper el abrazo - Necesito usar tu baño- me relajé al escuchar que eso era.
-Claro, pasa- la dejé pasar al baño de mi habitación, pues era el más cercano.

Mi padre y yo nos sentamos un momento en la sala de estar, le pregunté sobre mi hermano y el me contestaba lo que quería saber de él. Mamá ya llevaba más de 20 minutos dentro, papá hizo alusión a qué perderían el vuelo.

Mi corazón se detuvo.

Exaltada, me levanté y fui a mi habitación de inmediato, mi padre me siguió confuso y yo deseaba que no fuera lo que creía, que no fuera lo que estaba pensando, abrí la puerta. ¡Maldición! Ya era demasiado tarde.

Mi madre sujetaba la foto entre sus manos y rodaban las lágrimas por sus mejillas. Mi padre me hizo a un lado, pues le estaba evitando entrar al quedarme paralizada en el marco de la puerta, tomó la foto y la miró, me miró a mí con severidad y luego abrazó a mi madre.

Entonces ella se volvió frágil, cual hoja de papel mojada, se desvaneció a romper en llanto al sentir el tacto de mi padre.

¿Porqué? Todo iba tan bien, todo iba tan perfecto, las cosas comenzaban a ir bien y tenía que pasar ésto. ¡Maldición!

-Mateo...- dijo entre sollozos
-Mateo... Víctor... ¡Mateo está muerto!- gritó destruida y volviendo a romper en llanto.

-Ya mi amor, ya pasó, hace mucho de eso y...-

-¡No lo recordaba Víctor! ¿Porqué no podía recordar a mi niño?- mi padre me miro más que molesto, ya no sabía qué decirle para tranquilizarla.

-Vamos Carolina, te lo explicaré todo pero, tranquilízate- la sentó en la cama y mamá se tranquilizó un poco -Espera afuera Samantha- lo miré y lentamente salí de la habitación cerrando la puerta.

Nunca debí haber traído esa foto, nunca la debí haber puesto en la mesita junto a mi cama, nunca debí olvidar esconderla, sabiendo que mis padres estaban aquí.

Después de un par de horas mi madre salió y yo me puse de pie, ni siquiera me miró y salió del departamento, después salió mi padre.

-Nos vamos a California...- llegó a mi lado -Y no creo que volvamos a verte pronto- me dio un pequeño abrazo -Cuídate Samantha- fue lo último que dijo y también salió del departamento.

Volví a mi habitación y tomé la foto entre mis manos. Llamaron a la puerta. Guardé la foto en el bolsillo de mi pantalón y abrí, creí que algo se les había olvidado, pero no, no eran ellos.

-¿Estás bien? Vi salir a tus padres, tu madre iba muy mal, mantuve mi distancia para que no me vieran y...- no lo dejé terminar, me aventé a llorar a sus brazos, era un llanto calmado, tan solo las lágrimas rodaban por mis mejillas en silencio -Tranquila, aquí estoy- decía acariciando mi cabello sin soltar el abrazo.

Después de un momento, después de estar tranquila, sequé mis lágrimas y lo guié a la sala, nos sentamos y saqué la foto de mi bolsillo, se la entregué y él la miró.

-¿Es tu familia?- asentí -¿Esta eres tú?- señaló a la niña tomada del brazo de mi padre y volví a asentir -Es una foto un tanto vieja- mencionó aún mirándola.

-Éste es Liam, mi hermano mayor, el que está en California- señalé al niño que estaba junto a mi madre -Mi mamá, mi papá, yo...- hice una pequeña pausa -Y Mateo- di un largo suspiro.

-Tu hermano menor- comprendió Ángel.

-Tenía siete años en esa foto... de hecho, esa fue la última foto familiar que nos tomamos- Ángel frunció el ceño -Era un día común, mis padres habían decidido inscribir a Mateo en una escuela y no educarlo en casa, como nosotros, nos ofrecieron lo mismo pero nos negamos, sin embargo Mateo se emocionó con la idea, él salía de su primer día de clases, mamá fue a buscarlo a la salida, subió al coche y mamá condujo a casa, platicaba acerca de su día, él estaba feliz y como una maldición, de la manera más horrible que te puedas imaginar, una camioneta chocó el auto de mamá justo en la puerta trasera derecha- Ángel cerró los ojos presintiendo lo que seguía en la historia -Mateo iba sentado en ese asiento... él murió al instante... y mamá quedó inconsciente- mis ojos amenazaban con volver a derramar lágrimas -Ella se golpeó muy fuerte la cabeza y quedó inconsciente unos días, cuando despertó ya todo había pasado, cuando se enteró cayó en una inmensa depresión, no podía ver nada que estuviera relacionado con él, porque se sumergía en un llanto interminable y una inmensa tristeza, fue algo muy fuerte para ella y mi padre... tuvo que tomar medidas drásticas y desesperadas, quedó completamente prohibido para familia, amigos y conocidos mencionar a Mateo, su nombre o cualquier otra cosa relacionada con él-

-¿Ella vio ésta foto?-

-Sí- sequé mis lágrimas -Ella lo había olvidado por completo, hasta que vio la foto... entonces todo se fue al carajo- él se acercó a mí y me abrazó -Antes de eso, habían prometido visitarme más, habían acordado que volveríamos a intentar ser una familia de verdad, después de tantos años de lejanía, ellos me dieron un abrazo y después... mamá vio la foto y se puso mal, se fueron y dudo mucho que los vuelva a ver pronto-

-No digas eso, seguro que las cosas se arreglan- sus palabras sonaban tan convincentes, que podía creer que eran ciertas.

En el fondo quería que fueran ciertas.

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Capítulo editado.

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